Sin filosofía no hay revolución

Es una época en la que las carreras humanísticas retroceden, un autor vasco no pierde la esperanza en el poder liberador del pensamiento

El filósofo vasco Xabier Insausti (izquierda) es autor del libro ‘Filosofía e Inmanencia’, publicado por la editorial Plaza y Valdes.

Frente a un mundo donde la filosofía pierde terreno, el vasco Xabier Insausti trata de atisbar la luz al final del túnel.

¿CÓMO EXPLICAS QUE VIVAMOS EN UN ‘PERÍODO POBRE’, COMO SEÑALAS EN LA INTRODUCCIÓN DE FILOSOFÍA E INMANENCIA? ¿PIENSAS QUE LO MISMO OCURRE EN AMÉRICA LATINA?

‘Pobre’ lo entiendo en relación a la (in)capacidad ‘crítica’ de reaccionar ante las imposiciones de todo tipo que se nos imponen. Yo veo un deterioro en los jóvenes, una apolitización, una pérdida de horizontes. Creo que ello va ligado a las nuevas formas de comunicación. Nos estamos haciendo esclavos de ellas y no somos capaces de mantener una distancia para con ellos. No es que Hegel esté muerto para nosotros, sino que nosotros estamos muertos para Hegel. Es necesario reaccionar como se reaccionó contra el nacionalsocialismo, como se reaccionó contra el estalinismo, como se reaccionó contra la guerra en Vietnam. Pero el sistema trabaja en contra de modo muy eficaz, con mucho éxito. Por ello es una época pobre para la filosofía, no son tiempos para la filosofía. Precisamente por ello necesitamos más que nunca revolvernos, reaccionar, reactivar la filosofía. Sin filosofía no hay revolución.

EN PANAMÁ LA FILOSOFÍA ESTÁ EN ESTADO AGONIZANTE. POCOS ESTUDIANTES SE MATRICULAN EN ESTA CARRERA UNIVERSITARIA. ¿DIRÍAS QUE ESTO ES UNA TENDENCIA GLOBAL?

Sí, es una tendencia global. En Europa también la filosofía ha perdido garra. Pero este proceso supone también un desencanto cada vez mayor de un mundo vacío, un mundo que no encuentra su norte, que se ahoga en su propia abundancia. Creo que la neoliberalización del mundo es la forma que debe ser pensada y combatida también por la filosofía. La filosofía puede y debe aportar una reflexión crítica, debe personarse en las barricadas de la lucha actual, que es muy distinta que la forma de lucha del siglo 20. Creo que el siglo 21 seabre con nuevas propuestas de todo tipo y la filosofía debe estar muy atenta para no quedarse fuera. Aquí la figura del búho de Minerva es pertinente: podemos decir que sale después de la batalla a dar cuenta de ella, pero también va por delante marcando el camino. Ambas visiones son necesarias.

¿CÓMO ANALIZAS EL ESTADO ACTUAL DE LA DISCUSIÓN FILOSÓFICA GLOBAL? ¿PUEDE HABLARSE DE ALGUNA TENDENCIA DE PENSAMIENTO DOMINANTE FILOSÓFICO DESPUÉS DE LA GUERRA FRÍA?

Diría con Adorno en su Wozu noch Philosophie (Para qué seguir haciendo filosofía) que la filosofía lo primero que debe hacer es introducir su acicate crítico, ‘dialéctico’ en su propia reflexión. Es decir, reflexionar sobre sí misma, sobre su papel en la cultura general. El problema de la filosofía desde el siglo 19 (desde que acabó el Idealismo Alemán) ha sido su alejamiento de la realidad. Sólo autores alejados de la Academia (como Nietzsche y Marx) tuvieron una incidencia filosófica en el siglo 19. En el siglo 20 fue precisamente la Teoría Crítica la que trató de recuperar ese lazo de unión entre filosofía y realidad. El siglo 20 fue muy complicado, pero tuvo un denominador común: en cualquiera de las formas políticas dominantes (nacionalsocialismo, comunismo o neoliberalismo) el perdedor fue siempre el sujeto. Las luchas consiguieron acabar con el nacionalsocialismo y con el estalinismo. El neoliberalismo sigue en pie y con fuerza. Y sigue haciendo estragos entre los ciudadanos. Yo lo he comprobado en la República Dominicana o en Panamá. Pero en Europa también. Creíamos estar a salvo, pero no es así. Las discusiones ‘críticas’ actuales van en la línea de recuperar la voz de los ciudadanos, de recuperar el espacio de la sociedad civil perdido en el siglo 20. La filosofía del Derecho de Hegel sitúa a la sociedad civil entre la familia y el Estado tensionando ambos extremos, sin dejarse anular por ninguno de ellos. El papel de la mujer es fundamental y ha entrado con fuerza en el escenario cultural. La mujer fue siempre injustamente maltratada y marginada, aunque Hegel trató de darle carta de ciudadanía, como polo necesario contra el poder absoluto de Creonte. El poder es mixto, dice Hegel. Ni Creonte ni Antígona tienen la última, única palabra; el proceso es siempre dialéctico.

¿QUÉ APORTES RECONOCIBLES CREES QUE HA DADO AMÉRICA LATINA EN ESTA DISCUSIÓN GLOBAL? ¿PUEDE SER LA TEOLOGÍA DE LA LIBERACIÓN UN EJEMPLO?

Creo que América Latina está haciendo uno de los aportes más interesantes a la filosofía actual. Alguien dijo que Europa inventó la revolución y luego la exportó a América Latina. Hoy Europa mira con esperanza a América Latina. Sería importante que se lograra un acuerdo entre los países progresistas de América Latina, aunque ahora mismo parece que la tendencia es hacia la derecha. Pero los progresos llevados a cabo en los últimos años creo que son irreversibles. En Europa, desde Grecia, desde España, pero también desde Alemania o Francia los intelectuales ‘críticos’ tienen su mirada puesta en lo que está pasando en los países latinoamericanos. Sin el aporte de estos países la discusión sería mucho más pobre. Autores como Dussel o Hinkelammert se están abriendo camino con fuerza en la Academia también europea y ayudando a modificar el esquema eurocentrista con el que Europa ha funcionado. Si España creyó una vez poder enseñar algo a América, hoy América vuelve a Europa a enseñarle el camino. Hegel encontraría aquí un leitmotiv incomparable de su dialéctica.

HAS VISITADO PANAMÁ Y SEGURAMENTE TE HAS DADO CUENTA DE LA PRESENCIA DE LA RELIGIÓN EN TODOS LOS ASPECTOS DE LA VIDA PÚBLICA Y CIVIL. ES EL FUTURO GLOBAL: ¿FE EN DIOS Y NO EN LA RAZÓ N?

Esta vuelta de y a la religión es una señal del vacío que ha quedado una vez la cultura ha sido vaciada de su contenido propio. Este proceso ha sido analizado por múltiples autores. Los jóvenes actuales buscan una justificación de su hastío y aburrimiento en las drogas o en la lucha al lado de ciertos grupos islamistas. Ello es consecuencia, a mi entender, de la incapacidad de nuestra cultura materialista de ofrecer valores más allá del dinero. Aquí el dinero lo es todo. Si tienes dinero eres. Si no, no eres. Contra ello se rebelan, con razón, los jóvenes. La búsqueda de respuestas en la religión es otra forma de respuesta a esta situación de miseria cultural. Adorno la llamaría una respuesta ‘irracional’, porque no entiende que la razón tiene sus resortes para saltar más allá de una comprensión unilateral de sí misma. Si la razón se entiende sólo como ‘instrumental’ se convierte en totalitaria. La razón ilustrada tiene este peligro. Pero es aquí otra vez la filosofía la única capaz de saltar sobre las unilateralidades de la cultura para abrir horizontes nuevos a una sociedad nueva. La religión puede ayudar a ello, pero para ello debe ser capaz de superar su unilateralidad. La Teología de la Liberación tiene una labor importante des enmascarando las trampas ideológicas de una religión manipuladora a favor de intereses del sistema que precisamente se trata de combatir.

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‘Nuestra cultura materialista es incapaz de ofrecer valores más allá del dinero. Aquí el dinero lo es todo. Si tienes dinero eres. Si no, no eres. Contra ello se rebelan, con razón, los jóvenes’

XABIER INSAUSTI
Fuente: http://laestrella.com.pa/estilo/cultura/filosofia-revolucion/23915010

10 de enero de 2016. PANAMA

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