Abraham Nuncio, intelectual y luchador social regiomontano, explicó que la actualidad parece estar absorbiendo la condición humana.
La filosofía, disciplina que define la Real Academia de la Lengua como aquella que busca conocer los principios más elementales del obrar humano así como su orientación al conocimiento, ha perdido su condición de humana y ha caído entre los oscuros callejones que la tecnología y la industrialización han formado.
Abraham Nuncio, intelectual y luchador social regiomontano, explicó que la actualidad que nos envuelve parece estar absorbiendo la condición humana de todo aquello que el hombre, como raza, ha ido desarrollando a través del tiempo pues incluso hasta la filosofía ha perdido su condición humana.
La industrialización, con sus motores cargados de cantidad y no de calidad, ha ido convirtiendo a hombre en un ente que se preocupa por la cantidad de la materia pero que se olvida de su condición de creador, se olvida de su condición de humano.
“El discurso de los intelectuales se ha ido tecnificando, se ha caído en una deshumanización de la filosofía y en general del pensamiento como ejercicio fundamental de acuerdo al quehacer del hombre”, señaló Abraham Nuncio, director del Centro de estudios Parlamentarios de la Universidad Autónoma de Nuevo León.
La filosofía ha sido desplazada, en opinión de maestro Nuncio, gracias a la aparición de otras disciplinas como la comunicación o la sociología, corrientes que siguen siendo filosóficas pero que atraen más la atención de los investigadores.
A fin de cuentas, la tecnificación de las cosas también tiene un rasgo de culpa en el desarrollo de la investigación del pensamiento humano, pues el mundo actual se mueve bajo los resultados de los hechos concretos y contables, no bajo los supuestos de la línea del pensamiento humano.
El origen de esta deshumanización de la filosofía ha sido causado con la pérdida de la lectura de los grandes clásicos de la filosofía.
“Antes la filosofía tenía como puerto, dentro del ámbito académico, la obra de Aristóteles, Tomas de Aquino, Decart o Bacón que alcanzaba a los filósofos de la antigüedad, quizás una de corrientes más prolijas pudo haber sido el existencialismo, que adquiere nuevos contornos sobre todo durante la Segunda Guerra Mundial; en ese entonces la filosofía tenía como punto de partida a los grandes clásicos, a eso debemos añadir la aparición de nuevas disciplinas que van encasillando a los grandes pensadores”, explicó Abraham Nuncio.
Se podría decir que todo se ha dicho dentro de doctrinas de pensamiento humano, que en la actualidad no hay una motivación que induzca a los intelectuales el proceder del humano sobre los caminos del siglo XXI, sin embargo, la panorámica nos ofrece todo lo contrario.
“Aún hay mucho que comentar”, continúa explicando el maestro. La hambruna mundial, los movimientos migratorios, las nuevas propuestas políticas que no acaban por encontrar el rumbo de un sistema económico cada vez más embustero así como las crecientes luchas sociales en los pueblos del mundo son temas que la filosofía actual ha olvidado, o que simplemente tiene al margen.
Una de las consecuencias de tener en cuenta los problemas actuales del mundo, por parte de la filosofía, es que el estudio de la historia también sucumbe ante las nuevas “modas” del trabajo de investigación.
Lo mediático, lo tecnológico y la condición monetaria por sobre el sentimiento humano ha creado, como lo menciona el autor del libro “Visión de Monterrey”, intelectuales de compromiso.
“Hay una corriente de intelectuales que responden a intereses mediáticos, son pocos los que establecen un compromiso con la investigación, son pocos los que se interesan por el estudio de la historia”, comentó el maestro Abraham Nuncio.
Rafael Reyes Heroles decía muy atinadamente que “el mejor profeta es aque que estudia el pasado”.
Este fenómeno se denomina, según el maestro, como un “presentismo”, que se traduce al hecho en que los investigadores no pueden ver hacia el pasado ni mucho menos el futuro, simplemente se estacionan en el hoy, sin ningún tipo de análisis.
Incluso, el papel del intelectual debería ser revalorado, sostuvo el escritor, pues dentro de la doctrina filosófica este término se presenta como una cualidad un poco difusa.
“Esta condición, el presentismo, no les permite ver, dentro de los términos filosóficos, lo que es s quiera su propia condición de intelectual, no saben cual es la finalidad del intelectual y bueno, desde luego hay pensadores si se apropian este papel como suyo, pero son pocos”, señaló Nuncio.
Esto se ha reflejado también en el ambiente mexicano del siglo XXI, donde se ha encontrado un gran vacío en el ambiente de los pensadores.
Como alguna vez lo dijera el escritor Emmanuel Carballo, “desde que se nos fue Octavio Paz, no hay quien ocupe su lugar”.
Con esta opinión esta de acuerdo, en parte, Abraham Nuncio, quien consideró que México observó la transformación de un Paz con tendencias socialistas, en sus primeros ensayos, a un Octavio Paz conservador e inclinado hacia la derecha.
“El Paz socialista de los 50 se nos perdió cuando, a partir de los 70, 80 y 90, tomó una actitud conservadora; éra critico, pero siempre apegado a la derecha.
Creo que en este momento carecemos de las grandes figuras que tuvimos sobre el sistema de educación socialista, el único heredero que nos queda, probablemente, sea Carlos Monsiváis”, concluyó el maestro Abraham Nuncio.
Fuente: http://www.elporvenir.com.mx/
me parece que tiene gran talento en su comentario lo felicito