Cavernas y palacios

“El cerebro fue un órgano prácticamente invisible y hasta anónimo durante la historia de la humanidad. Aristóteles estaba convencido de que su función no era más que la de un refrigerador para que la sangre no se calentara demasiado”, leemos en las primeras páginas de Cavernas y palacios. “Es más: hasta tiempos muy recientes, el… Continuar leyendo