Cuando hoy en día calificamos a una persona como cínica no estamos siendo precisamente halagadores. El propio diccionario de la Real Academia define el cinismo como la “desvergüenza en el mentir o en la defensa y práctica de acciones o doctrinas vituperables” o, en su segunda acepción, como una “impudencia u obscenidad descarada”.
La felicidad pasa por vivir conforme a la naturaleza, sin bienes materiales. (Corbis)
Pero para Susan Prince, investigadora de la universidad de Cincinati, las connotaciones negativas que arrastra el cinismo no se corresponden con la realidad histórica, y está decidida a redimir a estos filósofos tras siglos de interpretaciones erróneas de su pensamiento. “Me resisto a aceptar el sentido moderno de la palabra cínico”, afirma Prince. En su opinión, el pensamiento real de los antiguos cínicos no tiene nada que ver con esto.
Esta investigadora se ha propuesto rescatar el legado de la corriente filosófica fundada en Grecia por Antístenes (444 a.C – 365 a.C), sobre la que, asegura, estamos muy confundidos: “No tenemos un buen conocimiento sobre los cínicos. Se les ve como misántropos, gente descuidada y sucia que lo que pretendía era acabar con la élite. Pero hay un capítulo positivo de su historia que debe ser recuperado”. En su opinión, en contra de la percepción histórica de los cínicos como vagabundos harapientos dedicados a denunciar la falta de virtud de la sociedad, estos filósofos griegos descienden de las enseñanzas socráticas y en su filosofía no es todo tristeza y melancolía, de hecho, según Prince, podrían haber abrazado un acceso directo a la felicidad, inexistente en la filosofía de la época. Y es lo que quiere contar en su estudio Antístenes y el camino corto hacia la felicidad.
Olvídate de los bienes materiales, ten más tiempo libre
Las teorías de Antístenes eran breves y concisas, sobre todo si se comparan con las de otras escuelas filosóficas. Sus enseñanzas se saltaban los aspectos técnicos y se concentraban en la literatura ética, estudiando por ejemplo las enseñanzas que podían extraerse de la lectura de Homero. Para Antístenes la única manera de alcanzar la felicidad pasaba por abordar de forma rigurosa un drástico cambio de actitud.
Los cínicos lograron ganar mucho tiempo libre, lo que les permitió vivir la buena vidaPara seguir el camino de los cínicos, es necesario abandonar las convenciones sociales y vivir de acuerdo con la naturaleza. Antístenes era claro al respecto. No se debe vestir ropa de moda –él llevaba únicamente una capa y un báculo, que se convirtieron en el uniforme de la escuela–, no se debe acudir a fiestas ostentosas e, incluso, se debe renunciar a tener una vivienda fija.
A través de este sencillo camino hacia la felicidad, Prince asegura que los cínicos lograron ganar mucho tiempo libre, lo que les permitió vivir la buena vida o, tal como lo entendía Antístenes, “ver las cosas dignas de ver y oír las cosas que vale la pena escuchar”. Esta ética la llevaban los cínicos hasta su muerte. “Alcanzas la felicidad rápidamente y la puedes practicar el resto de tu vida”, asegura Prince.
Un filósofo olvidado
Antístenes, fue un importante filósofo, pupilo de Sócrates y rival de Platón, pero la historia le relegó a un segundo plano, quizás debido al propio vaciO que vivió en Atenas, donde estuvo marcado siempre por su condición de extranjero –aunque había nacido en la urbe griega, sus padres eran tracios–. De hecho, sus ideas filosóficas que dieron pie al cinismo, se hicieron conocidas a través de Diógenes, un discípulo suyo que, según creen numerosos estudiosos, ni siquiera conoció a su maestro, y cargó al movimiento de todas las connotaciones negativas que arrastra.
Prince va más allá y asegura que sus ideas tuvieron un gran pesó en Platón, que mantuvo importantes debates con Antístenes, aunque nunca fueron atribuidos a este último: “Platón no se hizo grande por sí mismo. Antístenes fue uno de los interlocutores más importantes de Platón, y no siempre fue enemigo de éste. Su relación se parece más a una rivalidad entre hermanos”.
Antístenes llevó sus ideas a la práctica, se mezcló con las clases populares y se dedicó a predicar con el ejemploPlatón y Antístenes compartían numerosas creencias con el resto de filósofos, como el rechazo de la riqueza y el lujo, necesario para abrazar la búsqueda de sabiduría y virtud. Pero lo que condenó a Antístenes al sumidero de la historia fueron sus métodos, que le alejaron del resto de filósofos. Mientras Platón fundaba su AcademIa, donde impartió sus enseñanzas filosóficas, Antístenes llevó sus ideas a la práctica: se mezcló con las clases populares, de las que extrajo a sus discípulos, y se dedicó a predicar con el ejemplo, abogando por tomar el camino más corto hacia la felicidad y la virtud. Paradójicamente, el fundador de los cínicos fue el único que no se comportó como tal.
Fuente: http://www.elconfidencial.com/alma-corazon-vida/2012/10/24/el-camino-mas-corto-hacia-la-felicidad-es-convertirse-en-una-persona-cinica-107789/
24 de octubre de 2012
Interesante.
Sí, evidentemente se aparta bastante de lo que comunmente se entiende por “cínico”.