La historia de las ideas políticas a través de su decurso no han descansado en seguir discutiendo si toda ley encierra un contenido de justicia y eso explica las posiciones ideológicas de Platón, Aristóteles, Roma, Kant, Santo Tomas y otros.
Lo cierto es que nunca han coincidido esos dos conceptos de vida.
Tomás de Aquino quien viviera en el siglo XIII de nuestra era, origen napolitano, disertaba sobre el concepto de ley y lo ligaba como regla medida de nuestros actos, de acuerdo a la razón.
La tomística parte del principio de que la ley pertenece a la razón, ya que esta debe ser la medida de todas las cosas.
La palabra ley según el autor, proviene de “lex “que deriva de “ligare” que significa ligar, lo que explica que todos debemos estar ligados a la ley con su carácter de razonable.
Mandar o prohibir es su mandato. Mide y regula los actos humanos y los actos humanos deben tener su origen en la razón.
Se recoge en esa forma la vieja tesis aristotélica de que el acto voluntario del hombre es el que se origina en la razón.
Por tanto, lo que hace y debe hacer la ley es medir racionalmente, si ese acto voluntario obedece a la razón.
La teoría tomística, considera que el acto involuntario no se califica de humano, para concluir que la ley debe obedecer a la razón.
También explica que el fin de la ley debe tener por finalidad la felicidad o bienaventuranza de la vida humana.
No obstante, que la ley es impuesta por unos sobre otros todos quedan regulados por la ley.
La promulgación de la ley es el conocimiento público de la misma y hacemos esta observación porque en Colombia la promulgación se limita a la publicación de la ley en un periódico cerrado de carácter público que es el Diario Oficial.
Todos los días se sancionan leyes y se promulgan sin que el grueso de la comunidad esté enterada de su contenido, faltando una cultura ciudadana de que la ley no solamente debe ser promulgada para conocimiento de los abogados, sino de todos, y para eso sería importante que el Ministerio de Justicia contara en la prensa nacional con páginas donde publiquen los textos de leyes y decretos nacionales que se expidan para conocimiento de la ciudadanía.
Por ejemplo, en los primeros días de enero se sancionó y promulgó una ley sobre el enanismo y pocos la conocemos.
Ni los mismos abogados podemos conocer el contenido completo de las leyes y muchas veces nos atenemos a los comentarios de prensa.
Más allá de la misma promulgación en un diario oficial cerrado vale la pena que se le haga publicidad general con destino a la ciudadanía. Por eso, hay que admirar al presidente Obama que en la Casa Blanca ha creado un departamento de Internet para que cualquier ciudadano o persona del mundo pueda enviar allí el correo que estime conveniente a la marcha de la administración y los puntos de vista sobre leyes a sancionarse. Hoy la informática debe estar al servicio del buen administrar.
Lo que antes era el blog de Change gov. es ahora White House.gov, de acceso para toda persona y en especial que crea una comunicación directa con la Casa Blanca. Es hora de que la ciudadanía conozca la ley y tengan acceso a los gobernantes.
Todo esto para pensar que el concepto de justicia no debe limitarse a una justicia distributiva o conmutativa, ésta última soporte de los contratos sino desarrollar la justicia como una virtud moral, gobernada por hombres justos, y dar a cada quien el derecho según la ley justa y la tomística da un ejemplo de vida: así como nadie se atreve a nadar sin saber hacerlo, nadie debería atreverse a administrar justicia sin poseer la virtud de la justicia.
Que importante esa reflexión moral para los nuevos tiempos.
Fuente: http://el-informador.com/detopin.php?id=3304
Santa Marta,Colombia. Viernes, 23 de enero de 2009