Falso o cierto. Por Christian Ayola

Las falacias son argumentos que conducen al error. Aristóteles describió por primera vez en la historia de la lógica una serie de errores de razonamiento, describió 13 tipos que denominó sofismas, actualmente conocidos con el nombre de falacias, tan distintas, que cada una lleva un nombre propio. En la Antigua Grecia, el sofista era experto en retórica y considerado como un sabio que, gracias a sus conocimientos y a su elocuencia, podía educar a la gente. Defendían el relativismo moral, según los sofistas no existe una verdad absoluta y cada persona tiene su visión propia de la realidad. En el capítulo 13 de las Metamorfosis de Ovidio, el poeta se refiere a la estratagema de Tetis quien, sabedora de que su hijo Aquiles habría de morir en la guerra contra Troya, pretendió ocultarlo travistiéndolo: sumptae fallacia vestis, traducido por Bonifaz Nuño como “la falacia de la veste tomada”.

En latín clásico no se encuentra la palabra fallacia con el sentido argumentativo de “falaz”. El término proviene del verbo falsum, “engañar”, “simular”, significa decir o hacer una cosa deliberadamente como si se hiciera otra. En la obra retórica de Cicerón, la palabra fallacia aparece dos veces, una de ellas en la expresión: O fallacem hominum spem, “Oh, qué engañosa es la esperanza de los hombres”.

René Descartes con la duda metódica puso en suspenso las apariencias de las cosas, dio prioridad a la razón por encima de los sentidos, así el racionalismo controvirtió al empirismo que le precedía, dando lugar al método cartesiano, base del método científico contemporáneo. Immanuel Kant en su obra, Crítica a la Razón Pura, supera la divergencia entre racionalismo y empirismo orientándose a la validez del pensamiento según la estructura del juicio, afirmaba que el conocimiento válido no tiene su centro en la realidad exterior que no es “dada”, sino en lo que el sujeto “pone”.

Para este autor, la autonomía integral de la razón solo se consigue con audacia y crítica basada en la razón, pero partiendo de la experiencia, Sapere Aude (atrévete a saber). Según Kant, con la ilustración la humanidad ya ha llegado a su mayoría de edad y, por lo tanto, está capacitada para dirigir su propio destino. Esto significa que ya no necesita sistemas políticos autoritarios o paternalistas que lo garanticen, sino que la libertad ha de ser el fundamento de todo pensamiento o proyecto político, cuya ética debe basar el crecimiento y el progreso de la humanidad en el conocimiento objetivo.

Flacas esperanzas, como las de Cicerón, con las últimas cifras tuiteadas desde el Gobierno sobre: inversión extranjera, desempleo, mortalidad infantil, posicionamiento internacional del actual sistema de salud por debajo de lo real, o notas erróneas del ICFES de nuestro presidente.

Notas

@ElUniversalCtg

Fuente: https://www.eluniversal.com.co/opinion/columna/falso-o-cierto-GN8186585

21 de abril de 2023

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