De lo no opinable

Decía Platón que la opinión, la “dóxa”, es un camino intermedio entre la ignorancia y la ciencia; en la opinión no hay, propiamente dicho, un saber ni tampoco una ignorancia, sino un modo particular de aserción, de dar por cierto algo. Es, en pocas palabras, un juzgar sobre la apariencia, aunque también un estado de la mente que se adhiere a la verdad de un juicio que puede ser falso.
Pero, la opinión se convierte, en demasiadas ocasiones, y por su elevada dosis de subjetividad, inflexible, en un aseverar acerca de determinada cuestión sin tener suficiente conocimiento de ella, presentándola como una verdad inconclusa. Craso error.

Hace algún tiempo estuve presenciando una enojosa discusión sobre determinada obra de arte. Se debatía la calidad estética sin que la altivez de uno de los opinantes, a mi modo de ver (es también una opinión), conociera bien el tema. Parecía ignorar aquella sentencia leibniziana de que “sobre las cosas que no se conocen siempre se tiene mejor opinión”, si bien, en este caso, debería entenderse “peor opinión”.

Pienso que cuando se da una opinión hay que hacerlo con fundamento, pues, en caso contrario, se descubre la ignorancia de quien la sostiene, más si la defiende con estridencia, a voces, como decíamos hace un par de semanas, quizá por carencia de argumentos. No podemos tener siempre la verdad ni la certeza a nuestro favor, aunque sí opinar, pero con criterio y mesura. También lo decía Descartes: “Si no está en nuestro poder el discernir las mejores opiniones, debemos seguir las más probables”.

Nuestro mundo está lleno de opiniones: tantos hombres tantas opiniones, dice el refrán. Opinamos sobre la ciencia, sobre medicina, sobre teología, arte, deporte o sobre cualquier otra cosa. Y no está mal que así sea, aunque, como jocosamente dice un cocinero televisivo (¿lo recuerdan?), hagámoslo “con fundamento” (¡qué cita!). O digamos con humildad: la opinión que tengo es que no tengo nada que opinar. H
Fuente: http://www.elperiodicomediterraneo.com/noticias/noticia.asp?pkid=665115

SPAIN. 13 de junio de 2011

2 comentarios De lo no opinable

  1. quien6

    Nota idónea para dejar una opinión.
    Aunque sea la del final: “la opinión que tengo es que no tengo nada que opinar”

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  2. william sanchez

    Cada quien el derecho de expresar su opinión, y los demás debemos respetarla,a lo que no tiene derecho es a imponer su opinión a los demás.

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