Viejos los cerros y sin embargo reverdecen

Hace apenas unos días recibí un correo electrónico de un lector para darme su punto de vista sobre mi artículo publicado en estas páginas el pasado 2 de septiembre, comunicación que transcribo en su parte esencial:
“comentarios sobre la Cartilla moral: me parece interesante su artículo en particular sobre lo dicho de la Cartilla moral de Alfonso Reyes…
No obstante la generosidad y la bonhomía del autor, su Cartilla moral envejeció. Lo dicho por Reyes no es más que el eco de la filosofía del amor de Platón, Aristóteles, del cristianismo, de Martín Bubber sobre el amor, el yo, el otro, Dios, etcétera. Sé de antemano que tenemos la capacidad de cumplir la Cartilla moral, reconociendo el dualismo o el antagonismo por lo que lucha el hombre: su misma naturaleza. Saludos”. Vaya esta nota como una respuesta al comentario de este lector, sobre todo ahora que la Cartilla moral de Alfonso Reyes ha influido en el discurso político de Andrés Manuel López Obrador. Veamos:

1. Afirmar que la Cartilla moral envejeció, que no es más que un eco de la filosofía del amor dela antigüedad clásica y del cristianismo, es negar el apotegma de que “todo lo sabemos entre todos”. Existe un hilo conductor del conocimiento filosófico desde Sócrates (470-399 a.C.) a través de Platón y que va decantándose con Aristóteles, Epicuro, Cicerón, Séneca, Aurelio Agustín, Tomás de Aquino, Erasmo, Descartes, Hegel y toda la pléyade de filósofos modernos y contemporáneos, incluyendo a Santayana, Unamuno, Ortega y Gasset, María Zambrano, Julián Marías, José Gaos, etcétera.

2. No todos los pensadores que cité influyeron igual en la formación del pensamiento hasta llegar al siglo XXI, pero aún prevalece la idea que se repetía en la Edad Media: “El aire de las ciudades hace a los hombres libres”. Savater dice que “… con el ascenso del poder de los Estados fue disminuyendo el dominio de la Iglesia católica sobre los ciudadanos. En especial la cultura (las universidades, el arte, el pensamiento), que fue quedando cada vez más en manos de los civiles (…) Ciertas personas pueden ser muy interesantes en el terreno de la filosofía, pero en cambio tener una moralidad dudosa”. Cito a Fernando Savater, Historia de la Filosofía (2010)… Cuando Savater dice “moralidad dudosa” se refiere a los contemporáneos o a los modernos, “porque los antiguos -como Sócrates o Séneca- pensaban de otro modo. Los pensadores modernos no sólo se dedicaron a la reflexión filosófica, también a la política. Claramente Savater afirma que con un verdadero conocimiento no valen la magia ni la invocación de los sabios del pasado, sino la experiencia y la paciente constatación de lo que ocurre en el mundo”.

3. Afirmar que la Cartilla moral “envejeció”, es negar la herencia cultural que en Occidente se inicia con los griegos. Edith Hamilton, en su libro El camino de los griegos (1930), publicado en inglés y por la primera vez en español (2002) por el Fondo de Cultura Económica, apunta que lo que distingue al mundo moderno del antiguo y lo que separa a Occidente de Oriente, es el predominio del espíritu en los asuntos de los hombres, “y esto nació en Grecia, y en todo el mundo antiguo vivió exclusivamente en Grecia. Los griegos fueron los primeros intelectuales. En un mundo en que lo irracional había desempeñado el papel principal, ellos aparecieron como protagonistas del espíritu”. Algo diferente ocurrió en Oriente en el mundo antiguo donde el dominio del intelecto pertenecía a los sacerdotes. La misma Edith Hamilton dice que “… somos seres complejos, hechos de cuerpo y alma, de inteligencia y espíritu cuando la atención de los hombres se fija en uno de ellos, desdeñando a los demás, resultan seres sólo parcialmente desarrollados, cegados sus ojos ante la mitad de lo que la vida les ofrece y lo que contiene el ancho mundo (…) En aquel mundo antiguo de las tempranas civilizaciones asiáticas, ese mundo en el que el péndulo iba alejándose cada vez más de todos los hechos, ocurrió algo enteramente nuevo: surgieron los griegos, y el mundo que conocemos, comenzó con ellos”.

4. Alfonso Reyes (1889-1959), el regiomontano universal “impuso un estilo erudito y brillante que nunca antes se había plasmado en nuestra prosa”. Fundador junto con Vasconcelos y otros intelectuales del Ateneo de la Juventud, germen revolucionario de la cultura mexicana; fundador de El Colegio Nacional, de El Colegio de México, Premio Nacional de Literatura. Un auténtico polígrafo que publicó poesía, teatro, memorias, crítica, ensayo, investigaciones sobre literatura española, francesa, inglesa, clásica y mexicana, y un consumado helenista. Si algún intelectual mexicano conoció el mundo de la Grecia clásica inmortal, ese fue Alfonso Reyes. En su ensayo acerca de los valores morales publicado como una Cartilla moral en 1944, discurre acerca de los valores fundamentales para la convivencia armónica entre los hombres. Reyes apunta en este pequeño, gran libro, que “… La moral humana es el código del bien. La moral nos obliga a una serie de respetos. Estos respetos están contenidos dentro de otros. Van desde el más próximo hasta el más lejano. ¿Esta axiología envejeció en el siglo XXI? Hay productos humanos que nunca envejecen y pienso que la Cartilla moral es uno de ellos… José Romano Muñoz un viejo maestro de la UNAM escribió (1968) un libro que durante muchos años se utilizó como texto en las preparatorias: El Secreto del Bien y del Mal, una ética valorativa en la que afirma que estamos en este mundo para ser felices, paradigma que sólo lograremos esforzándonos por vivir una vida culta, dentro de un régimen social más justo… En su Cartilla moral, Alfonso Reyes expresó la misma idea con otras palabras: “… sin una dosis de respeto para lo que escapa a la voluntad humana, nuestra vida sería imposible. Nos destruiríamos en rebeldías estériles, en cóleras sin objeto”. ¿Estas ideas envejecieron en nuestro ancho mundo? Aún en la postmodernidad sigue siendo válido lo que la sabiduría popular ha venido repitiendo desde tiempo inmemorial: “Viejos los cerros y sin embargo reverdecen”.

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Fuente: http://www.elmanana.com.mx/notas.asp?id=265992

MEXICO. 19 de diciembre de 2011