El movimiento se demuestra andando, dice la sabiduría popular. En el fondo de la cuestión laten las debatidas aporías de Zenón de Elea, sobre las cuales disertó magistralmente Eugenio d´Ors.
En los últimos años la obra de Eugenio d´Ors está recibiendo un importante impulso de publicación, que reaviva su actualidad y su valor.
La anécdota es conocida: cuando alguien intentó demostrar ante Diógenes que el movimiento no existe, el maestro, por toda respuesta, se levantó y comenzó a recorrer una y otra vez la estancia. Contra los hechos no valen argumentos, parecía proclamar su gesto.
Los argumentos contra la existencia del movimiento constituyen uno de los problemas clásicos de la metafísica, desde que los formulase, en el siglo V antes de Cristo, el filósofo Zenón de Elea: propuso una serie de dificultades o aporías de gran valor, si no en sus conclusiones, sí en la fructífera controversia que generaron. La más conocida es la de Aquiles y la tortuga: si el lento animal parte con ventaja en una hipotética carrera con el mítico personaje, éste jamás podrá ganar la competición, porque para superar la distancia con que le aventaja su rival tendrá que recorrer primero la mitad de esa distancia, y antes de eso la mitad de la mitad, y así sucesivamente en una división infinita, y por tanto inalcanzable.
La solución, en la física matemática
Ediciones Encuentro acaba de publicar un texto clásico sobre el asunto: la memoria que Eugenio d´Ors (1882-1954) defendió en 1913 para obtener el grado de doctor en Filosofía. Figuraba en todas las bibliografías del genial escritor, pero lo cierto es que, salvo algunas conclusiones publicadas en 1953, permanecía inédito, pese a que sus conocedores sabían bien de su valor.
Las aporías de Zenón de Elea y la noción moderna del espacio-tiempo no defraudará a los estudiosos de la historia del pensamiento, porque en estas páginas encontramos una extraordinaria aproximación al tema en un bien trazado cuadro histórico, que refleja la importancia del pensamiento pitagórico, con su racionalización suma, en la génesis de las aporías.
También destaca D´Orsun hecho trascendente: el recurso, por parte de los Eléatas, a la demostración por reducción al absurdo, que cambió “las condiciones del pensamiento humano”. En efecto, esa forma de razonar “está ya emancipad[a] de cualquier elemento externo y únicamente a la razón rinde obediencia”.
Según D´Ors, filosofía en mano parece imposible rebatir a Zenón, por mucho que Diógenes se agote dando paseos. Y así, buena parte de este escrito se dedica a explicar por qué las contestaciones a su argumento no son concluyentes… a pesar de que todos sospechamos que una carrera entre un caracol y Usain Bolt sería ganada por éste.
Para D´Ors, no será hasta la definición del espacio-tiempo por Hermann Minkowski (1864-1909), esto es, hasta la descripción matemática de un espacio tetradimensional en el que la teoría de la relatividad de Albert Einstein tiene sentido, cuando las aporías de Zenón de Elea queden resueltas. Sencillamente, al incorporar el tiempo como dimensión, el punto definido por cuatro coordenadas concreta un umbral de divisibilidad: ésta ya no es infinita, y Aquiles/Usain Bolt alcanzará a la tortuga/caracol “en el punto de universo inmediatamente siguiente a aquel en que la distancia inicial se haya reducido a un punto”.
Una reivindicación
La soberbia perfección formal de este ensayo-memoria de D´Ors lo convierte en lectura obligada para todos los aficionados a la metafísica, o más en particular a la filosofía de la ciencia. Pero además creemos que contribuye a destacar la figura inigualable de su autor, probablemente el español de su época más al tanto sobre el pensamiento filosófico y científico que se hacía más allá de los Pirineos. Y subrayamos el “y”, porque su interés por las Letras y las Ciencias a la vez iba acompañado por una correcta comprensión de ambas (algo poco frecuente). Lo prueban estas páginas, escritas en plena revolución de la mecánica cuántica, cuyas honduras supo ver e interpretar.
Como escritor y como filósofo, por lo multifacético y oceánico de su obra y de sus inquietudes culturales, la obra de Eugenio d´Ors no admite comparación entre nosotros en el siglo XX. Los mandarines de lo políticamente correcto le mantienen en un segundo plano, pero cada obra suya que se edita o reedita confirma que merece un singular pedestal intelectual en la historia del pensamiento español.
Eugenio d´Ors.
Las aporías de Zenón de Elea y la noción moderna de espacio-tiempo.
Edición de Ricardo Parellada.
Encuentro.
Madrid, 2009. 137 pp.
10 €
Fuente: http://www.elsemanaldigital.com/articulos.asp?idarticulo=95377
Madrid, Spain.18 de abril de 2009