Tiempo de ira

Publicado en España en el año 2010 (2006 en su edición original), el contenido del ensayo Ira y tiempo de Peter Sloterdijk está plenamente vigente en la rabiosa actualidad.

Cada ensayo que saca al mercado el filósofo alemán Peter Sloterdijk supone un auténtico acontecimiento{1}. En primer lugar, de orden filosófico e intelectual, como corresponde a su condición profesional y a las relevantes temáticas que trata habitualmente en sus libros. Pero, en segundo lugar, es tal el impacto (ojo, no digo «provocación») y la receptividad que tienen sus reflexiones e intervenciones públicas sobre la conciencia social y la opinión pública, que pocas de ellas pasan desapercibidas, alcanzando así una relevancia sociológica.

Lo anteriormente escrito es perfectamente aplicable al ensayo Ira y tiempo. Editado en Alemania en 2006 (año 2010, en España), su contenido no puede estar más vigente. De hecho, el eco de las consideraciones allí defendidas todavía reverbera en los más variados ambientes de opinión europeos, así como la controversia política y filosófica generada a raíz de la publicación del libro. Algunas de las ideas esbozadas en Ira y tiempo han tenido continuación en debates públicos de la prensa alemana, y también europea, y en polémicas particulares con otros autores, por ejemplo, Axel Honneth. En España, se está en otras cosas, más preocupada la gente, en general, por lo prosaico que por la prosa… Hablamos, en consecuencia, y a quien puede interesarle, de un texto que, por contenido y alcance, se mantiene en plena y rabiosa actualidad. No resulta, pues, ocioso ni irrelevante ponerlo de nuevo encima de la mesa y volver a sus páginas. Resulta que los temas más actuales no son, después de todo, sino los más clásicos. Aquellos que conservan el interés y la atención sin fecha de caducidad.

El punto de partida y el núcleo del asunto abordados en Ira y tiempo remiten, en primera instancia, nada menos que a Homero, es decir, al origen de la literatura. No debe confundir al lector que el título Ira y tiempo evoque inequívocamente el tratado Ser y tiempo de Martin Heidegger, libro y filósofo habitualmente presentes en la obra de Sloterdijk (justamente, uno de los últimos trabajos publicados en España del filósofo de Karlsruhe lleva por título Sin salvación. Tras los pasos de Heidegger [2011. Edición original, 2001]). En el ensayo objeto de esta nota, Sloterdijk no rehúye la sombra del rector de Friburgo, si bien la huella de Friedrich Nietzsche resulta mucho más reconocible y profunda que la del metafísico.

«En el principio fue la palabra “ira”» (pág. 12). Con esta contundente sentencia da sus primeros pasos el ensayo de Sloterdijk. Homero pide a la diosa que cante la cólera de Aquiles en la Ilíada y, a continuación, ensalza la astucia de Ulises en la Odisea, donde narra las hazañas (y los sufrimientos) del héroe griego en busca de la integridad del hogar amenazado en su regreso a Ítaca. He aquí, esbozadas en registro poético, las bases de nuestra historia occidental. Para bien y para mal, nos guste o no. Según señala Sloterdijk, la política es el arte de la administración de la cólera en la historia. Es más, la historia avanza primordialmente a partir de las fuerzas y energías thimóticas de los hombres. El thymós es el valor, el orgullo, el ánimo varonil, el arrojo, la voluntad de poder:

«Al funcionamiento de sistemas moralmente exigentes, alias culturas, pertenece la autoestimulación de los actores a través de la elevación de recursos thimóticos tales como el orgullo, la ambición, la voluntad de supremacía, la irascibilidad y el sentido del derecho.» (pág. 32 y 33).

Con el paso del tiempo, con el transcurrir de la historia, la cólera y la ira, en el sentido heroico, vital y afirmador de estos términos, han sido reemplazadas por el espíritu de venganza y el resentimiento. La «doctrina católica de la ira de Dios y la organización comunista de masas movidas por la ira antiburguesa y anticapitalista» se han erigido en «los dos órganos más poderosos de recolección, metafísica y política, de la ira en la civilización occidental» (pág. 256). El catolicismo, a partir de la segunda mitad del siglo XX corrigió, en gran medida, dicha tendencia, haciendo un esfuerzo por acomodarse al marco material y espiritual de las democracias liberales vigentes en el Occidente moderno. El sistema comunista, por su parte, fue desbaratado merced a la rebelión de la sociedad civil de los países sometidos por el marxismo-leninismo a finales del siglo XX, aunque hoy amenaza su resurrección merced al empuje que proporciona la explosiva combinación de ira e insurrección.

En los tiempos presentes, el «banco mundial de la ira», según expresión del autor, sigue invirtiendo activamente en la era del poscomunismo, camuflado por lo común en los movimientos antisistema y en agrupaciones de ultraizquierda política no dispuestas a claudicar. Asimismo, se hace patente en las oleadas de terrorismo que sacuden a las sociedades con calculada regularidad, un terrorismo promovido en gran parte por el islamismo fundamentalista. Con todo, no es esta segunda amenaza —la islamista—, sino la primera —la izquierdista— la que para Sloterdijk singulariza los reinantes peligros presentes. He aquí la razón por la que dedica mucho más espacio en el ensayo a describir la naturaleza del odio de clase y del resentimiento moral en la teoría y la práctica comunistas que a los delirios expansionistas de la yihad.

Ensayo enérgico y riguroso, preciso y razonado, nada complaciente con el optimismo escapista ni la hipócrita indignación, tampoco acomodado en modelos de pensamiento débilo fácil, Sloterdijk ha escrito un libro sólido y valiente. Un ensayo que ya ha dado que hablar, y seguirá haciéndolo, como es de esperar en todo estudio filosófico que busque más el amor a la verdad que el gusto por agradar al gran público y a la intelectualidad dominante.
{1}Peter Sloterdijk, Ira y tiempo. Ensayo psicopolítico, traducción del alemán de Miguel Ángel Vega Cernuda y Elena Serrano Bertos, Siruela, Madrid, 2010, 288 páginas.

Fuente: http://www.nodulo.org/ec/2014/n154p07.htm

16 de enero de 2015. ESPAÑA

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