Nadie, ni los mayores dogmáticos, pueden negar algo que se llama perspectivismo. Nombrar a los antropólogos y filósofos que se han ocupado del asunto tomaría mucho espacio, pero ahí están Ortega y Gasset, Whitehead, Ruth Benedict, Margaret Mead, Herskovits o Boas que nos ponen a pensar de manera saludable. Mencionarlos no es presunción, es referencia mínima.
Me entristece conocer a quienes en lugar de convicciones personales tienen un “bloque sin fisura”, como diría Ángela Figuera. No es posible que a los 18 ó 50 años, hablen como dueños de la verdad y, encima, acusen a quienes no pensamos como ellos de relativistas morales. A cualquier edad, me parece, debemos cuestionar y revisar todo. Empezando por nosotros mismos.
Por lo general, esas personas están formadas religiosa o políticamente a base de dogmas. Y como los dogmas se aceptan sin cuestionar, ellos los trasladan a otros campos del pensamiento y en vez de generar conocimientos abiertos a la transformación, se cierran a todo lo que pueda hacerlos dudar. Por eso hay miles de personas incapaces de dialogar con alguien que piense de un modo antagónico al suyo.
Dialogar es estar abierto a la transformación; es aceptar que se puede estar equivocado, que el otro puede tener la razón y la verdad de su lado; que es probable y posible que su manera de pensar modifique la nuestra si realmente se escucha, si se huye de los clichés al rebatir y si se piensa antes de responder.
En todas las tendencias y posiciones ideológicas hay tanto dogmáticos como personas abiertas al diálogo que revisan su propio cuerpo de ideas todo el tiempo. Unos piensan que piensan, pero no lo hacen. Los otros piensan.
Hay quienes al encontrarse acorralados en una discusión que exige el propio cuestionamiento acuden al padre de todos los clichés: “Es que son relativistas morales”. Ellos, no; nunca. Los demás, los otros, los que cuestionan sus creencias o postulados sí son relativistas morales y con eso se acaba la discusión. Han dicho. Han emitido su juicio contundente e inamovible. Aunque claro, muy pocos estén capacitados para discutir a fondo qué es el relativismo moral.
El tema apenas se puede esbozar en este espacio, pero es importante señalar que quienes se cierran a otras formas de pensamiento es porque creen manejar verdades absolutas, eternas e inmutables y eso les hace sentir infalibles. Por eso lo que debería ser una auténtica guerra de ideas la convierten en una guerra de discursos huecos.
Nadie, ni los mayores dogmáticos, pueden negar algo que se llama perspectivismo. Nombrar a los antropólogos y filósofos que se han ocupado del asunto tomaría mucho espacio, pero ahí están Ortega y Gasset, Whitehead, Ruth Benedict, Margaret Mead, Herskovits o Boas que nos ponen a pensar de manera saludable. Mencionarlos no es presunción, es referencia mínima.
Si usted toma un paisaje y pide a varias personas que lo contemplen y describan, aunque estuvieran todas en el mismo sitio, a la misma hora, las descripciones variarían porque la percepción es diferente en cada caso. Si las ubica en lugares muy distintos y una ve el paisaje desde un avión, otra a ras de suelo, otra desde un árbol y otra más desde una colina, el mismo paisaje aparecerá como paisajes diferentes que se transforman continuamente por la luz y otros factores. Si lo ven otro día, paisaje y personas habrán cambiado. ¿Hay una visión que abarque todas las visiones y que sea la verdadera, mientras las demás son falsas y relativistas? No, por supuesto.
Lo mismo sucede con situaciones o problemas. Muchas personas buscan imponer su visión y si usted no está de acuerdo con ellas lo acusan de relativista, o sea, decadente en lo cultural y espiritual. Su solo esquematismo debería servir de vacuna para muchos; sin embargo, como así educan a los pequeños, a los 25 años creen, pero no piensan. Se sienten poseedores de la verdad y quienes no coinciden con ellos, están equivocados.
Los bloques sin fisura amparan la debilidad de sus argumentos en entidades con mayúscula: Cristo, el Pecado, la Naturaleza, la Globalización, el Progreso, los Valores.Y se reservan el derecho de definición.
El perspectivismo no niega los códigos morales de una época ni de un grupo determinados, pero los rechaza como únicos e imbatibles. Y al alentar la pluralidad, se opone al anhelo ortodoxo de una ideología homogénea. Así que no se deje intimidar cuando agiten el relativismo como espada flamígera. Sólo buscan ahuyentar lo que más temen: el pensamiento crítico.
[email protected]
http://www.elnorte.com/editoriales/nacional/667367/
Fecha de publicación: 29-Ago-2006
me encanto y aparte me sirvio mucho para un trabajo. estoy totalmente de acuerdo y m encantaria q publicaran mas articulos que tuvieran semejantes cuestionamientos
Es interesante todo lo que planteas en tu artículo, pero me llama la atención tus últimas palabras, que quienes desechan toda forma de relativismo “Sólo buscan ahuyentar lo que más temen: el pensamiento crítico”. No sé hasta qué punto eso es así de cierto, aunque no niego que existan personas totalmente dogmáticas enfrascadas en lo que para ellos es una verdad inamovible, no obstante la negación de verdades fundamentales o absolutas es un problema en el que igualmente caen aquellos que se definen como relativistas, o si prefieres “perspectivistas”. ¿Será que todo depende del punto de vista del observador? En un par de post en otro artículo titulado “¿Es todo relativo?” me refiero a lo contradictorio de aceptar como “verdaderos” dos o más juicios contradictorios dados desde una misma perspectiva y en un mismo sentido, ya que esto viola principios fundamentales del pensamiento (como el principio de no contradicción). A quienes piensen diferente les preguntaría acerca de cosas que en mi opinión, y en nombre de la misma lógica, parecen ser certísimas y absolutas, como por ejemplo verdades ontológicas: “debo existir para negar que existo, de modo que, de alguna u otra forma, existo verdaderamente”, lo que constituye una verdad absoluta, no importa si mi existencia misma es vista desde diferentes perspectivas, el hecho concreto es que existo, y eso es algo inamovible. Existen los absolutos matemáticos, 1+1 siempre será igual a 2.
Creo que el problema de muchos relativistas está en que simplemente no se conforman con los cánones aceptados comúnmente, ya sea por sentido común o por imposición, no porque en realidad tengan evidencia de la no existencia de verdades absolutas, sino que movidos más bien por su deseo de pensar diferente, y justificar esa tendencia, en algunos casos, completamente desviada.
Finalmente, acusar de “temerosos del pensamiento crítico” a quienes optan por una posición más bien absolutista, puede resultar, desde la perspectiva del relativista, algo contradictorio. Ya que la crítica misma, la sana crítica (sin prejuicios), se realiza sobre la base de una evidencia, de hechos concretos, y de la mirada objetiva de quien realiza la crítica. De modo que una crítica realizada desde el suelo pantanoso y de la arena movediza del relativismo, resulta ser, después de todo, no muy certera, estará, debido a la misma naturaleza del relativismo, sujeta a la subjetividad, de modo que el juicio mismo será siempre relativo. Eso no conduce a nada, no es ni buena filosofía ni ciencia.
Interesante. Lo tomaré con la finalidad de ampliarlo mas aún. Gracias por subir este artículo
NO HAY ABSOLUTOS EN EL “PORQUE SÍ”, SINO “ABSOLUTOS DE BASE” Y “ABSOLUTOS RELATIVOS” (METAESTANCIAS); DEPENDE DE SU LOGIA OPERATIVA -> Estancialismo Potencial
Buenísimo este artículo!!!Soy argentina de la ciudad de Rosario, provincia de Santa Fe, adhiero a la política latinoamericana y estoy “inventando” una filosofía de la comunicación y practico una clínica del devenir desde autores como Spinoza, Nietzsche, Deleuze y Guattari que son perspectivistas. Sería muy bueno intercambiar con ustedes sobre estas problemáticas.
LO ÚNICO ABSOLUTO ES QUE TODO ES RELATIVO, SEGÚN LA ESTANCIA…