Una de las cosas que más llamó mi atención cuando llegué a vivir a Oxford en 1985, fue que los lavabos tuvieran dos grifos: uno de agua fría y otro de agua caliente. Por las mañanas, cuando me enjuagaba, se me helaban las manos si abría la llave de la fría, pero si abría la de la caliente, pronto se me quemaban. ¿Por qué los ingleses no eran capaces de instalar mezcladoras?
Notas
Fuente: https://www.razon.com.mx/opinion/guillermo-hurtado-ensayo-sobre-la-tibieza-moral/
15 de febrero de 2020. MÉXICO