Höderlin en Heidegger
Heidegger estudia a Höderlin con el fin de encontrar la existencia de una relación entre poesía y pensamiento. Höderlin ocupa un lugar fundacional en lo que se refiere a la relación entre pensar y poetizar. Con el poetizar, que cumpliría un papel mediador en su obra, intenta Heidegger sobrepasar las posibilidades del pensar metafísico, con el fin de continuar por un camino que le abra vías hacia la superación de la metafísica reformulando la pregunta por el ser, así como también saber si la esencia del hombre podía “volver en sí”. Un “volver en sí” reflexionante sobre lo que es común al pensar yal poetizar. Un pensar que quiere hacerse uno con el poetizar, manteniendo la distancia suficiente que permita trascender este poetizar hacia lo que poetiza en él. Pensar que debe tomar en principio la forma de un oír y un escuchar.
Höderlin, como poeta del poetizar, pone a la poesía misma en el lugar fundacional en el que el pensamiento se encuentra presente. Su poetizar se encuentra frente al pensar como una posibilidad de mediación entre el presente y el origen. Lo presente y lo Griego (teniendo claro que tanto Höderlin como Heidegger tuvieron como fuente de inspiración a los griegos). Origen que se pretende alcanzar como eso primero, lo que significa el “entre”, la distancia que como tal se oculta para que lo dado sea.
Empero el camino por el que llegaremos a la respuesta, más que camino es escapatoria2. Escapatoria que puede interpretarse como un huir de la medianía de una vida sin forma en que el Dasein ha caído en el Uno, para lograr su cuidado de sí, ya que en el encuentro con la poesía se encuentra naturalmente la expresión poética fundante que se manifiesta en la palabra que lleva al Ser.
El encuentro con lo poético después de su giro, dice Heidegger, puede ser una escapatoria, similar al giro tomado por Höderlin quien en su poética e inspiración, desvió sus preocupaciones iniciales por el tema griego.
“La poesía crea sus obras en el dominio y del material de la palabra de Hölderlin”,2 palabra discursiva que utiliza metáforas y que se supone fue primero en el orden de una lengua cuando en el origen fundante del Logos, en el comienzo del inicio de un pueblo, se le dio nombre al Ser, es decir, se fundaron las lenguas.
Heidegger, analizando los versos de Höderlin, explica que la poesía, como palabra, es o puede ser al mismo tiempo, el más inocente y el más peligroso de los bienes pues la palabra, que es conocimiento, puede generar situaciones, acciones o pensamientos positivos o negativos como pueden ser por ejemplo la bondad o la maldad. Por lo que con la palabra o a través de la misma, el Ser puede verse amenazado ya que la palabra puede significar la alienación del hombre por el Uno, que, por medio de según que decisiones, pueden llevarlo al estado Inauténtico.
En lo que refiere al origen de la significación de la palabra y de la nominación de todo los entes que lo rodean como cosa, dice que este ejercicio fundacional se realiza con el advenimiento de palabras fundadoras y esenciales en el acto del Logos, generador del habla primigenia durante la creación de los pueblos y que se encuentra en sus Mitos primigenios poéticos como se puede ver, por ejemplo en los griegos la Iliada o la Odisea. El acto poético es un acto de apertura ontológica del lenguaje y allí donde hay lenguaje hay mundo. Es necesario que la palabra se vuelva común y se convierta en el habla que hace hablar al hombre para que sea comprendida y se vuelva propia de los hablantes, puesto que de esta manera el Ser se mantendrá y permanecerá como logos, esto es, habrá un mundo fundado y sucederá una historia entre los pueblos que comparten su mundo y que tienen la posibilidad de ampliar nuevos mundos en la palabra que, por parte del Dasein implica un continuo ampliar los Entes en el Mundo. De esta manera la palabra viene al Ser, convirtiéndose en diálogo e intercomunicación del hombre como Dasein, del Ser en relación con el Mundo.
Metafísica y poética
Desde la metafísica, se sustituye el pensar y lo pensado por el poetizar y lo poetizado. La interpretación se convierte en un relación entre pensar y poetizar. El primero debe percibir lo pensado en el poetizar. Si se concibe la relación entre lo que hay en la poesía y el pensamiento de un modo diferente, lo primigenio y fundamental habría de ser la relación necesaria entre pensar y poetizar, una relación que no corresponda a la aplicación de una forma a un contenido. Así, solo sería posible el poetizar como posibilidad primigenia del pensar mismo.
El hombre es palabra en diálogo y lo más esencialdel Ser acontece en el Logos fundante como instancia que constituye el Ser en todas sus determinaciones metafísicas de la verdad, que son más o menos, inmediatamente inseparables de la instancia del Logos.
En lo que respecta al poetizar, el pensar está orientado a lo que se tiene que poetizar y, de ese modo se remite lo histórico a la historia fundamental en cuanto acontecer originario abriéndose camino a un nuevo pensar. El pensar, y por tanto el poetizar, se hallan orientados a una tarea fundacional. Por medio de ese pensar-poetizar, que es recordar, el pensar fundacional se dirige al origen de lo propio y al fundamento común a ambos. El pensar es un modo existencial y no un atributo. El pensamiento del poetizar debe consistir en un disponerse a la reflexión sobre la distancia. Y esa reflexión constituye el pensar referido al origen, como pensar originario.
El poetizar requiere también un escuchar diferente. Es una actividad reflexiva, un volver en sí que se funda en la constitución ontológica del Dasein. Pensar es estar abierto a la percepción, abriéndose a la posibilidad misma del Ser. Por tanto, el poeta no es el artífice del Ser sino quien lo funda, puesto que el ser y la esencia de las cosas nunca se pueden alcanzar y derivar a partir de lo existente, por lo que deben ser creados, establecidos y otorgados libremente posibilitando la abertura. Abertura en la que tiene lugar tanto lo que se presenta como lo que se ausenta, con el fin de encontrar un término que posibilite plantear la pregunta por el ser.
La Palabra y las palabras
La palabra, dice Heidegger, es la más alta caracterización de su esencia, pero se ha de tener en cuenta que entre la Palabra y las palabras hay una diferencia esencial que tiene que ver con lo que es primero y originario. La Palabra es lo que poetiza en el poetizar, mientras que las palabras son el producto de la creación. Las palabras del poeta posibilitan el advenimiento de La Palabra. Sólo hay palabras donde hay lenguaje, pero solo hay lenguaje donde rige La Palabra. La Palabra es el origen del lenguaje, el cual emite palabras, que al mismo tiempo pueden dividirse en palabras que provocarían los distintos sentidos de interpretación. Por tanto, la diferencia entre La Palabra y las palabras tiene que ver con la diferencia entre esencia del lenguaje y contenido utilizable. Así como para Heidegger la verdad del ser está relacionada con su ocultamiento, La Palabra tiene que ver con lo no dicho.
El trabajo del intérprete es por tanto pasar a través de lo dicho en el poema, hacia La Palabra quedando expresado la posibilidad de que haya un espacio esencial y primigenio en el que se encuentra fundada la relación entre pensar y poetizar.
Entre la Palabra y las palabras la diferencia tiene que ver con la originariedad, que es igual a decir con el poetizar, pero lo poetizado en la poesía y el contenido del poema no son lo mismo puesto que el poetizar es esencial, fundante y originario y la poesía es atendida como realización particular. Uno pertenece a La Palabra, el otro a las palabras. Lo poetizado no es por tanto producto de la poesía. Lo que queda expresado es la posibilidad de que haya un espacio esencial y primigenio sobre el que se encuentra fundada la relación entre pensar y poetizar.
El hombre es lenguaje en diálogo
Podemos decir que desde los antiguos griegos la palabra fue considerada como una característica fundamental del Ser-hombre y, esta palabra primigenia se expresa con el lenguaje poético y de creación. Para estos autores, Grecia es el acontecer que funda la historia; pero la distancia del presente referido a Grecia, cuando se encuentra referido como pensado, convierte al presente en fundamento del propio presente, que acontece por ello mismo. Grecia se presenta entonces como la presencia de esta constitución, que ha sido fundada de un modo histórico fundamental como un destino que debe ser pensado y remitido continuamente a su origen, para que el pensar, poetizar, de esa posibilidad, mantenga abierta la distancia.
Este estudio le permitió a Heidegger afirmar que el ser del hombre se fundamenta en la palabra como su esencia y que la palabra viene al ser como diálogo, estableciendo la intercomunicación humana para transmitir nuestro mundo dentro de nuestro Ser en el mundo como diálogo lo que establece la intercomunicación humana para transmitir nuestro Ser en el mundo. El dialogo habla por sí mismo a través de la lengua, lo que nos permite escucharnos unos a otros, puesto que las palabras se encuentran pre-construidas y se le dan al hombre desde muy temprana edad como una especie de habilidad del Ser. Así, la palabra primigenia del Ser es el Logos, que tiene una formulación poética condensatoria, creacionista y dialogante en el Mito y que se encuentra en el principio y creación de todos los pueblos.
Referencias:
1Heidegger,Martin, Hoelderlin y la esencia de la poesía
2Heidegger,Martin, Hoelderlin y la esencia de la poesía
Bibliografía:
Heidegger, Martin. Ser y tiempo.
http://www.philosophia.cl/biblioteca/Heidegger/Ser%20y%20Tiempo.pdf
Heidegger, Martin, Höderlin y la esencia de la poesía.
http://www.heideggeriana.com.ar/textos/holderlin_esencia-poesia.htm
Hiedegger, Martin, La palabra, La significación de las palabras
http://www.heideggeriana.com.ar/textos/palabra_significacion.htm
Gutiérrez Cuartango, Román, Así como fundan los poetas, (Heidegger y la poesía de Höderlin). La Ortiga, ensayo nº 20/22
Fuente: http://restaurandolalengua.wordpress.com/2013/05/23/logos-y-metafisica-en-martin-heidegger/
31 de mayo de 2’13