Evandro Agazzi caminó entre la multitud del Centro de Exposiciones siguiendo a la presentadora. Vestido con un traje color gris, subió al estrado con sus manos totalmente vacías. Ya daba una señal: no le hacía falta ningún tipo de ayuda memoria para dar su charla. Todos tenían puestos los auriculares para escuchar la traducción y no perderse detalle de la exposición del prestigioso pensador italiano, reconocido mundialmente por sus estudios sobre Filosofía de la Ciencia y Bioética. Volvió a sorprender a la multitud: en un perfecto español, dio toda su conferencia sobre “¿Cuál puede ser hoy el sentido de un proyecto humano?”.
“Tenemos que aceptar que todos tenemos algo de verdad y nadie tiene la totalidad de la verdad. En cualquier campo. Entonces la diferencia es algo valioso. Esa es la raíz genuina de la tolerancia y del pluralismo”, dijo Agazzi, en uno de los tramos más enfáticos de su ponencia.

Unas 350 personas seguían atentamente su discurso. El filósofo italiano también demostró su capacidad de disertar masivamente, y en todo momento usó diferentes tonos de voz, movimientos de manos y gestos para mantener atrapada a la multitud. Los más jóvenes siguieron el discurso del filósofo compartiendo unos mates.

Agazzi había hecho esa definición sobre el pluralismo y la tolerancia como una especie de fundamentación final para el concepto sobre el que estaba exponiendo: “el sentido de un proyecto humano”. Y agregó que “nadie abarca todo lo bueno en cualquier campo. Esto no implica renunciar a mis valores, a mis ideas, porque eso es renunciar a una parte de la verdad, a una cierta visión de la vida. Hay que profundizar y ver cómo encuentro la verdad sin ninguna pretensión de alcanzar la unanimidad. Eso sería la tumba de cualquier esfuerzo para construir un proyecto común”.

Antes de dar esa definición, Agazzi sostuvo que “hoy en día se requiere de proyectos humanos firmes. La tarea más difícil es la de encontrar cuándo un proyecto humano es el que tiene más valor, teniendo en cuenta que cada cultura ha elaborado tablas de valores diferentes”.

La conferencia de Agazzi en horas de la tarde en el Centro de Exposiciones era una de las más esperadas en la jornada de ayer, cuando se dejó inaugurado el II Congreso Internacional Extraordinario de Filosofía. El lugar estaba decorado con pinturas de paisajes sanjuaninos que resultaron de gran interés para los estudiantes, profesores y catedráticos que llegaron a la provincia. En las dos puertas de entrada había puestos de ventas: uno de productos alimenticios locales y otro de artesanías en vidrio y metal.

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