*Estudiante de la lic. en Humanidades y Filosofía de la Universidad Mesoamericana de San Agustín en Mérida Yucatán.
Cuando se me encomendó la tarea de exponer algo así como una introducción filosófica, lo último que me pasó por la mente fue elaborar una complicada y sistemática descripción de lo que es la filosofía. Por el contrario, quise que todas, o al menos la gran mayoría de las palabras que expresara, fueran suficientemente accesibles y comprendidas por todos, ésto con la finalidad de hacer honores y llevar al acto aquella clásica definición etimológica de filosofía como amor a la sabiduría.
Comencemos planteando aquel arcaico problema acerca de si existe o no la filosofía, de si tiene o no relevancia, o si solamente fueron vaticinios inútiles de determinada época histórica. J.M. Bochénski nos dice algo al respecto: puede hacerse una pregunta maliciosa a aquellos que opinan que no existe la filosofía, a los que sostienen que no hay filosofía, ¿En nombre de qué disciplina o de qué ciencia se sienta esta afirmación? Ya Aristóteles argüía lo siguiente a los negadores de la filosofía;<< O hay que filosofar o no hay que filosofar. Si no hay que filosofar, será en nombre de la filosofía, luego si no hay que filosofar, hay que filosofar. >> Y lo mismo puede argüirse hoy, nada hay tan divertido como el espectáculo de los supuestos enemigos de la filosofía aduciendo grandes argumentos filosóficos para demostrar que no existe la filosofía.
Fuera de todo esto, que bien podría tratarse de palabras más o palabras menos, encontraremos el argumento que sostiene la existencia de la filosofía, inmerso en la esencia de la misma. ¿Qué es la filosofía? ¿Qué es lo que realmente constituye a esta musa del saber?
Estas preguntas expresadas en una línea, han sido el pábulo de una colosal producción bibliográfica y psíquica, parecería fácil conformarnos con que cada quien diera su punto de vista al respecto, pero el asunto no es tan fácil, y no por que tal concepto carezca de descripción o referencia, sino porque lleva consigo una universalísima variedad de significados, significados que se van multiplicando cuando se mezclan con el sin fin de experiencias que la filosofía provoca. Bien dice Rubén Sanabria: “uno de los principales problemas de la filosofía es ella misma. La filosofía empieza cuestionándose a sí misma. Y sin embargo, quien se asoma a la filosofía, quien se introduce en ella, ya tiene una idea de lo que es”.
Cabe mencionar, que el que haya optado por el estudio de la filosofía para poder presumir en las calles la sabiduría, puede quedar en ridículo, y el que haya elegido esta ciencia en aras de una jugosa remuneración económica, puede llegar al suicidio.
La filosofía no es un símbolo del cual se vive, por el contrario, es un conjunto de contenido universal a través del cual se aprende a vivir. En la filosofía no existen fórmulas como en la física o la matemática, no porque no tenga resultados que compartir, sino porque las cosas que presenta, no son abarcables en su totalidad por ningún formulario.
Algo que me parece realmente interesante en este giro del saber, es que la persona que entra en el mundo sorprendente de la filosofía, tiene dos opciones, o se pierde por ignorancia e impotencia, o se pierde por amor y compromiso, lamentablemente esta decisión es personal. ¿Qué es la filosofía? Es un fin en sí mismo y para el mundo, es el impulso que tenemos para poder comprender realmente lo que las cosas son, para vivirlas, en filosofía no es mejor el que más sabe, sino el que mejor comprende. El sentido o la esencia de la filosofía es universal, pero la vivencia de dicho sentido es particular.
Hasta este punto podemos darnos cuenta de por qué esta ingenua introducción lleva por título: hablemos de filosofía; en lugar de titularse “definamos a la filosofía” o algo por el estilo. Desde mi muy peculiar punto de vista, diré que mientras más sé de filosofía, menos puedo definirla.
Algo que no hay que perder de vista, y que probablemente contribuye a que no podamos dar una definición concreta de lo que esta ciencia es, puede ser el hecho de que la filosofía no esta terminada, mientras existan seres humanos y exista la realidad, la filosofía seguirá creciendo, cada vez más compleja, y a la vez, más rica y maravillosa. Este hecho, el de que la filosofía se haga en el día a día, es el indicativo de la relevancia de nuestro quehacer como filósofos, encontrar el sentido, o en última instancia darle uno, a nuestra naturaleza y la naturaleza que nos rodea.
Un punto importante, y por ende, que no debe soslayarse en esta introducción, es acerca de lo que estudia la filosofía. En cuanto a esto, en la gran mayoría de los textos filosóficos, particularmente los de consulta o carácter introductorio, encontrarán que los principales temas de la filosofía son: el hombre, el mundo y Dios. Ahora bien, algunasopiniones varían, como por ejemplo: según Kant, la filosofía estudia la posibilidad del conocimiento mismo, los presupuestos y límites del conocimiento posible; según algunos filósofos franceses contemporáneos, la filosofía investiga lo que debe ser; siguiendo la opinión de algunos filósofos existencialistas, diremos que al ser el hombre el fundamento y supuesto de todo lo que hay, ha de ser él, objeto propio de la filosofía; L.Wittgenstein nos dice que no existen proposiciones filosóficas, sino solo aclaración de proposiciones, la filosofía estudia el lenguaje de las otras ciencias desde el punto de vista de su estructura.
Podríamos presentar más opiniones respecto al objeto de estudio de esta ciencia prístina, pero hay que puntualizar en un referente importante; sea cual sea el tema que la filosofía esté tratando, hará referencia a uno de los tres anteriormente citados, ya sea de manera directa o escamoteando las ideas principales.
Ya por último, me gustaría concluir citando un fragmento de una obra del maestro Julián Zárate, que me parece cargada de contenido y significado, y que a la vez, si no la pierden de vista, podría ser útil para evitar posteriores traumas existenciales o ataques depresivos, esta frase es la siguiente: Quizá, una de las tareas fundamentales de la filosofía en cualquier época histórica sea justamente facilitar el reconocimiento de la evidencia de ciertos principios, conservando algunos y desechando los que no puedan dar de sí. En todo caso, la cuestión sobre los principios, estará siempre abierta y el pensamiento seguirá su marcha. Pues definitivamente la ganancia de la filosofía está en la búsqueda, y nunca en la comodidad de los resultados definitivos.
(1) Discurso de bienvenida a los alumnos de nuevo ingreso de la Universidad Mesoamericana de San Agustín en Septiembre del 2006.
n le entiendo pero creo k esta buenone
k bueno