Carta. La caverna de Platón

Platón, hace más de 2.400 años, escribió “La República” . Allí cuenta de una caverna en la cual un grupo de personas, encadenadas en el cuello, piernas y brazos, sólo pueden mirar la pared del fondo. Una fogata produce sus propias sombras sobre esa pared y todo movimiento detrás de ellos también se refleja. Viven en penumbras, sin moverse, y percibiendo esa realidad, sólo esa realidad. Platón supone que si uno de los habitantes de la caverna saliera al exterior la luz, esta lo cegaría. Pero luego el viajero descubriría una realidad distinta de la observada dentro de la caverna. Ahora bien, si esta persona ingresara en la caverna y les contara a sus compañeros lo que vio fuera, nadie le creería, porque justamente no se correspondería con su realidad.
Infinitas son las interpretaciones de este cuento. José Saramago compara en uno de sus libros a la caverna de Platón con un shopping, porque el shopping no posee ventanas.

En la actualidad, mucho no cambió: estamos encadenados a nuestros sillones y en lugar de nuestras sombras se proyectan imágenes sobre pantallas de 42 pulgadas, haciéndonos creer que esa es nuestra realidad. Si alguien pudiera cortar esas cadenas y saliera al exterior, tal vez la luz lo enceguecería, pero observaría una realidad muy distinta: que existen otras cosas. La pena es que si regresara a contarles a los otros lo que vio, nadie le creería, porque justamente ellos creen que la realidad es lo que ven en las pantallas y todo lo demás es sólo un sueño.

También es cierto que el ser humano es propenso al engaño y sobre todo al autoengaño. Creemos muchas mentiras por muchas razones, pero sobre todo porque queremos creerlas: nadie tiene más posibilidades de caer en un engaño que el que ve cómo las mentiras se ajustan a sus deseos.

De todas maneras, la decisión siempre estará en nosotros: de seguir encadenados a una mentira o asumir el riesgo de la realidad, por más dura que esta fuera, encaminarse fuera de la caverna a través de una áspera yescarpada subida para ver una nueva realidad.
Fuente: www.lanueva.com/edicion_impresa/nota/7/03/2013/d37020.html

ARGENTINA. Bahía Blanca

7 de marzo de 2013

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