Es desalentador que no existan verdaderos debates de ideas

Filósofo.
El autor de ‘Crítica de la civilización nuclear’ inaugura hoy [31 de marzo de 2008] el congreso sobre ‘Filosofía, educación y tecnologías’.

A. PIÑA Catedrático emérito de la Universidad Autónoma de Madrid, ex presidente de la Sociedad Española de Filosofía, autor de libros de referencia, como ‘Crítica de la civilización nuclear’, ‘Física y filosofía’ o las autobiográficas ‘Memorias de medio siglo’, Carlos París (Bilbao, 1925) inaugurará hoy las jornadas que el Centro de Profesores de Gijón organiza en torno a ‘Filosofía, educación y nuevas tecnologías’.
-En el año 1963, escribía usted un artículo donde advertía acerca de «la inquietante amenaza de que la propaganda devore la posibilidad y el sentido mismo de la verdad». ¿Ese riesgo, claro está, no ha nacido con las nuevas tecnologías?

-Ya Hermes, el dios mensajero de la Grecia clásica, nació mintiendo en la cuna… Quiere decirse que el riesgo de la manipulación y la tergiversación viene de lejos. En las guerras, es el primer empeño estratégico. Pero ahora, la potencia de los medios de comunicación hace que se pueda troquelar masivamente a la población. Ya lo vio así Norbert Wiener, el creador de la cibernética. No es el medio, sino su uso al servicio de los más poderosos y su cuidado en que se pierda el sentido crítico.

-Sin embargo, ¿internet no permite una comunicación global y aparentemente libre?, ¿o no es oro todo lo que reluce?

-Hay quien mantiene la opinión de que esos soportes favorecerán la extensión del juicio crítico. Me parece demasiado optimista. Es verdad que en ocasiones, como el 14-M, los teléfonos móviles o internet contribuyeron a una movilización progresista; pero no hemos de olvidar que vivimos bajo control. Los satélites pueden grabar nuestras conversaciones telefónicas o fotografiar la matrícula de nuestro coche. El ojo del poder permanece ahí. Y la televisión o la prensa están dirigidos por grupos de poder.

-¿El filósofo ha perdido la influencia social que tuvo en otras épocas?

-Sí, salvo aquellos filósofos que se supeditan al poder, cuyas ideas se promocionan. El poder se concentra en la actualidad en el Fondo Monetario Internacional. El pensamiento y la creación independientes son marginales, se permiten fuera de las horas de clase, a modo de recreo.

-¿Y cuál es la relación de los filósofos entre sí? Recuerdo, por ejemplo, un antiguo debate entre Manuel Sacristán y Gustavo Bueno…

-Ese tipo de debates son de carácter excepcional. Una de las cosas más desalentadoras de este país es que cuando publicas un libro, nunca se suscita un verdadero debate. No sólo ocurre con la filosofía, se da también en la política, que sustituye las ideas por las descalificaciones.

-Alguna escuela filosófica, en coincidencia -sólo en ese punto- con el Vaticano, repudian el relativismo. ¿Es posible una filosofía no dogmática?

-Los dogmas cerrados no debe haberlos en ningún terreno. Las verdades son provisionales y están llamadas a ser superadas. Una sociedad revolucionaria habría de ser autocrítica. Dicho eso, lo que no defiendo es esa forma de relativismo cultural que aboga en favor de que cualquier manifestación de una cultura ha de ser respetada por el mero hecho de producirse; por ejemplo, la ablación del clítoris. Hay valores universales de la ética que nos conciernen a todos.

-En su libro de memorias, menciona a personajes públicos que ha conocido a lo largo de su vida. ¿Fraga?

-Tenía una enorme ambición y era más inteligente que la mayoría de los políticos de su tiempo. Utilizó esas características personales prescindiendo de criterios morales.

-¿Javier Solana?

-Me visitó en mi despacho durante la dictadura para que apoyase a los socialistas. Ya digo en el libro que resultaba difícil imaginar que acabaría siendo secretario general de la OTAN y bombardeando Yugoslavia. Es la traición a los principios que han cometido tantos socialistas.

-¿El pensamiento de Zapatero es como el de Alicia en el país de las maravillas?

-Yo creo que no llega a eso. Zapatero no tiene pensamiento. Descubre problemas y hace leyes que no los resuelven. No le niego las buenas intenciones, como se las negaría a ciertos dirigentes del PP; pero es evidente que nuestro país tiene ocho millones de pobres, según Cáritas, a los que no se les ofrecen soluciones.

-¿Mantiene la ideología comunista?

-He sido crítico con los países del Este; sin embargo, sigo siendo comunista. La propiedad colectiva de los medios de producción me parece el proyecto más racional. La duda es respecto de cómo se organiza.
Fuente: http://www.elcomerciodigital.com/gijon/20080331/sociedad/desalentador-existan-verdaderos-debates-20080331.html

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