Si bien es cierto que hace dos siglos la enseñanza de la filosofía partía de un contexto cultural y social claramente diferente del actual esto no impide que se puedan elaborar una serie de reflexiones críticas que aporten planteamientos interesantes y provechosos.
Para el gran pensador alemán la filosofía puede ser aprendida como cualquier otra disciplina o ciencia. Porque es evidente que la formación que se logra con la comprensión de las diversos sistemas filosóficos a lo largo de la historia es esencial para una adecuada preparación de cualquier ciudadano. De hecho Hegel se opuso a una separación artificial entre el aprendizaje de la filosofía y el filosofar. Porque es claro que el mismo vocabulario filosófico es una de las condiciones para una rigurosa y precisa argumentación filosófica. Además como es sabido el elenco de problemas metafísicos y filosóficos en general es enorme, y precisa de un conocimiento profundo de los escritos de los filósofos más importantes.
Incluso una idea como la del esfuerzo personal está ya presente en los escritos pedagógicos de Hegel, ya que los contenidos filosóficos se dirigen a la realidad para aprehenderla y comprenderla y también para ofrecer o posibilitar nuevas alternativas de mejora.
El interés de Hegel porque la escuela y en general el sistema educativo sirva para una inserción en la vida social y pública que sea productiva y satisfactoria es algo que en pleno siglo XXI sigue siendo un objetivo compartido. Ser ciudadano de un buen estado es una de las aspiraciones hegelianas en relación con la enseñanza de la filosofía que abarca la totalidad de lo real en toda su complejidad.
Ciertamente es indudable, a mi juicio, que la enseñanza debe estar relacionada de una forma completa con la realidad social y mundana. A diferencia de lo que plantea Rousseau que afirma una educación basada exclusivamente en lo natural Hegel es consciente de la ineludible necesidad de tener presente la actualidad del mundo y de la realidad para una formación más plena y profunda. De hecho la interacción y relación entre la filosofía académica y la mundana es posible y deseable como ya planteaba Kant. Hegel acertadamente está de acuerdo con este planteamiento porque supone la plasmación del interés por el tiempo presente y por la realidad y por los problemas que son inherentes a la existencia humana que tiene un inevitable nivel de problematicidad intrínseca por causa de su historicidad y finitud.
La filosofía así como en general los estudios humanísticos ofrecen una interpretación general y totalizante de lo humano que es fundamental en la formación educativa de los adolescentes y que es extrapolable también a cualquier tipo de enseñanza o aprendizaje.
Anticipándose a lo que sucede en el siglo XXI Hegel ya nota claramente que la existencia en el primer tercio del siglo XIX es parcial y fragmentaria. Actualmente se puede decir que esto se ha acentuado mucho más. Precisamente ante esta situación la filosofía y los estudios humanísticos potencian una existencia más plena, rica y profunda con una visión más amplia de la realidad y de lo humano.
Hegel como admirador de la vida griega antigua reconoce que el mundo en el que vive está muy atomizado en numerosas profesiones que no desarrollan de modo armonioso y coherente las capacidades de autodesarrollo individual como si sucedía en la civilización griega al menos en el caso de los hombres libres.
El pensador germano se opone a la pedagogía lúdica de su tiempo, ya que suponía una consideración excesivamente superficial de las capacidades y actitudes de los alumnos. En este sentido no está de acuerdo con los optimistas planteamientos pedagógicos de Fr. Fröebel y J. P. Richter así como de Rousseau. Porque en la enseñanza elemental aunque el juego es un medio formativo no lo es todo en el proceso de aprendizaje. Y es que el trabajo de la formación es un trabajo duro y exigente algo que es explícitamente afirmado por Hegel. Si bien como es natural la labor del profesor es esencial y determinante para potenciar el aprendizaje del alumno.
Además tanto la formación teórica como la práctica son fundamentales en cualquier curriculum que pretenda adecuar la adquisición de habilidades, competencias y contenidos de los alumnos desde una perspectiva que considere la realidad en la que se imparten los conocimientos. Ciertamente la labor de Hegel como director del Gimnasio de Nurenberg institución educativa de lo que actualmente entendemos como enseñanza media se centró no solamente en la gestión burocrática, administrativa y organizativa sino también en la la función docente durante doce horas semanales. El Gimnasio es un Instituto o centro de humanidades en el que va a desarrollar Hegel su actividad lectiva a lo largo de ocho años. Es un centro educativo en el que las lenguas clásicas griega y latina poseen una importancia decisiva. Tambien Hegel se esfuerza en este periodo por lograr una mayor claridad en sus explicaciones filosóficas. No en vano escribe Hegel en una carta a Niethammer : “es más fácil hacerse incomprensible de una forma sublime, que ser comprendido de una forma sencilla, y que, la instrucción de la juventud y la preparación de la materia para ello constituyen la última piedra de toque de la claridad”. Indudablemente la exigencia de rigor y profundidad propio del saber filosófico es algo que es muy positivo para la formación y educación de los alumnos. Y en esta cuestión también insiste el gran filósofo suabo. La actitud metódica y rigurosa propia de Hegel como profesor se fundamentaba también como es lógico en la asimilación y discusión crítica de los contenidos filosóficos que son históricos.
Más rasgos positivos del planteamiento educativo de Hegel son: el valor formativo de la relación con lo cósico mediante el juego y el trabajo. El valor del método dialéctico para clarificar los procedimientos educativos. La integración entre el individuo y la sociedad en el proceso educativo y formativo y la apuesta convencida por una formación humanística en medio de la atomización y particularización de la vida moderna que no hace posible el pleno desarrollo humano.Frente a la vaciedad conceptual se debe buscar el desarrollo de la argumentación, la crítica y el análisis que proporciona el saber filosófico y la reflexión. Según la normativa de Niethammer, la filosofía debía impartirse en todos los cursos del Gimnasio. También su experiencia como Consejero escolar función a la que accedió en 1813 le proporcionó la posibilidad de aconsejar y ofrecer alternativas pedagógicas, burocráticas, administrativas y formativas. Ya en 1822 en Berlín como profesor universitario Hegel escribe un nuevo informe acerca de la enseñanza de la filosofía en los Gimnasios o Institutos en el que elabora una serie de consideraciones educativas y formativas que deben ser entendidas en el contexto social y cultural de su época.
En conclusión todas estas consideraciones refuerzan, a mi juicio, la relevancia de la enseñanza de la filosofía como materia primordial en la formación por las razones ya expuestas también en la actualidad, y estoy convencido de que con más motivos y numerosos argumentos de peso en la denominable sociedad del conocimiento del siglo XXI.
Fuente: http://www.lne.es/gijon/2014/07/08/filosofia-hegel/1611456.html?utm_medium=rss
8 de julio de 2014. ESPAÑA