La Filosofía del Derecho se ocupa de las reglas o las normas y por otro lado, la Filosofía Política de los poderes.
Como pocos, hemos tenido el privilegio de dictar en la Universidad del Azuay las cátedras de Ciencia Política y Filosofía del Derecho.
Creemos no pecar de presunción al afirmar que cultivar los estudios jurídicos y políticos nos permitió contemplar los mil complicados problemas de la humana convivencia desde dos puntos de vista complementarios. Hemos observado a menudo que, al menos en nuestro país, los juristas constitucionalistas y los politólogos (en verdad estasiólogos), que se ocupan del mismo tema, el Estado, a menudo se ignoran. Lo mismo ocurre en la relación entre juristas internacionalistas yexpertos en relaciones internacionales al analizar el sistema de los Estados. Los dos puntos de vista son, por un lado el de las reglas o las normas, como los juristas prefieren llamarlas, cuya observancia es necesaria para que la sociedad esté bien ordenada y, por otro, el de los poderes igualmente necesarios para imponer las reglas, leyes o normas y para que, una vez impuestas, se cumplan. La Filosofía del Derecho se ocupa de las primeras, la filosofía política de las segundas.
Derecho y poder son dos caras de la misma moneda. Una sociedad bien ordenada necesita de uno y otro. Allá donde el Derecho es impotente, la sociedad corre el riesgo de caer en la anarquía; allá donde el poder no está controlado, corre el riesgo opuesto del despotismo. El modelo real del encuentro entre derecho y poder es el Estado democrático, esto es el Estado en el cual a través de las leyes fundamentales no existe poder, del más alto al más bajo, que no esté sujeto a normas, no esté regulado por el derecho y en el cual, al mimo tiempo, la legitimidad del entero sistema de normas se deriva en última instancia del consenso activo de los ciudadanos. Sobre todo en el Estado democrático, la filosofía jurídica y la filosofía política deben establecer entre sí fecundas relaciones de colaboración, dando origen a esa actuación política que debe desenvolverse en todos los niveles dentro de los límites de las normas establecidas, normas que pueden ser continuamente sometidas a revisión a través de la actuación política, promovida por los más diversos centros de formación de la opinión pública, sean grupos de presión, asociaciones, o movimientos libres de reforma y resistencia.
La norma necesita el poder para ser efectiva, y el poder de hecho necesita la obediencia continuada al mando y a las reglas que de él se derivan para ser legítimo. El poder sólo es legítimo cuando también es efectivo, como afirmaba Weber; pero también como lo expresa Kelsen sólo el poder legítimo es efectivo. Poder y legitimidad corren uno tras otro.
Fuente: http://www.eltiempo.com.ec/noticias-opinion/1073-filosofa-a-del-derecho-y-ciencia-pola-tica/
Cuenca, Ecuador. 01 de mayo de 2009
hola emelyn vittini como estas? hay te mando esta definicion. cualquier cosa avisame bye cuidate.
ooohhhhhhhhhh
buenas tarde con respecto a lo antes escrito yo opina que la filosofia del derecho y la ciencias de derecho van de la mano ya que ambas juegan un papel importante en la vida cotidiana , porque son derechos que con tan solo leer su deficion nos dejan un conocimiento cientifico . si nos ponemos a ver la filosofia es la idea que tiene el ser humano bien sea de una imaginacion hecha por el hombre y ciencia es la sabiduria que tiene el hombre. sin mas a que hacer referencia me despido . buenas tarde…