“Los teólogos y los historiadores de la fe cristiana tratan siempre de hacernos creer que el cristianismo ha bajado de los cielos, cuando en cambio se ha desarrollado de manera bastante natural a lo largo de los siglos, en el momento en el que todo estuvo preparado”. El psicoanalista suizo Carl Gustav Jung abre un debate intenso entre el cristianismo y sus orígenes iraníes. Cómplice, por así decirlo, la lectura del Zaratustra de Nietzsche. Nos encontramos en los años que van desde el 1934 al 1939, época en la cual en diversas ocasiones encuentra a un grupo pequeño de colegas y expertos, devanado como si de un seminario se tratara , la lectura de la obra de Nietzsche.
Carl Gustav Jung
De este y de otros seminarios llevados a cabo por Jung, sólo durante los últimos años se ha puesto en marcha la publicación y la traducción a diversos idiomas, haciendo salir estos temas del círculo cerradísimo de los expertos. Este primer volumen del seminario sobre el Zaratustra, apenas publicado por Boringhieri, se abre con una intensa digresión sobre el zoroastrianismo y sobre la religión iraní, capaz de inventar la distinción fundamental entre el bien y el mal que luego fue traspasada a Occidente a través de la mediación del cristianismo. Hace frente a la religión y sus dogmas continuamente. ¿Por qué Nietzsche estaba obsesionado con el cristianismo? Jung tiene alguna respuesta: era hijo de un pastor protestante, pensaba que podía superar los valores cristianos pero estaba embebido en ellos, su ateísmo en realidad era una reafirmación de Dios.
El inicio del Zaratustra, con la figura que se encuentra en lo alto de las montañas meditando, desciende para llevar a los hombres su verdad, llega primero al valle y luego a la ciudad, para Jung es una metáfora de significado universal. El lugar elevado corresponde a la conciencia intensa, al nivel del sol, al estar aislados; el descenso es el acercamiento al nivel inferior, donde se une al hombre presente en cada uno de nosotros, con la colectividad, con lo ordinario… todo en el Zaratustra habla una lengua cristiana y usa el símbolo de los anacoretas y de los monasterios. El diálogo que Jung instaura con Nietzsche y la religión es conciso, en ningún caso banal, rico de sugestiones. Seguramente hay que tener presentes las coordenadas fundamentales del trabajo del psicoanalista suizo. Nietzsche está aferrado por el delirio del redentor, argumenta Jung, y sin embargo ignora los problemas interiores que le llevan a elaborar una doctrina que tanto ha influenciado la cultura y la política del siglo XX. En el mismo instante que declara que “Dios ha muerto”, sin darse cuenta de la profunda religiosidad de su afirmación, está lleno del arquetipo de su vuelta a la vida”. Y con este propósito, son sugerentes los pasajes en los cuales Jung relaciona el Dios-creador del cristianismo con los mitos del antiguo Egipto; el renacer de Zaratustra-Nietzsche con el simbolismo representado por el bautismo en el Jordán y el nacimiento de Jesús a la vida pública; o también el debate sobre las interpretaciones sobre la humanidad-divinidad de Jesús dadas por los docetistas o los estímulos lanzados por Jung sobre el nacimiento de la misa católica y la relación con los cultos iraníes. Por medio del trabajo de Jung sobre Nietzsche se llegan a percibir los nexos universales entre contextos y culturas diferentes.
Como cuando describe la ghost house de la isla de Célebes ( entre Borneo y Molucas): el criminal condenado está atado al palo y todos los habitantes le golpean y prueban su sangre. Provocando esta muerte se crea la comunión y la unión de todo el pueblo, el dar la muerte es un ritual que sirve para restablecer el orden violado, en analogía con Cristo que ha sido burlado, cambiado por Barrabás, cruelmente asesinado, sacrificado para redimir y fundar una comunidad nueva.
Jung C. G., Lo Zarathustra di Nietzsche, (El Zaratustra de Nietzsche, n.del t.) primer volumen, Boringhieri, Turín 2011; 484 pp., 45 euros.
Fuente: http://vaticaninsider.lastampa.it/es/homepage/resenas/dettagliospain/articolo/recensione-11189/
Roma 31 de diciembre de 2011
totalmente de acuerdo con la creación de Dios…. Él es tan grande que nos permite inventarlo de mil maneras…