El jueves por la noche, en la Sala Manuel M. Ponce del Palacio de Bellas Artes [Mexico, D.F.], se realizó la presentación de un fascinante libro titulado El canto de las sirenas, del filósofo catalán Eugenio Trías. Subtitulado Argumentos musicales, el volumen es un extenso y ciertamente complejo recorrido por algunas de las más importantes instancias de la música occidental, glosado y analizado bajo una perspectiva filosófica que tiene su cimiento primordial en Platón, y como un segundo e importante hilo conductor, la teoría de la filosofía del límite, propuesta por el propio Trías.
En una mesa en la que hubo principalmente por filósofos (de la que fui moderador), se comentó El canto de las sirenas, más en su vertiente filosófica que en sus aspectos estrictamente musicales, con base en los textos de Crescenciano Grave, Xavier Güell, Carlos Pereda y Sergio Vela.
Este prolijo libro de Eugenio Trías arranca con un prólogo que es, a la vez, declaración de principios y manifestación de líneas de conducta a seguir en su amplio trayecto. Vienen después 23 ensayos dedicados a otros tantos compositores (de Claudio Monteverdi a Iannis Xenakis), y el libro concluye con lo que el autor ha titulado Coda filosófica, sólidamente cimentada en los principios del pensamiento de Platón, cuya intención es cerrar (en la medida en que pueda ser cerrado) el círculo de la interacción dialéctica entre música y filosofía.
Para aquellos lectores potenciales de El canto de las sirenas, vale decir que esta obra de Trías no es una historia de la música; no es, evidentemente, un catálogo de ensayos biográficos sobre los 23 compositores elegidos; tampoco es una acumulación de notas de programa sobre las obras mencionadas; y no es, claramente, una colección de análisis musicológicos sustentados en la técnica y la estética, a la manera tradicional.
Podría parecer un poco tramposo de mi parte tratar de definir ese libro a partir de lo que no es, pero no dudo que estas observaciones puedan aclarar un poco su naturaleza.
En la raíz de una posible discusión primera sobre El canto de las sirenas, sería menester desentrañar de entrada una pregunta clave: ¿es un libro de música o de filosofía? Por mi parte, la noche del jueves planteé esta pregunta con toda claridad, y en las intervenciones subsecuentes de los presentadores me fue respondida sólo parcialmente. Sin embargo, lo mejor en este caso es acudir directamente a las palabras del autor quien, en el prólogo a El canto de las sirenas, afirma categórico: “Este es un libro de filosofía”. Lo es sin duda, pero su cualidad principal (para quienes no somos filósofos y entendemos poco del asunto, claro) es que se trata, también, deun libro lleno de música, de manera tanto implícita como explícita.
Uno de los más interesantes hilos conductores del libro de Trías es la germanofilia abiertamente asumida por el autor; ésta (que en su caso existe tanto en lo filosófico como en lo musical) tiene su complemento lógico en el hecho de que una parte sustancial, medular, de la cultura musical de Occidente pasa por el mundo de habla alemana, caso análogo al de la cultura filosófica. Como prueba cabal de ello, la presencia de Bach, Haydn, Mozart, Beethoven, Schubert, Mendelssohn, Schumann, Wagner, Brahms, Bruckner, Mahler, Schönberg, Webern, Berg, Strauss y Stockhausen como protagonistas de los ensayos que conforman El canto de las sirenas.
Y como refuerzo de esta idea, y del concepto de que se trata en efecto de un libro de filosofía, la presencia virtual de Schopenhauer, Nietzsche, Adorno y Wittgenstein en las discusiones generadas la noche del jueves, que complementaron las referencias puntuales a San Agustín, Platón, Aristóteles, Pitágoras y Plotino.
¿Se trata, pues, de un volumen exclusivo para filósofos? No, de ninguna manera. Pienso que se trata de un libro de filosofía de la música que hallará a sus mejores lectores entre los melómanos ilustrados y conocedores que no se arredran ante la posibilidad de abordar la música mediante un enfoque interdisciplinario y riguroso. Y si algo tiene El canto de las sirenas, de Eugenio Trías, es rigor.
En lo personal he disfrutado particularmente la lectura del libro, porque el autor aborda en él, de manera importante, una discusión que siempre me ha parecido fundamental para todo aquel que ama la música: ¿existe o puede existir una correlación directa entre los parámetros de organización de los sonidos, eso que llamamos música, y los afectos o emociones que suscitan en nosotros?
Fuente: http://www.jornada.unam.mx/2008/03/01/index.php?section=opinion&article=a08a1cul