(Estas ideas tienen como base el fundamental libro La sociedad abierta y sus enemigos, de K. Popper. La comparto con el objetivo de entender nuestro sistema político).
En La Republica Platón argumenta que la forma de sociedad original e ideal de Estado perfecto es un reinado de los hombres más sabios y parecidos a los dioses. Esta ciudad-Estado ideal no puede ser cambiada, pues este cambio significaría la iniciación de un movimiento corruptivo. De tal manera que según Platón hay que aceptar la figura del Estado para poder preservar en el bien a la sociedad.
Sin embargo, las luchas de clases con intereses egoístas particularmente materiales o económicos constituyen la dinámica social del cambio que es casi inevitable. Por tanto, se puede decir que el cambio en el Estado es una enfermedad que muta del Estado perfecto a la timocracia, después muta a la oligarquía, luego a la democracia y finalmente a la tiranía. El cambio, a criterio de Platón, es una decadencia social en la que se ve al político como quien se ha “salvado” de la degeneración social.
Las diversas formas de gobierno son entonces copias imperfectas del verdadero modelo o forma del Estado, y son las guerras de clases que se generan en la misma clase gobernante, las que fomentan las revoluciones políticas que alejan a la forma de gobierno de su forma ideal y llevan a una transformación política.
Según Platón, el problema de las guerras de clases no se resuelve mediante un Estado igualitarista que permite la eliminación de las clases, sino que se resuelve mediante un otorgamiento de superioridad a la clase gobernante para que no pueda ser enfrentada. De hecho, para lograr la perfección del Estado, las clases se dividen en distintas castas a las cuales se les otorgan diferentes privilegios como la educación o la facultad de portar armas.
De esta manera, mantener el Estado ideal de Platón lleva a darle privilegios extras a la clase gobernante que conllevan cierto riesgo ético y moral sobre el abuso del poder que puede atentar contra la libertad de los individuos.
Para mantener la forma ideal del Estado es necesaria una separación de clases manteniendo a la clase gobernante con ciertos privilegios, para que las otras no puedan promover una revolución. Sin embargo, para mantener unida a la clase gobernante es muy difícil, por lo que es necesaria una nueva separación de clases dentro de la clase gobernante, en la cual la austeridad y autocontrol juegan un rol importante.
La filosofía historicista de Platón se basa en una visión dualista, que es entendida en la esfera de la ética como la oposición entre el bien y el mal; es decir, lo que preserva y lo que corrompe. En la esfera política como la oposición entre el Estado, como ente colectivo capaz de alcanzar la perfección y la autarquía, y la gran masa de individuos imperfectos y subordinados. Esta visión dualista se desarrolló para explicar el contraste entre la visión de una sociedad ideal y la sociedad real; es decir, entre una sociedad estable y una sociedad en proceso de revolución.
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Fuente: http://www.s21.com.gt/era-libertaria/2015/08/21/popper-contra-historicismo-iii
22 de agosto de 2015. GUATEMALA