Una de las cosas más complejas actualmente es el saber diferenciar entre apariencia y realidad, no solo por el esfuerzo propio que requiere saber diferenciarlo, también por el miedo que produce acercarse al abismo de la verdad. A veces simplemente es por pura dejadez o vagancia el no querer indagar un poco más y hacerse preguntas pero siempre hay que cuestionarse absolutamente todo.
Desde hace igual dos mil cuatrocientos años, hubo un filósofo griego muy reconocido que nos reflejó un poco este tema desde su punto de vista. Se llamaba Platón, fue uno de los filósofos más importantes y relevantes de la Antigua Grecia y fue uno de los discípulos más destacados de Sócrates.
Se podría decir que Platón es uno de los primeros filósofos que empieza a pasar por escrito todo su pensamiento filosófico, Sócrates por ejemplo, no escribió nada y toda su filosofía fue completamente oral. Pues bien, en la obra “La República” de Platón, el autor griego revela el famoso mito de la caverna, que aunque pasen los años, siempre se podrá comparar con nuestra sociedad actual.
El mito de la caverna cuenta la historia de que dentro de una caverna hay unos prisioneros encadenados por completo de cuello hasta las piernas y como consecuencia solo pueden mirar hacia el muro que hay en el fondo de la cueva. Sin que ellos lo sepan, detrás hay una hoguera encendida y entre ella y los prisioneros, hay un muro de cierta altura por donde pasan unos hombres que van con varios objetos y los van proyectando en el muro del fondo, de modo que los prisioneros solo pueden ver las sombras que los hombres proyectan.
Esas sombras son por ejemplo, armas, jarrones, árboles, figuras… Los prisioneros, que nunca han salido de la caverna ni han visto otro paisaje, están totalmente convencidos de que lo que ven es la pura realidad siendo que son simples figuras proyectadas por los hombres con ayuda del fuego. Pero un prisionero bastante inteligente, consigue quitarse las cadenas y sin que le vean sale al exterior. En ese momento, el prisionero liberado ve la auténtica realidad, donde los árboles, los jarrones y los pájaros son reales. El prisionero asombrado ante este descubrimiento tan importante, regresa al interior de la caverna para decirles a los compañeros que estaban viviendo en una gran mentira, pero nadie le hace caso y todos se burlan de él, creyendo que la libertad le ha enloquecido por completo.
Personalmente, considero este mito como uno de los más importantes y realistas de la filosofía antigua ya que refleja muy bien el comportamiento de nuestra sociedad actualmente. De una manera u otra, podríamos decir que seguimos viviendo en una caverna y todavía no nos hemos liberado.
Un ejemplo muy claro de un engaño oculto son los medios de comunicación. Los medios nos están continuamente engañando debido a que nos muestran lo que ellos quieren de la realidad. No nos quieren mostrar toda la verdad porque igual no les interesa a los “jefes” de arriba que la gente empiece a pensar por sí misma y saque sus propias conclusiones.
Muchas veces las noticias que vemos por el telediario o las que leemos en la prensa, se apegan a los intereses del gobierno. Por ejemplo, imaginémonos que se produce un atasco enorme, ha nevado muchísimo y todos los coches se han quedado atascados y paralizados en la carretera teniendo que pasar la noche allí. A la mañana siguiente, esta noticia se publica en la prensa y queda reflejada en todos los periódicos, pero posiblemente diferentes periódicos te cuenten las verdades que les interesan.Si lees un periódico que políticamente es de izquierdas, la verdad será que la culpa ha sido por parte del gobierno por no haber cortado las carreteras y por haber puesto en peligro la vida de los conductores. En cambio, si lees la noticia en un periódico que políticamente es de derechas, seguramente la culpa sea de los ciudadanos por haber salido a la carretera nevando. La conclusión coherente de este ejemplo que he dado, es que cuando ha sucedido algo hay que escuchar todas las versiones posibles porque si solo escuchas una, igual te quedas con la falsa.
Y en el ejemplo, si hubiéramos escuchado las dos versiones, deduciríamos que la auténtica verdad es que los conductores no tendrían que haber salido a la carretera con ese temporal pero el gobierno tendría que haber cortado las carreteras como medidas de precaución.
Los medios siempre nos dan solo un trozo de lo real, nos dan su opinión y nos la muestran como la única verdad, dejando al espectador en una situación todavía más ignorante.
Volviendo al mito, Platón como ya he dicho, plasma muy bien esta idea de realidad y apariencia, ya que hoy en día, cuando nos cuentan una cosa, no nos la creemos hasta que no tenemos una prueba fiable que lo afirme con argumentos sólidos. Sin embargo, el problema es que la mayoría de la sociedad actual prefiere vivir en la ignorancia ya que conocer la verdad supone un gran esfuerzo y la mayoría de gente no tiene tanta fuerza de voluntad porque la verdad siempre viene de la mano de varias consecuencias que no suelen gustar. Esas consecuencias que derivan de la verdad y de la realidad, suelen venir cargadas de miedo o de incertidumbre y el ser humano ante eso, se hace como una especie de escudo de defensa, pero la realidad es que es estúpido protegerse de la verdad.
Vale más vivir en la realidad aunque duela (con el tiempo dejará de doler) que vivir en una gran mentira por miedo y simple comodidad.
De alguna manera, esto lo podemos relacionar con el desprecio que hay hacia la filosofía. La filosofía ayuda a tener un pensamiento crítico y a cuestionarse absolutamente todo pero los que nos manejan como “marionetas” desde arriba, no piensan lo mismo. A ellos no les conviene que la gente empiece a razonar por sí misma. Por eso quieren que la filosofía muera en las aulas, pero por suerte aún quedamos gente sensata y coherente para que continúe estando viva.
Notas
Fuente: https://www.aragondigital.es/2021/06/02/platon-politica-y-fake-news/
2 de junio de 2021. ESPAÑÁ