El filósofo Víctor Gómez Pin denunció hoy la ‘canallesca división entre Ciencias y Letras, que es incompatible con la Filosofía’, en el congreso ‘El Factor Humano. Voces de nuestro tiempo’, que se celebra en la Universidad de Sevilla y donde se debate sobre el futuro de las Humanidades.
Gómez Pin también denunció en su conferencia la ‘canallesca instrumentalización de las Matemáticas, que ha provocado que dejen de ser el oxígeno del espíritu, como quería Platón’.
Contra los que le han criticado por su libro ‘Entre lobos y autómatas: las dos vertientes del antihumanismo’, mismo título de su conferencia de hoy, Gómez Pin declaró que no tiene nada contra la técnica, bromeó asegurando que hasta él utilizaba ya Internet, y señaló que ‘la técnica es algo inherente a la condición humana’, pero advirtió de que no debe darse ‘una inversión de jerarquía’ entre el objetivo y el instrumento.
Así, avisó de que una ‘relación sana’ con el mundo digital ‘es impedir que lo que ha de ser instrumento se convierta en atributo’.
Tras afirmar que ‘Einstein es un señor que hace inteligible el mundo’, para abundar en la idea de ‘jerarquía’ entre objetivo e instrumento, recurrió a la aspiración educativa de Extremadura de que todo escolar tenga sobre su pupitre un ordenador, preguntándose si antes, los alumnos, no deben saber qué es un electrón.
El filósofo señaló que sin el descubrimiento del electrón no habría televisión ni ordenadores, por lo que este descubrimiento ‘concierne a todos’, idea que enlazó con la de que el filósofo debe expresarse con claridad sobre asuntos que conciernen a todo el mundo.
Ante los varios cientos de universitarios y profesores que asistieron a su conferencia, y para hacer ver que ‘humanismo es lo que defiende al hombre, y a su fertilidad espiritual sustentada en la dignidad material’, les preguntó que si fueran ejecutivos de una multinacional de la alimentación y tuvieran que vender sus productos, a quién se dirigirían antes ‘¿a una familia de Malí o a un gato parisino?’
‘En término de dólares, una familia entera de Malí cuenta menos que un gato parisino, una circunstancia que basta para hablar de apocalipsis y que amenaza gravemente los ideales de la Revolución Francesa’, añadió el filósofo.
También en el congreso, el científico Manuel Toharia afirmó que ‘la difusión de la cultura científica a todas las personas, sin distinción de edad ni de nivel educativo, hará que sean un poco más libres’ en su conferencia ‘Cultura, Ciencia y Tecnología o la obligación de no ser ignorantes’.
La cultura científica supone, en opinión de Toharia, que las personas que la reciben ‘vivan un poco más cómodas y tomen sus propias decisiones de manera informada y para que la democracia, en la que tienen la suerte de vivir, sea una democracia mejor’.
El científico, que resumió el concepto de cultura científica en curiosidad, crítica, constancia y creatividad, se mostró convencido de que ‘un pueblo más culto es más difícilmente presa de los engañabobos, domina mejor sus herramientas y tiene menos riesgos al utilizar las ventajas que el siglo XXI pone a su disposición’.
Manuel Toharia comenzó su intervención afirmando que lo que se conoce como cultura es ‘el resultado de la actividad inquieta, curiosa, casi inquisidora y ejercida en múltiples direcciones del ser humano, que nos ha permitido diferenciarnos del resto de seres vivos, como crear arte, inventar máquinas o viajar lejos y deprisa’.
Para esta tarde está previsto un diálogo entre el filósofo José Luis Molinuevo y el matemático y filósofo Javier Echevarría, y la conferencia de Agustín García Calvo titulada ‘Razón contra Fe, Ciencia y Hombres’.