Reaccion frente al Positivismo. Fenomenologia

Otro filósofo contemporáneo de Bergson, Francisco Brentano (1838-1917), puso de manifiesto, con éxito, una antigua teoría olvidada del aristotelismo escolástico: si se examinan en sí mismos determinados hechos psíquicos, de un modo directo y sin prejuicios, se descubre en ellos una característica que les es inseparable: lo que se llama su intencionalidad, es decir, la propiedad de referirse a algo, a otra cosa distinta de ellos mismos, exterior al pensamiento. Una sensación visual de rojo, por ejemplo, nos informa, en primer lugar, del color rojo como distinto de otro cualquiera, y, en segundo, de que se trata de una realidad distinta de mí, independientemente de mi pensamiento, el cual no hace más que informarme de ella. En cambio, la tristeza, por ejemplo, es una vivencia o hecho psíquico que tiene también una cualidad determinada, pero que no se refiere a otra cosa, a algo distinto de mí mismo, sino que, por carecerde esta intencionalidad, me informa de que sucede en mí mismo. De aquí se deriva la falsedad del idealismo, que suponía a los hechos psíquicos como meros sucesos de la mente, porque mutila voluntariamente nuestra experiencia admitiendo uno de sus datos y negando arbitrariamente otro.
De la influencia de Brentano ha brotado una escuela filosófica llamada fenomenología (de “fainomenon”, lo que aparece) que pretende derivar de las vivencias psíquicas las esencias implicadas en ellas, de un modo directo, sin proceso de abstracción. La fenomenología fue fundada por Edmund Husserl (1859-1938), un profesor de matemáticas checo-alemán, famoso por sus despistes. Bajo la influencia de los empiristas alemanes, escribió su propia filosofía de la aritmética, en su gran obra Investigaciones Lógicas. En oposición a Russell y Whitehead, Husserl argumentó que las proposiciones elementales de la aritmética no están basadas en la lógica sino que son más bien generalizaciones abstractas de la experiencia (una tesis que había defendido John Stuart Mill unas pocas décadas antes). Frege refutó a Husserl de forma convincente, y este último, en un movimiento extraordinario para un filósofo, cambió de opinión. Husserl arguyó entonces, como Russell y Whitehead, que la aritmética es una ciencia a priori. Pero mientras Russell y Whitehead basaban su análisis en la lógica, Husserl desarrolló un método enteramente nuevo de investigación filosófica de la naturaleza de la verdad necesaria. A partir de Husserl, la fenomenología ha constituido un método de investigación muy empleado en el pensamiento contemporáneo y es también el pórtico de la restauración de la metafísica en el siglo XX.

Husserl definió la fenomenología como el estudio científico de las estructuras esenciales de la conciencia; pero la fenomenología no implica un contraste entre la apariencia y algún tipo de realidad subyacente. (“Fenomenología” en griego significa “apariencia”. Kant había utilizado “fenoménico” para referirse al mundo de nuestra experiencia.) Mediante la descripción de tales estructuras, Husserl nos prometía que podríamos alcanzar la certeza, incluidos los fundamentos de la aritmética, que buscaba como matemático. Con este fin, Husserl describió una perspectiva fenomenológica peculiar: la conciencia se considera intencional, esto es, siempre está dirigida a algún objeto, sea material o, en matemáticas, “ideal”. La perspectiva fenomenológica se logra a través de una serie de “reducciones” fenomenológicas que describen esas características esenciales –los significados- de la conciencia.

Husserl argulló que esos significados (como las categorías de Kant) son universales y necesarios, y rechazó el “relativismo” que empezaba a dominar la filosofía europea (y americana).

Según Husserl, la filosofía moderna está viciada de subjetivismo psicológico y de nominalismo. Esto impide a las ciencias –y, sobre todo, a la filosofía- llegar a las cosas mismas libre de supuestos y de prejuicios interpuestos. La legitimidad de nuestro saber estriba en alcanzar en su nitidez eidética (o esencial) aquello que la conciencia nos ofrece, sin interpretarlo previamente como fenómeno subjetivo o como mero nombre colectivo, etc. Para llegar a las cosas mismas, a las puras esencias, propone Husserl un método encaminado a mostrar, precisar y esclarecer lo que cognoscitivamente nos es dado. Este método fenomenológico consta de varios trámites: la epojé (abstención) histórica, por la cual se prescinde de previas opiniones interpretativas; la reducción eidética, por la que se prescinde también de la existencia singular o individual del objeto en cuestión para quedarse, en fin, con la pura esencia.
Hacia el final de su vida, el nacionalsocialismo estaba estrechando el cerco sobre Alemania y el mundo se preparaba de nuevo para la guerra, Husserl cambió hacia intereses más sociales y “existenciales” del conocimiento humano. Avisó de una “crisis” en la civilización europea motivada por el relativismo y el irracionalismo rampantes (una señal de alarma que los positivistas lógicos estaban dando al mismo tiempo en Viena).
Fuente: http://www.glocaltrento.com/int_affairs/ia_documents/067.htm

12 de julio de 2011

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