Hace medio siglo eran términos comunes de la Filosofía, fundamentales de la reflexión. Pilar Fernández Beites viene a decir qué hacer aunque en nuestro tiempo la categoría de sujeto haya desaparecido de la circulación por culpa del nihilismo. A su juicio, Heidegger se equivocó en la destrucción del sujeto ya que el tiempo sólo puede entenderse desde éste, y no puede haber temporalidad sin conciencia de subjetividad.
Heidegger es el gran filósofo de la destrucción del individuo racional como lo ha asentado la modernidad. ¿Tenía razón? Pilar explica en COPE que no la tiene puesto que destruir el sujeto es destruir toda la historia de la filosofía. En realidad, opina la autora de este libro, el sujeto de la modernidad no ha sido del todo explorado. Puesto que el segundo Heidegger ha conducido a una socieda nihilista, su propuesta es ir más atrás de Heidegger, que no ha dicho la última palabra sobre la modernidad. De hecho, el sujeto que critica el filósofo está construido por él mismo, un sujeto que fue perdiendo su mundo, su vida cotidiana, sus formas y colores: la deconstrucción del sujeto.
La tesis de Fernández Beites es recuperar lo más auténtico de la subjetividad, un sujeto que va más allá de sí mismo y vive su relación con gente que le trasciende la propia existencia. Cuando se admite la subjetividad, expone Pilar, es un problema mostrar cómo se accede al otro que, en el fondo, es un ser trascendente, irreductible en su trascendencia, sólo se puede decir que no hay el problema de acceso al otro cuando el otro se ha convertido en una parte del mundo manejado por otros.
De ahí la conexión de este tema hasta nuestros días: saber lo que es el sujeto es saber quién soy, no nos podríamos entender sin saber qué es sujeto o sin saber que hay el mundo y los otros. Si no sabemos de nosotros mismos siempre habrá alguien interesado en que no sepamos por nosotros mismos que nos hará creer que nuestra subjetividad es la satisfacción de bienestar material, por ejemplo. “Y esto sería permitir que la vida mía la vivan otros”, concluye la autora, “al perderse todo espíritu crítico y no tomar posición respecto a las cosas”.
La clave de este libro, por tanto, es que seamos sujetos de nuestro destino y decidamos por nosotros mismos.
Fuente: http://www.cope.es/cultura/18-03-10–tiempo-sujeto-despues-heidegger-un-intento-recuperar-espiritu-critico-150274-1
SPAIN. 18 de marzo de 2010