Dogmas de la ciencia

Hay respuestas más allá de la ciencia precisamente porque la ciencia tiene límites, en realidad los límites son su mejor garantía, tal vez la única científica.
¿Son tan definitivas como se pretende las pruebas científicas?

¿Son las pruebas experimentales un dogma eterno de la ciencia?

¿Pueden ser las pruebas irrefutables de hoy la equivocación del futuro?

Las pruebas científicas son indicios de que algo oculto al conocimiento se nos escapa siempre. La ciencia es conocimiento y éste es duda razonable, una incertidumbre demasiado viva para confiar ciegamente en las pruebas.

La investigación científica ha alcanzado un alto grado de sofisticación y eficacia, pero todavía conserva algo de alquimia, algo de oficio gremial y cierto aire de creatividad especulativa, irrenunciable en cualquier espíritu escrutador de la naturaleza. En cierto aspecto, la ciencia es imaginación que se niega a sí misma y que a la vez descree de sus métodos como un dios desconfiado.

La ciencia de la experiencia no induce ninguna doctrina, sería un error pretender que la experiencia fuera sistematizable, ni siquiera conceptuable, es diversa y multidisciplinar y a un tiempo cada experiencia es singular e irrepetible, se presenta ante la razón objetiva y ante la subjetiva a la vez, sin deslindar ambas. La filosofía de la experiencia tiene tal vez en la fenomenología de Husserl su mejor intento histórico, que desemboca en el callejón sin salida de la conciencia concebida como el ‘yo trascendental’ que cuestiona acertadamente Heidegger.

Pensar sobre lo que la experiencia nos ofrece es necesario, pero hacer de la experiencia ciencia es imposible, pues el pensamiento extraído de la experiencia es inabarcable; experiencia y pensamiento de ella no son causa y efecto, no son acto y potencia, hay un eslabón perdido entre ambos, eslabón perdido precisamente por la conciencia, que al interiorizar la realidad externa la despoja de su valor objetivo. Es el propio acontecer de las cosas lo que hace que los fenómenos sean fenómenos y el verdadero objeto de la investigación científica.

La ciencia actual es política en tanto tiene rentabilidad económica, es filosofía porque se interesa en la raíz de las grandes preguntas humanas, es sociología pues la vida de los hombres está hoy en manos de la tecnología y es en cierta forma religión, pues al cuestionar (sin proponérselo) racionalmente a Dios lo rescata del olvido y vuelve a ponerlo en valor, o al menos en discusión. La pregunta

¿qué es en realidad la ciencia hoy?
tiene que ser enfocada en el conocimiento disciplinar de las ciencias naturales y de las humanas.
Fuente: http://www.nortecastilla.es/20090601/articulos_opinion/dogmas-ciencia-20090601.html

Valladolid, Castilla y León, Spain. 01 de junio de 2009

2 comentarios Dogmas de la ciencia

  1. Azem Omar

    Excelente artículo. ¿Será tal vez que uno de los resultados no previstos de la ciencia -sobre todo astronomía y física cuántica- es arrojar nuevos datos para la reelaboración de la metafísica?

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