El pensador asturiano abrió ayer los XIV Encuentros de Filosofía en el Edificio Histórico de la Universidad, que este año se centran en el porvenir de la disciplina crítica por excelencia
En la mañana de ayer, casi cincuenta años después, Gustavo Bueno volvió a explicar en el aula Feijoo de la Universidad de Oviedo, situada en el edificio histórico. Pero el aula, desde 2003, ya no se denomina así, sino Severo Ochoa. Teniendo en cuenta que la lección de Bueno abría un congreso sobre «El porvenir de la filosofía», el escandaloso desplazamiento de Feijoo ilustró a la perfección el difícil futuro del pensamiento al menos en la Universidad asturiana.
Bueno habló concretamente de «El porvenir de la filosofíaen las sociedades democráticas homologadas» y dejó claro que, a su juicio al menos, no es muy halagüeño: «Cuando la filosofía se refugia en las ciencias se convierte en basura presocrática», afirmó en referencia a una de las tendencias actuales más acusadas.
El aula Ochoa, que fuera Feijoo, estaba llena especialmente de congresistas de fuera de Asturias que conectan con el grupo de Bueno por internet y por los libros y artículos que publica de forma convencional o en la red.
El filósofo asturiano no defraudó. Después de analizar extensamente algunas periodizaciones clásicas de la historia de la filosofía, con especial atención a Brentano, indicó que el término filosofía está experimentando actualmente una expansión enorme. «Filosofía, cultura y disfrute son términos actualmente muy expansivos», comentó y puso ejemplos desde la cultura de la paella, que apuntan algunos autores, hasta lo que ocurrió en una reciente retransmisión de una procesión de Semana Santa en que el locutor, según Bueno, afirmó: «Disfruten del entierro del Viernes Santo». El conferenciante añadió que incluso la gente ilustrada maneja ahora criterios como los de Anaximandro -pensador del siglo VI antes de Cristo que consideraba que todo era ápeiron- y puso como ejemplo las representaciones del big bang, la formación de los quarks y el desarrollo del Universo que, a su juicio, son ingenuas y míticas. En las democracias homologadas -en las que vivimos: España, Francia, Inglaterra…- reina la tolerancia y el respeto mutuo, indicó, que son virtudes más que de filósofos de antropólogos que describen lo que ven sin hacer juicios de valor. «Por eso las procesiones de Semana Santa se retransmiten sin asomo de ironía. El respeto es ahora la virtud periodística. Pero la filosofía siempre es polémica, de ahí que no le valga ese sentido del respeto».
La democracia, añadió Bueno, «cultiva ahora una actitud antifilosófica. Enlaza con el relativismo de los antropólogos. Todo da igual, los problemas teóricos, así los denominan, no interesan. La democracia homologada va en contra del cultivo de la filosofía entendida según los términos clásicos, según los criterios tradicionales».
El pensador asturiano criticó «esas manifestaciones de profesionales de la filosofía», mayormente de profesores, «diciendo que hace falta, que es necesaria, para que los españoles sepan pensar». En todo caso, afirmó, «para hablar del porvenir de la filosofía hace falta adjetivarla primero, indicar a cuál se refiere uno». Y concluyó diciendo que «se fundará el porvenir de la filosofía por el caudal de cultivadores que tenga».
En torno a la polémica, casi de leyenda, mantenida con Manuel Sacristán a finales de los sesenta -que Bueno despejó con su primera obra verdaderamente extensa titulada «El papel de la Filosofía en el conjunto del saber»-, señaló que la filosofía marxista «cree que debe realizarse, cree que la filosofía especulativa de Hegel debe realizarse en el comunismo. Althusser retoma esa idea y cree que se realiza con la misma supresión de la filosofía. Es la idea también de Sacristán. De ahí que pase a utilizarse alternativamente el término teoría. Otros autores, como Wittgenstein, llegaron a pensar que la filosofía era un defecto del lenguaje, una conclusión absurda».
Ironizando aceradamente sobre la situación actual de la filosofía en las democracias homologadas afirmo que había ocurrido lo mismo que en Prusia en la época de Federico II, que llegó a afirmar: «Mis vasallos dicen lo que quieren y yo hago lo que me da la gana». Por eso, remató Bueno, «los filósofos actuales son los periodistas y los intelectuales de la ceja».
Una fuerte ovación premió su lección de hora y media
Fuente: http://www.lne.es/secciones/noticia.jsp?pRef=2009041400_31_745667__Oviedo-Bueno-filosofos-actuales-periodistas-intelectuales-ceja
Asturias, Spain. Martes, 14 de abril de 2009