Exploran el “pensamiento integrador” de Ramón Xirau y su influencia en México

El libro “Ramón Xirau. Hacia el sentido de la presencia”, de Mariana Bernárdez, reivindica en sus páginas “el pensamiento integrador” del filósofo y poeta hispano mexicano que, a sus 85 años, ha ayudado a formar a “generaciones de pensadores”, destacó hoy la autora en una entrevista con Efe.
“No se entiende la facultad de Filosofía y Letras sin él, ni el Colegio de México sin su revista ‘Diálogos'”, consideró Bernárdez sobre el pensador, de quien también resaltó su “vocación fundamental de maestro”.

A su juicio, “tiene la capacidad de expresar pensamientos muy complejos con un lenguaje muy sencillo” y su obra constituye una gigantesca cadena cuyos eslabones enlazan unos con otros y van recorriendo el camino hacia adelante.

Xirau (Barcelona, 1924) llegó a México huyendo de la Guerra Civil española, cuando era un adolescente; y las décadas lo han convertido en una referencia en la vida cultural de su país adoptivo.

“Se integró, lo que no significa que no tenga los paisajes del Mediterráneo metidos en su mente. Pero también tiene los mexicanos”, explicó la académica.

En 1949 comenzó a impartir clases en la facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). De su obra pueden destacarse, “De ideas y no ideas”, “El tiempo vivido”, “De mística” y “Entre la poesía y el conocimiento”.

Ha publicado cerca de 40 obras y traducciones, y cuenta con distinciones como la Orden de Isabel la Católica, concedida por el Gobierno español.

En el último año, ha recibido el Premio Internacional Octavio Paz de Poesía y Ensayo -en recuerdo al Nobel de las letras mexicano, al que Xirau dedicó un libro de crítica- y el del PEN Club México, otorgado por la comunidad de escritores.

Paz, fallecido en 1990, hablaba siempre de Xirau como “el hombre puente”, por lo que Mariana Bernárdez llama el “pensamiento integrador” del filósofo.

La autora recomendó como perfectas introducciones a la obra del filósofo libros como “Ciudades” y “Epígrafes y comentarios”, así como su discurso de ingreso al Colegio Nacional de México.

Mientras que el primero es un libro de viajes, el segundo se compone de pequeñas reflexiones de Xirau sobre una amplia variedad de temas.

Xirau no es sólo un ensayista sobre temas trascendentales -su “Introducción a la historia de la filosofía” es referencia obligada- sino que es también “un enamorado de la poesía”, disciplina que maneja con soltura y que integra en su pensamiento.

“Constantemente está juntando ideas para que dialoguen”, refirió Bernárdez. La autora destacó que el filósofo ha sido también un impulsor de la crítica literaria en México y un relevante traductor.

Entre sus influencias se encuentran tendencias de lo más diverso, desde San Agustín al futurismo: “todo el tiempo está leyendo, integrando saberes antiguos”, añadió.

Y no obstante la gran consideración en la que descansa el pensador, probada con distinciones yadmiración, Bernardez reincidió sobre su intención principal al escribir sobre Xirau: “hay que leer más su obra”. EFE jrp/asc/cr
Fuente: http://www.abc.es/agencias/noticia.asp?noticia=453801

México, (EFE).- 14 de julio de 2010

1 comentario Exploran el “pensamiento integrador” de Ramón Xirau y su influencia en México

  1. Juan Cu

    RAMÓN XIRAU:LA IDEA ANDA A PIÉ. Por Juan Cu

    miércoles, 27 de febrero de 2013
    RAMÓN XIRAU: LA IDEA ANDA A PIÉ
    Por Juan Cu

    Asistía a la asignatura del Filósofo Ramón Xirau (1), llamada Historia de la Ideas en la facultad de Filosofía y Letras de la U.N.A.M., en los ochenta del siglo pasado.
    Ya en el aula y sentado en la primera fila y frente a Don Ramón ( los demás compañeros ocupaban las sillas del fondo) también sentado frente a una mesa, empezó la clase.
    El filósofo crítico y ensayista de Octavio Paz, preguntó a los alumnos ¿quién había sido el autor dominante de lo que se llamó el historicísmo en la filosofía?(1), levantamos la mano algunos para responder, y erró el compañero al que le cedió la palabra Don Ramón. Volvió a repetir la pregunta, y señaló a otro alumno, pero también, éste, falló al responder.
    Don Ramón evitaba darme la oportunidad de intervenir en la clase. Poco a poco entendía el por qué de su actitud, pensaba: quiere probar a sus alumnos con más experiencia, para saber el nivel general del grupo, y proponer alguna corrección futura. Sabiendo esto evité levantar la mano, y observé que ya nadie participaba enla respuesta a la pregunta original varias veces repetida. Así Don Ramón prosiguió en su consulta y señalaba a cualquiera que se encontráse en el camino de sus ojos, y todos volvían a errar.

    El maestro Ramón Xirau se levantó de la silla un poco desanimado con el grupo y metió la mano a su bolsillo derecho del pantalón tratando de encontrar algún objeto para ilustrar el llamado historicísmo en el siglo XX.
    Lentamente su mano fue apareciendo ante la mirada atónita de los compañeros, y cayó de su bolsillo, accidentalmente, una moneda. Una moneda que unida al estrépito de la caída creó el silencio aún más hondo en el aula, — la mudez humana participa más de lo que se creé en la ausencia del ruido– , oyóse en la caída de la moneda una estridencia magnífica; aquella resonancia metálica guiába la moneda en su breve recorrido, y tan breve fue, que no alcanzó a rodarse hacia ninguna parte; quedóse casi en un sólo punto girándo con círculos más pequeños a medida que su inercia disminuía. Dibujaba en el suelo un minúsculo laberinto ante la fuerza de los círculos concéntricos que de la moneda emanaban, como si la moneda deseara mostrarnos un sólo punto referencial para contrastar su existencia mineral ante nosotros. Estábamos todos hipnotizados, es decir, arrojados en el vacío.

    Don Ramón arqueó el cuerpo en un intento de levantar la moneda, pero no lo hízo. Esperó un momento para que alguno de nosotros lo hiciera por él, pero ninguno de los presentes nos atrevimos a pasar al frente.
    Pasados unos segundos, muy largos, y porque era yo el más cercano, me incorporé, di un paso al frente y levante la moneda para entregársela al maestro, El no la aceptó, no quízo que la moneda regresara a él, y me convenció me quedara yo con ella.
    Regresé a mi asiento y continuó la clase. Esta vez preguntó de nueva cuenta

    ¿quién había sido el autor dominante de lo que se llamó el historicísmo en la filosofía..? Juan Cu

    Foto arriba: Moneda de plata con laberinto,hallada en la isla de Creta, Cnossos, la representación del único camino (destino del hombre) en la arcáica leyenda del Minotauro.

    NOTAS

    Nota (1) Obras de Don Ramón Xirau Subías (Barcelona, 1924)

    1947: Duración y existencia
    1953: Sentido de presencia
    1954: El péndulo y la espiral
    1964: Palabra y silencio
    1964: Mito y poesía
    1964: Introducción a la historia de la filosofía
    1968: The nature of man (en colaboración con Erich Fromm)
    1970: Ciudades
    1974: De ideas y no ideas
    1979: Poesía y conocimiento
    1980: Entre ídolos y dioses / Tres ensayos sobre Hegel
    1983: Ars Brevis, epígrafes y comentarios
    1985: El tiempo vivido
    1986: Cuatro filósofos y lo sagrado
    1995: Memorial de Mascarones y otros ensayos
    1997: Genio y figura de Sor Juana Inés de la Cruz

    Nota (2).- La respuesta a la pregunta es Wilhelm Dilthey (Alemania, 1833 – 1911)

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