El profesor español Luis Prieto Sanchís señala que la Justicia es un atributo que se predica de las normas; es decir, algo que poseen o a donde se dirigen las normas. Entonces, la Justicia no son las normas en sí, sino aquello que éstas prometen. En consecuencia, la Justicia, o por lo menos un mínimo de ella, es la garantía de legitimidad de las normas y del derecho en sí. Juristas como Robert Alexy, Eugenio Bulygin y otros señalan que las normas extremadamente injustas no pueden ser consideradas normas de derecho.
Para Prieto Sanchís, el horizonte de Justicia que busca una norma es lo que la hace jurídica. Pero ni Prieto Sanchís ni Alexy nos dicen qué es la Justicia. En realidad, los juristas callan cuando de Justicia se trata. Una tensión que viene desde Hans Kelsen al presente, y que ha remitido el tema de la Justicia a la Ciencia Política y a la Filosofía. John Rawls, uno de los teóricos de la Justicia, es más estudiado en Ciencia Política o en Filosofía que en Derecho. Lo mismo sucede con Jürgen Habermas o con Amartya Sen. ¿Cómo realizar un acercamiento, así sea muy breve, a la Justicia? Intentaremos algunas maneras en esta breve columna.
Imaginemos una línea, en cada extremo situamos a la injusticia (dos vicios extremos, diría Aristóteles). La Justicia no sería más que el justo (o ajustado) medio. Esta idea (aristotélica) nos sirve para introducir una reflexión muy simple y básica sobre la Justicia.
La Justicia es mucho más que entender la ley, la norma, el tratado, la costumbre, los principios o la doctrina; se trata de “dar la Justicia” a partir de éstas, de aplicar esta noción de justo medio aristotélico, que no es otra cosa que dar el derecho en busca de dar la Justicia. Aristóteles diría que lo justo será conservar la felicidad de una asociación política, ya que para el estagirita de lo que se trata es de la búsqueda de la eudaimonia; es decir, el estado de felicidad.
Aristóteles compara la labor de dar la Justicia a la de un médico que da la salud. No se trata de medicinas, de medicar, de dar drogas, se trata de hallar la salud, ese justo medio, esa promesa que no necesariamente descansa en la cirugía y en la medicación.
De la misma manera podemos decir que no se trata de aplicar normas, de coleccionar normas, de recitar procedimientos, sino de dar la Justicia, ese justo medio que precisa de la inteligencia de un juez. Por ello la respuesta a la Justicia no la tiene un legislador, tampoco la tiene un teórico del Derecho o un profesor de Teoría del Derecho. La Justicia se revela en la norma de adjudicación; es decir, en el caso concreto en el que se aplica la norma.
Dar la Justicia, dar el derecho, supone emitir un juicio que consideremos justo, adecuado, a tiempo y legítimo; es decir, un juicio que creemos que es bueno.
Fuente: http://www.la-razon.com/opinion/columnistas/Justicia_0_2772922683.html
29 de agosto de 2017. BOLIVIA