A mi amigo Juan Jesús
Se cuenta una anécdota de Sócrates y se dice que cuando fue aprisionado por propagar entre los jóvenes sus ideas filosóficas, que a decir de las autoridad corrompían el pensamiento de éstos.
Ya en prisión él sostenía que era libre dentro de la celda porque podía escribir y ante su impertinencia le fue retirado el material de escritura, sin embargo seguía sosteniendo que era libre porque por una pequeña ventana de la celda, veía el cielo y podía proyectarse hasta él.
EI espacio fue cerrado para que no pudiera verlo desde su celda y a los pocos días lo volvieron a cuestionar sobre su libertad y él sonriendo les respondió que el ser humano posee una fuerza intangible que nadie puede apresar que es el espíritu humano para el que no hay limites que los que cada uno posee y él sería siempre libre, podrán apresar y encerrar su cuerpo pero jamás su espíritu.
Ante tanta rebeldía e irreverencia así como las diferencias políticas con los gobernantes por sus ideas revolucionarias, se le ordenó beber la “cicuta”, y sus verdugos se mofaban de sus principios y pensamientos a cerca del espíritu y la libertad, sin embargo después de pronunciar sus discursos magistrales que quedaron para la inmortalidad en los “Diálogos de Platón”, quien fue su discípulo y portador de su Filosofía, quienes habían ordenado su suicidio, éstos acudieron burlones a su llamado y con el triunfo reflejado en sus torvas miradas, sin embargo, ese brillo se vio opacado por las palabras de Sócrates.
Les dijo ante de beber la cicuta, “Quiero darles las gracias, me han confinado físicamente al cautiverio pero mi espíritu jamás ha sido cautivo pero después de mi muerte física, mi espíritu habrá alcanzado la libertad total desprendido de mi cuerpo, entonces lograré el estado máximo de la libertad y ahí jamás podrán alcanzarme. Dicho estas palabras bebió la “cicuta”.
Para los jueces que ordenaron su ejecución, lejos de causarles la sensación de una victoria la muerte del filósofo, representó una derrota y la impotencia de la incomprensión y el desconcierto, Aunque el gran filósofo murió ellos jamás saborearon el sabor del triunfo.
La fidelidad a sus ideales y la responsabilidad de aceptar los retos de la libertad llevaron a Sócrates a ocupar un espacio inmortal en la historia de la humanidad. Y sus enemigos saborearon UNA VICTORIA CON SABOR A DERROTA.
Hoy se que se te ha cambiando injustamente de lugar de trabajo y me consta que es por no querer cambiar tu forma de pensar, gracias por tener firme tu convicción y mantenerte fiel a un ideal y a la fe, has de saber “QUE LA MAYOR NECESIDAD DEL MUNDO ES LA DE HOMBRES QUE NO SE VENDAN NI SE COMPREN; HOMBRES QUE SEAN HONRADOS EN LO MAS INTIMO DE SUS ALMAS; HOMBRES QUE NO TEMAN DAR AL PECADO EL NOMBRE QUE LE CORRESPONDE; HOMBRES QUE SE MANTENGAN DE PARTE DE LA JUSTICIA AUNQUE SE DESPLOMEN LOS CIELOS”.
Recuerda que no se trata del tamaño del que entra en la pelea, sino de la intensidad con que se es capaz de luchar y recordar lo que decía un Estadista Oriental: “Quien quiera sangrar menos en los tiempos de guerra, tendrá que sudar más en tiempos de paz”.
En los días difíciles llenos de problemas y de dificultades, no permitas que nada ni nadie impida luchar como se debe, cuando “LEÓNIDAS, el valeroso general Espartano, fue informado de que los soldados de JERJES. eran tantos que sus flechas obscurecían el sol respondió: “Mejor, así pelearemos a la sombra.
Y como dijera Salvador Díaz Mirón en una parte de su poema a GLORIA: DEJA QUE TE PERSIGAN LOS ABYECTOS, SIENTE LA ENVIDIA AUNQUE TE ABRUME, LA FLOR DONDE SE POSAN LOS INSECTOS ES RICA DE MATIZ Y DE PERFUME”
“EL AVE CANTA AUNQUE LA RAMA CRUJA, COMO QUE SABE LO QUE SON SUS ALAS”
ES CUANTO
http://elredactor.net/?v1=nota&v2=1846
Hola que tal… Me gustó este pequeño artículo o nota, no lo sé, me endulzó parte de lo que queda del día. Saludos a la revista.
La anécdota es cierta, pero está algo «idealizada». Sócrates aceptó tomar la cicuta porque “eran mejores las malas leyes de Atenas que no tener ninguna”, pese a que sus amigos pudieron evitar que se cumpliera la sentencia. Por otro lado, la “perversión” de Sócrates era comprensible en un momento en que la educación “práctica” de los hijos de los atenienses era la retórica, una versión actual de la carrera de Derecho y Sócrates proponían enseñanzas que “no llevaban a nada práctico” (idealismo), lo que obviamente indignaba a los grandes patricios de Atenas, como indigna en “Che” a muchos “bienpensantes” actuales. Por último, Platón también “idealiza” a su maestro por su propia conveniencia para justificar su “idealismo”, pero el bueno de Sócrates no era una persona muy digna de imitar, desde un punto de vista meramente de la “buenas formas y la buena educación social”, pues era bastante descuidado y su mujer lo repudiaba. De todas, formas “lo cortes no quita lo valiente” y su legado es fundamental para la filosofía idealista.