El filósofo italiano Antonio Baggio opina que hay una visión distorsionada de la historia, cuando se pone énfasis en su costado destructor.
“La verdadera política sólo se hace con la fraternidad”. Lo dice Antonio Baggio, el filósofo italiano que participa en Tucumán en el Multiespacio “Fraternidad”, que organizaron las cuatro universidades de Tucumán y el Instituto Provincial de Administración Pública (IPAP) y que concluirá hoy.

Baggio es Profesor de Ética Política de la Universidad Gregoriana de Roma, autor de “La fraternidad en perspectiva política” (entre otras obras), ex marxista, inspirado por el pensamiento de Chiara Lubisch, referente del movimiento de los Focolares y convencido de que la más perfecta de las revoluciones ha sido la que encaró Gandhi.

-¿Cómo conciliar política con fraternidad, en el siglo XXI?
– Cito la afirmación de Von Clausewitz, de que la guerra, técnicamente, es una renuncia a la fraternidad. Esto lo tenemos como modelo, como arquetipo, en Caín y en Abel. El primer homicida es aquel que niega la fraternidad. Esto se repite a lo largo de la historia de distintas maneras, hasta el siglo XXI. Todavía hoy sigue siendo verdadero aquello que decía Clausewitz, que mientras haya fraternidad hay política. Cuando no la haya, la verdadera política termina. Y vale aclarar que la fraternidad, dentro de sí misma, tambien comprende el conflicto. El conflicto también es un modo de encontrarse. Lo peor es cuando no hay encuentro, como en el totalitarismo.

– ¿Qué opina de miradas como la de Laclau, de cierto revisionismo del pensamiento de Carl Schmitt?
– Son modos de pensar que definen la política sobre la base de la guerra. Justamente, lo opuesto de lo que decíamos recién. Según Schmitt, toda la política está en función de la guerra. Lo que yo me pregunto es si estamos seguros de que estamos leyendo bien la historia, porque tenemos una mentalidadhabituada a atribuir a la guerra, a la violencia, como motor de la historia. Y esto puede ser un error en la visión histórica, porque los elementos de violencia y de guerra nunca construyeron nada. Nosotros decimos que se creó una nueva situación luego de una guerra. Sin duda. El hecho de que estemos vivos después de la guerra se apoya sobre aquellos que no hicieron la guerra, sobre los que construyeron. Se lo debemos a ellos. Existen dos acciones, de construcción y de destrucción, que se entrelazan. Pero nosotros sólo vemos la destructiva.

– ¿A qué atribuye que hoy irrumpa con tanta fuerza ese pensamiento confrontativo?
– En algunos lugares de Europa, siempre se le prestó atención al pensamiento de Schmitt; sólo que por algunos años quedó confinado al circuito de la derecha. Potenciaba esta idea machista que circula a veces en parte de la derecha, de que la vida es una lucha entre los más fuertes. Pero no se puede reducir a Schmitt a este pensamiento; porque es un pensador muy rico, y muy útil. Porque si no se confronta uno con Schmitt, no se puede consolidar la visión propia. Es un verdadero pensador. Y en épocas de crisis como ésta se salen a pescar pensamiento sólidos. Cuando hay inseguridad, un pensador como él puede ser usado: existen los amigos y existen los enemigos.

– ¿Hay épocas en las cuales la política se acerca a la fraternidad más que en otras?
– En toda época. Lo que yo digo es que vemos la historia reduciendo sistemáticamente las fuerzas del bien. Porque en nosotros caminan ideologías a las que no tenemos que darles crédito. El mismo pensamiento dialéctico, por ejemplo, que de Hegel a Marx es visto como un pensamiento de liberación, ayuda a los que dicen: “quiero dar la vuelta la sociedad”. Pero, paradójicamente, es un pensamiento parecido al de Schmitt, porque le da mucha fuerza a la confrontación como motor de la historia. El motor de la historia es el bien. En medio del desastre social hay personas que reaccionan contra el mal eligiendo el bien. A veces es difícil distinguirlos de los demás, pero son ellos los que permiten que las cosas se pongan en pie.
Fuente: http://www.lagaceta.com.ar/nota/347100/Informaci%C3%B3n%20General/verdadera_politica_solo_hace_con_fraternidad_.html

ARGENTINA. 5 de octubre de 2009