CIUDAD DEL VATICANO, domingo, 28 enero 2007 (ZENIT.org).- Benedicto XVI presentó este domingo a santo Tomás de Aquino, uno de los filósofos y teólogos más grandes de todos los tiempos, como «maestro» para el diálogo entre culturas y religiones.
En la fiesta del «doctor angélico», que falleció en el año 1274, autor de la Suma Teológica, el pontífice presentó su figura en un contexto internacional en el que algunos ven la amenaza de un «choque de civilizaciones».
«Con una sabiduría de amplias miras, santo Tomás de Aquino logró instaurar una confrontación fecunda con el pensamiento árabe y judío de su tiempo, de manera que es considerado como un maestro siempre actual de diálogo con las demás culturas y religiones», aclaró al rezar la oración mariana del Ángelus.
«Supo presentar esa admirable síntesis cristiana entre razón y fe –añadió el obispo de Roma– que para la civilización occidental representa un patrimonio precioso, al que se puede recurrir también hoy para dialogar eficazmente con las grandes tradiciones culturales y religiosas del este y del sur del mundo».
«Según el pensamiento de santo Tomás», siguió aclarando el Papa, «la razón humana, por así decir, «respira», es decir, se mueve en un horizonte amplio, abierto, en el que puede experimentar lo mejor de sí misma. Sin embargo, cuando el hombre se limita a pensar sólo en objetos materiales y experimentables, se cierra a los grandes interrogantes de la vida, sobre sí mismo y sobre Dios, se empobrece».
Benedicto XVI pidió oraciones «para que los cristianos, especialmente los que se mueven en el ámbito académico y cultural, sepan expresar el carácter razonable de su fe y testimoniarlo con un diálogo inspirado por el amor».