“El mundo ha comenzado sin el hombre y se acabará sin él. Las instituciones, los hábitos y costumbres –con las que yo me he dedicado a realizar los inventarios y a comprenderlas– son una eflorescencia pasajera de una creación de la que ellas no tendrían sentido alguno, sino que tal vez sólo el de permitir a la humanidad hacer su papel” (fragmento de ‘Tristes trópicos’, 1955)
Claude Lévi-Strauss, uno de los filósofos más luminosos de todo el siglo XX, colega de SaussureClaude Lévi-Strauss, uno de los filósofos más luminosos de todo el siglo XX, colega de Saussure
Su pensamiento cambió la percepción que el hombre tiene de sus semejantes, rompiendo conceptos tan excluyentes como la raza y abriendo caminos a una nueva visión basada en el reconocimiento de los lazos comunes que unen a la humanidad”. De esta forma se despedía el director general de la Unesco, Koichiro Maatsura, del antropólogo francés Claude Lévi-Strauss, quien fallecía el pasado sábado 31 de octubre a los 100 años.
Destacado antropólogo y padre del enfoque estructuralista de las ciencias sociales, influyó de manera decisiva en la filosofía, la sociología, la historia y la teoría de la literatura.
Hijo de un judío agnóstico, Lévi-Strauss nació en Bruselas en 1908. Fue en 1955 cuando publicó Tristes Trópicos, una narración melancólica y autobiográfica de sus viajes que sería el origen de la corriente estructuralista. “Odio los viajes y a los exploradores. Y aquí me dispongo a relatar mis expediciones”, comienza el célebre libro de Lévi-Strauss quien, fiel a sí mismo, se terminaría convirtiendo en un investigador de biblioteca desde donde elaboraría una serie de obras que le llevaron a ser el gran maestro de la antropología moderna.
El académico francés, que había cursado estudios de Derecho y Filosofía en la Universidad de la Sorbona, abandonó la docencia en esta última disciplina gracias a una invitación del etnólogo Marcel Mauss para ingresar en el recién creado departamento de etnografía. De esa forma, el hombre que terminaría ejerciendo una influencia decisiva en la filosofía, la sociología, la historia y la teoría de la literatura, se interesó por la antropología. Y sería precisamente esa materia la que le concedería un lugar preeminente entre los investigadores del siglo XX.
La antropología le llevó como profesor visitante a la universidad brasileña de São Paulo, de 1935 a 1939, estancia que le posibilitó llevar a cabo trabajos de campo en el estado amazónico de Mato Grosso y en la Amazonía, donde estudió a los bororo, los nambikwara y los tupi-kawahib.
“Estaba en un estado de excitación intelectual intensa. Sentía que revivía las aventuras de los primeros viajeros del siglo XVI. Por mi cuenta, descubría el Nuevo Mundo. Todo me parecía fabuloso, los paisajes, los animales, las plantas…”, escribía Lévi-Strauss.
El creador de obras como El pensamiento salvaje o Mitologías era hijo intelectual de Émile Durkheim y de Mauss, estaba interesado por la obra de Karl Marx, por el psicoanálisis de Sigmund Freud, la lingüística de Ferdinand Saussure y Roman Jakobson, el formalismo de Vladimir Propp y un largo etcétera, además de ser un apasionado de la música, la geología, la botánica y la astronomía.
Las aportaciones más decisivas de su trabajo se pueden resumir en tres grandes temas: la teoría de la alianza, los procesos mentales del conocimiento humano y la estructura de los mitos.
La teoría de la alianza defiende que el parentesco tiene más que ver con la alianza entre dos familias por matrimonio respectivo entre sus miembros que con la ascendencia de un antepasado común.
Para Lévi-Strauss, no existe una diferencia significativa entre el pensamiento primitivo y el civilizado pues la mente humana organiza el conocimiento en parejas binarias y opuestas que se organizan de acuerdo con la lógica, y tanto el mito como la ciencia están estructurados por pares de opuestos relacionados lógicamente. Comparten, por tanto, la misma estructura, sólo que aplicada a diferentes cosas, explicaba Díaz Maderuelo.
Respecto a los mitos, el intelectual sostiene desde la reflexión sobre el tabú del incesto, que el impulso sexual puede ser regulado gracias a la cultura porque el hombre piensa antes de tener relaciones, por lo que pierde su naturaleza animal y se convierte en un ser cultural.
La obra de Lévi-Strauss ha influenciado tanto a filósofos como Paul Michel Foucault o Louis Althusser, a psicoanalistas como Jacques Lacan, a semiólogos como Roland Barthes o a lingüistas como Émile Benveniste.
Con la desaparición de Lévi-Strauss, el mundo del razonamiento ha perdido a un notable intelectual, cuyos restos descansan ya en la localidad de Lignerolles, en la Borgoña francesa, donde el sabio centenario fue enterrado antes de que hoy se divulgase la noticia de su defunción.
Nos queda su obra. Si hubiese –Dios no lo quiera– que quedarnos con una sola, uno se decantaría por un libro absolutamente único: Mirar, escuchar, leer, de una claridad cegadora…
Fuente: http://www.elcorreogallego.es/indexSuplementos.php?idMenu=15&idNoticia=485088&idEdicion=1426
SPAIN. 8 de noviembre de 2009
La naturaleza no puede ser abolida, la Ley Eterna, la Natural, demiúrgica, jamás ha sido, es, ni será abolida ni siquiera por su Soberano absoluto. A lo más que llega es a suspender los efectos de parte de ella, concerniente a la Física. Ningún hombre, menos aún un sabio, puede abolir una ley a que está sometido por un Ser del que depende esencial y existencialmente en todo y que es el Supremo Legislador de esa ley. La inexistencia de las razas animales, incluidas las de los animales llamados racionales, es una memez contraria a la más ostensible de las evidencias, y constituye una muestra de hasta qué punto es absurdamente altanera, pretenciosa y osada la ideología “cancerosa” efecto de un “cáncer” sentimental caprichoso y utópico, o de un gusto personal arbitrario y un deseo de que el mundo no sea lo que és, de manera que el individuo se consuele, o entusiasme, al menos con la idea, la estúpida ilusión, de que el mundo es como a ese ignorante caprichoso y hedónico le gusta, en su gusto egotista y desviadamente atónomo. Es explicable que quien no tiene raza definida, quien quizá lamenta subconscientemente ser híbrido y le hubiera gustado que la Humanidad fuera una única raza pura, se niege a aceptar la realidad, por muy evidente que ésta sea, y se invente la abolición de las razas humanas y una Humanidad homogénea, con negros, blancos, amarillos, verdes, marrones, y fucsias ocupando todos juntitos el podio del cénit de la Sabiduría, la Ciencia, la Civilización, la ingeniería, la industria y todo lo valioso. Allá él, pero hay un Dios, más que él y que no tiene la idea de él y que no se guía por esa idea, ni por ese ínfimo pensadorcillo. Y hay una Naturaleza persistente, resistente, firme en sí misma, real y superior a toda falsedad, toda mentira y todo capricho utópico paria.
Cësar Borgia (ricardodeperea.wordpress.com)
Esta persona, Ricardo de perea o César borgia (seudónimo) es un nazi recalcitrante: pone en un cordón sanitario a Hitler a quien adora; le he mandado comentarios y él se niega a condenar el Holocausto Nazi contra los judíos y tampoco condena a los criminales nazis, con Hitler a la cabeza. En su blog que está lleno de comentarios ultrajantes contra los judíos y musulmanes, se hacen acusaciones atroces. Deberían denunciarlo a la fiscalía por incitación al odio y el racismo; encima dice ser sacerdote: Creo que ha sido acusado de pederastia y está rebotado.
Probable y lamentablemente quien gratuitamente me acusa de lo que él juzga ultrajado contra judíos y musulmanes es uno de mis dos hermanos. Si tan convencido está que se me debería denunciar,que no pida que otro asuma su pretendida responsabilidad moral. Crítico a judíos y nojudíos. Mi censura se dirige a quienes estimo malos. Los hay entre judíos y gentiles. Expresamente condeno todo odio, incluso hacia Satanás y los malvados.Mi ánimo es criticar, no injuriar. No tengo ninguna obligación fe condenar a determinadas personas, y no exceptuare a Hitler de mis críticas. Soy socialista y Sacerdote.La acusación la ha hecho ése a la nueva inquisición. Me la paso por debajo.
Se han deslizado algunos errores. Pone ultrajado. Debe poner ultrajes. Pone fe, es de. Pone socialista. Debe poner sociedalista. Agradezco al posesor de esta web que me permita la cabida de manifestaciones. Eso le honra y demuestra su amor consecuente a la libertad de expresión de ideas. Mi critica alcanza a todos, incluso a mí. Siento haber llamado pensadorcillo a quien ha tenido pensamientos tan interesantes, aun cuando no los comparta todos. Por supuesto ese… no es quién para imponerme condenar a alguien, como no soy quién para condenar a alguien. No condeno a Hitler, ni a Stalin, ni a Marx, ni a persona alguna. Repruebo los actos que entiendo reprobables, pero condenar a una persona no me compete. Lo del cordón sanitario es un infundio estupido fácilmente constatable. Puesto que no es dogma de Fe que tal o cual persona sea o haya sido criminal, ni que tal o cual sentencia judicial sea verdad absoluta que me obligue a aceptarla, conservo mi libertad para no afirmar acertada una sentencia condenatoria, o no adherirme a ella, sobre todo cuando no conozca, ni deba conocer las actas del proceso pertinente. A fortiori no tengo obligación de afirmar que sea cierta la afirmación presuntamente científica de un determinado historiador, ni de varios, ni de muchos, ni de todos, menos aún si proviene de un dogmatista político, o un sectario, o un adversario. El antropólogo y filósofo ha ser ser libre pensador, y debe no someterse, no ceder a ninguna imposición ideológica, a ninguna coerción ni extorsión para que la víctima asuma como propio un juicio o pensamiento que no tiene por propio convencimiento. Por cierto, he defendido concienzudamente al sionista strauss-John, cuando he estado persuadido de su inocencia; véase mi blog. Ricardo de Perea, Sacerdote y no porque lo diga yo. Rebotado, seguro está ese absolutista voluntarista rústico diletante bisoño, enemigo de la libertad de pensamiento, opinión, expresión, investigación, y discusión ideológica .
Esta persona, Ricardo de perea o César borgia (seudónimo) es un nazi recalcitrante: pone en un cordón sanitario a Hitler a quien adora