La Jerga del filósofo

Demiurgo
Término procedente del griego “demiourgós” (etimológicamente, servidor del pueblo, maestro en un arte, artesano). Es el nombre con el que Platón se refiere en su cosmología (Timeo) al hacedor del universo, presentándolo como un semidiós que actúa como causa eficiente al ordenar la materia preexistente, pero que se hallaba en estado caótico, tomando como modelo la perfección y la belleza del “kosmos noetós” (mundo de las Ideas).

Determinismo
Doctrina filosófica, (y también científica, con la posición adoptada por Laplace), que afirma que todos los acontecimientos de la naturaleza están sometidos a la acción de leyes universales de carácter causal, de modo que unos derivan necesariamente de otros según una cadena de causas eficientes. El determinismo niega, pues, que pueda tener lugar una acción libre o por azar en la naturaleza, es decir, que no pueda ser explicada recurriendo a causas eficientes. En general, las concepciones deterministas de la naturaleza suelen estar asociadas al mecanicismo y, en el caso de las acciones humanas, plantean el problema del determinismo moral.

Devenir

Término con el que se designa el proceso de ser, bajo el que se incluyen todos los tipos de cambio, (movimiento, alteración, generación, corrupción…) y que suele ir asociado a expresiones como “llegar a ser”.
En general, y a partir de la filosofía griega clásica, el hablar del ser como “devenir” marca la oposición a una concepción del ser como algo estático, y se suele considerar las posturas defendidas por Heráclito y Parménides como representativas de una y otra posición, respectivamente. Se ha entendido, pues, que el “devenir” se oponía al “ser”, en el sentido de que el proceso de ser, o de “llegar a ser” algo, se opone a la inmovilidad del ser.
La afirmación del devenir, del ser como proceso, se identifica con una concepción dinámica de la realidad, de la que suele considerarse a Heráclito de Éfeso como su más representativo defensor.

Dialéctica
Término procedente del verbo griego “dialeghestai” y que se refiere originalmente al arte del diálogo y de la discusión razonada, (“dialectiké techné”), y que adquirirá distintos significados a lo largo de la historia del pensamiento.
En Platón la dialéctica se opone a la erística, y se identifica generalmente con el movimiento ascendente del alma en busca de una comprensión cada vez más universal de la realidad, que culminaría en el conocimiento de la Idea, tal como lo expone, por ejemplo, en la “alegoría de la línea” (República, VI). En este sentido, formarían parte de la dialéctica platónica dos movimientos lógicos, uno de “composición” (en busca de una mayor generalización), y otro de “división” (el establecimiento de las distinciones entre los distintos géneros).

En Aristóteles la dialéctica se identifica con la parte de la lógica que se ocupa del estudio del razonamiento probable, pero no de la demostración, por lo que el término irá quedando asociado, así, a la habilidad para argumentar, confundiéndose a menudo con la retórica, y terminando por adquirir un significado peyorativo que todavía se puede observar en la filosofía de Kant, quien considera a la dialéctica como una mera “lógica de la apariencia”.
En Hegel la dialéctica volverá a convertirse en el núcleo mismo de la filosofía, siendo considerada como un método de conocimiento y como la expresión del devenir de la realidad (de su desplieguey realización), en la que la oposición sujeto/objeto se manifiesta como la unión de elementos opuestos en una síntesis que lleva a la comprensión de la realidad como Absoluto.
La dialéctica hegeliana es asumida por Marx, quien manifiesta haber invertido sus fundamentos, para terminar concibiendo la síntesis superadora no como la simple reconciliación de la unidad originaria de la Idea, sino como la eliminación del momento negativo de la realidad, a la que, en su dimensión social, concibe como al devenir hacia el comunismo.

Cortesía de www.webdianoia.com

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *