Reflexionando en torno a la crueldad y al texto Estados de ánimo del psicoanálisis, de Jacques Derrida, quisiera iniciar tomando la cita donde el autor interpreta a Freud y a Nietzsche en el sentido en que para ellos la crueldad seguirá siempre inventando nuevos recursos.
La crueldad avanza
Si las cosas son así y la crueldad es capaz de inventar cada vez nuevos recursos para expresarse y manifestarse, ¿qué pasa cuando además de seguir siendo un concepto “oscuro y enigmático”, tal como lo expresa Derrida, pretendemos combatirla y legislar contra ella desde marcos éticos y jurídicos rígidos y obsoletos?
Ante estos planteamientos surge un alud de preguntas de cara a la realidad. La presencia de la crueldad en la historia de la humanidad es una constante; sin embargo, en la actualidad las manifestaciones de ésta y la diversidad de las mismas resultan apabullantes.
¿Qué pena o condena debe aplicarse a un secuestrador que hostiga, martiriza y mutila a su víctima y además ejerce una tortura mental a los familiares del secuestrado? ¿Cómo entender y cómo aplicar la justicia en los casos de adolescentes que masacran a compañeros de clase y a profesores? ¿Qué hacer con los homicidas en serie? ¿Qué condena merecen los terroristas (asesinos) que, agazapados tras la falsa defensa de un nacionalismo, matan a centenares de gentes inocentes, dejando heridas y duelos de difícil elaboración en las familias y en la sociedad civil? ¿Cómo interpretar que el terrorismo pretenda combatirse con “justicia infinita” o con “tormentas en el desierto” prometiendo a cambio una “libertad duradera” cuando lo que existe por debajo son mezquinos intereses económicos y un ensoberbecido y delirante orgullo, además de una ceguera total por el poder?
Preguntas y sólo preguntas que no hacen sino confirmar que, a pesar de ver las múltiples y espeluznantes máscaras de la crueldad, en esencia, de ella, no sabemos nada. La justicia es ciega e incompetente, y se imparte desde el supuesto estado de derecho sin contar con lo inadecuado y obsoleto de las legislaciones en torno a los crímenes perpetrados a la luz de la crueldad.
De allí que Derrida denuncie la total incompetencia para enfrentar la crueldad, ya que todas las explicaciones posibles dentro de los campos teológicos, jurídicos y éticos actuales pretenden brindar explicaciones (inútiles e inacabadas) atrapadas o avaladas por algún tipo de “coartada”. Por tanto, reta al psicoanálisis a meditar y trabajar sobre ello ya que, para él, el sicoanálisis sería justamente “el nombre de eso que, sin coartada teológica ni de otra clase, se volcaría hacia lo que la crueldad síquica tendría de más propio”.
En esta tónica, Derrida se pregunta: “¿qué significan crueldad, soberanía y resistencia? ¿Qué les hacemos significar? Y, sobre todo, ¿en qué una cosa que se llama sicoanálisis puede otorgar, inclusive cambiar, el sentido de esta pregunta precedente?”
En su opinión, la cual comparto, hay una abierta crítica a las instituciones, conceptos y prácticas arcaicas de la ética, de lo jurídico y de lo político “que parecen todavía dominadas por una cierta lógica, es decir, por una cierta metafísica ontoteológica de la soberanía (autonomía y omnipotencia del sujeto)”.
Ante ello exhorta al sicoanálisis a penetrar y pensar en estos campos, “particularmente en esos lugares sísmicos donde tiembla el fantasma teológico de la soberanía y donde se producen los acontecimientos geopolíticos más traumáticos, digamos inclusive, confusamente, más crueles de estos tiempos”.
Fuente: http://www.jornada.unam.mx/2008/08/22/index.php?section=opinion&article=a06a1cul
A JOSE CUELI
HOLA JOSE SOY HIJA DE MAESTRO FELIPE LACOUTURE NECESITO AYUDA DE BIBLIOGRAFIA PARA TERMINAR TRABAJO DE DIPLOMADO SOY PSICOLOGA
ENCARGADO DE PUBLICACION PUDIERA MANDARME ALGUNA FORMA DE MEDIO DE COMUNICACION INTERNET O TELEFONO DEL MASETRO JOSE CUELI, NECESITO SU AYUDA , GRACIAS