Gerry Gilmore es profesor de filosofía experimental en el Instituto de Astronomía de la Universidad de Cambridge (Reino Unido). Explica que su asignatura, a la que puso ese nombre un tal Isaac Newton, es “el estudio de la naturaleza de la realidad”, dando a entender que la astronomía no es más –y no es poco– que una evolución o derivación de la filosofía. “Y después de siglos y siglos de estudios de astronomía y de filosofía resulta que ahora nos empezamos a dar cuenta de que el universo es más complicado de lo que creíamos”. Esta es una de las advertencias que hace al empezar a charlar con él, poco después desu intervención en la conferencia científica internacional ESOF 2008, que se ha celebrado este mes en Barcelona.
Pero algo habremos descubierto, ¿no?
La historia nos dice que cada vez que descubrimos algo nos planteamos una pregunta aún más transcendental. Dentro de 20 años sabremos si las preguntas que nos estamos formulando ahora son correctas o no. De las respuestas, mejor ni hablamos… Lo importante no es la respuesta, sino cómo formulamos la pregunta para tratar de responder ¡Sería estupendo pertenecer a una generación que responde a una de las grandes preguntas!
¿Cuáles son esas preguntas?
Son los mayores retos que plantea el Universo: ¿quiénes somos?, ¿de dónde venimos?, ¿dónde estamos?, ¿por qué estamos aquí? Al intentar ampliar los límites de nuestros conocimientos, nos vamos planteando otras preguntas fundamentales. Avanzamos a base de formularnos preguntas.
¿Habrá una última pregunta?
No lo creo, el reto seguirá… Y aprender a formular preguntas fundamentales sobre nosotros mismos nos ayudará a entender la evolución del mundo y de la sociedad.
En su charla habla de universo y realidad.
¿Se sabe qué es el universo?
Cuando miramos al cielo, vemos estrellas. Luego, eso es la realidad. Pero hay mucho más: lo que ven nuestros ojos es la luz, y la realidad podría ser algo que no brilla, que es oscuro o transparente y que, por lo tanto, no vemos. Así que la manera que tenemos de medir esa realidad oscura o transparente es pesándola, porque todo pesa, pero no todo brilla. La parte que brilla es una nimiedad. La mayoría de las cosas son materia oscura. ¡No todas, por supuesto! En ese caso no podríamos ver las estrellas.
¿Cómo se pesa la realidad?
Con las leyes de Newton. Si algo se desplaza muy deprisa, se requiere mucha fuerza para detenerlo, y al revés. Las estrellas pesan más o menos en función de la velocidad a la que se mueven en el cielo. El Sol se mueve por la Vía Láctea a 220 kilómetros por segundo y la Tierra lo hace alrededor del Sol a 30 kilómetros por segundo. Cualquier niño que mire al cielo puede calcular la materia oscura que hay.
¿Cualquiera?
Cualquier niño como Newton, claro…
¿La astronomía es la niña mimada de las ciencias?
No es eso, pero sí es cierto que a nivel práctico desarrollamos nuevas tecnologías para conocer el universo, que es lo mismo que conocer nuestra sociedad: ordenadores, satélites, telescopios… Por ejemplo, en medicina trabajan con ordenadores con los que se ha estudiado el cielo. Y ahora con ellos se diagnostica el cáncer, ¡así que la astronomía puede salvar vidas!
Usted lideró el proyecto de la ESA ‘Gaia’. ¿En qué consiste?
Es el proyecto de satélites europeos más importante para los próximos 10 años y permitirá grandes avances en física y cosmología. Nos explicará, por primera vez, la estructura de la Vía Láctea. Pesará la materia negra que la compone y nos dirá cómo se forma una galaxia. Madrid será un importante centro de gestión de esta misión de la Agencia Espacial Europea, mientras que en Barcelona estará el superordenador Marenostrum.
Eso es muy importante para España…
Simplemente demuestra que está creciendo muy deprisa después del franquismo. He revisado proyectos de jóvenes científicos españoles y son realmente buenos. España está a la altura de Alemania, Francia o Italia.
Gerard F. Gilmore
Profesor y astrónomo. Estudia la naturaleza de la realidad, “como Newton”
Fuente: http://www.publico.es/ciencias/138046/cada/descubrimiento/plantea/preguntas
Barcelona – 28/07/2008