¿O somos de Locke o somos de Kant?, ¡ni somos de Locke ni somos de Kant!

Gran patraña, la premisa de la dualidad con la que fue fundado occidente, además de un culto excesivo y casi que enfermizo al conocimiento, estas cuestiones hacen que las cegueras heredadas de la cultura grecorromana impidan ver la realidad de la educación en el mundo, de lo cual el sistema educativo colombiano es una heredero ciego y doctrinal.
Mientras que el empirismo de Locke plantea una concepción práctica de la vida, basado en la experimentación de las vivencias del sujeto, Kant plantea que nuestras ideas son a priori y con tendencia universal. Sin meternos a profundidad en las reflexiones filosóficas que no son el objetivo de este escrito, si atrevámonos a mirar esta dualidad planteada desde lo educativo o más bien desde lo pedagógico.

La concepción de Kant es bien interesante ya que plantea que el sujeto debe hacer uso de un tipo de razón pura, que el conocimiento debe volverse objetivo y que existen conocimientos universales válidos, existiendo juicios llamados a priori que representan esa pureza, y que se deben aceptar volviéndose parte prioritaria del conocimiento en general.

Para Kant el sujeto debe buscar la legitimidad del conocimiento y la pureza del mismo, es decir, para este pensador el conocimiento debe ser un ideal teórico, basado en la búsqueda de la universalidad del mismo, la educación por lo tanto debe seguir estos patrones de conducta y formar sujetos evidentemente racionales y evidentemente objetivos. Para este filósofo existe la dialéctica o la dualidad en el proceso de conocer el mundo. Se privilegia entones el conocimiento abstracto, a la experiencia con el conocimiento.

El empirismo de Locke plantea un tipo de aprendizaje donde el estudiante se acerca al conocimiento desde su experiencia personal y construye un mundo de ideas sobre este, por lo tanto bajo la nueva denominación psicopedagógica podríamos decir que este filósofo plantea una concepción basada en la experiencia que se aplica a la educación.

El gran problema de Locke es ver al sujeto como una tabula rasa donde se debe imprimir el conocimiento del mundo mediante la experiencia, aunque esto niega el principio básico del constructivismo, si deja claro que el aprendizaje es una construcción del aprendiz mediada por los profesores quienes le aportan a su proceso de formación. Pero ¿Qué es interesante en Locke, que Kant no puede ver y que Locke pasa de largo?; pues que el aprendizaje ocurre como un proceso de mediación permanente entre la experiencia de quien aprende, junto con la experiencia de quien enseña, y que esta mediación es social como bien lo planteará Lev Vigotsky siglos más tarde.

Afortunadamente existen países que han roto estos paradigmas educativos que Colombia no se atreve a cambiar, las experiencias de los países asiáticos, Cuba y Estados Unidos, donde el estudiante es evaluado en función de sus potencialidades y se ubica en una rama del conocimiento donde puede dar lo mejor de sí a la sociedad teniendo en cuenta también su estilo de aprendizaje. Estas concepciones han permitido a estos países mejorar sus niveles educativos y por lo menos ubicar al estudiante en la rama del conocimiento para la cual está tanto genéticamente como culturalmente capacitado.

Fuente: http://www.eldiario.com.co/seccion/OPINION/o-somos-de-locke-o-somos-de-kant-ni-somos-de-locke-ni-somos-de-kant-1511.html

26 de noviembre de 2015. COLOMBIA

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