Abstract
En su ensayo El Aroma del Tiempo (1), el filósofo surcoreano Byung -Chul Han (1959) empieza diciendo que “la salud, que hoy se erige en valor absoluto, en religión”, ya era objeto de <<respeto>> para el “último hombre” de F. Nietzsche (2).
“Al final la vida sana y larga, pero aburrida, les resultará insoportable”, agrega Byung (1959) quien estudió filosofía en la Universidad de Friburgo y Teología en la de Múnich, al referirse a los ancianos que son “expulsados de la sociedad” cuando se apaga en ellos “el fuego sagrado que arde, cual efímera llama perpetua, en la juventud” (3).
Notas
-1- Byung-Chul Han, El Aroma del Tiempo (Ed. Herder, 2015).
-2- F. Nietzsche. Así habló Zaratustra (Alianza, 1981), pág. 39.
-3- Considero oportuno citar aquí la célebre frase de Benjamín Disraelí (1804-1881) que dice: “La juventud es locura, la madurez lucha y la vejez lamento”. La expresión, “el fuego sagrado que arde, cual efímera llama perpetua”, en la juventud” es mía.
-4- China es para Corea, lo que Grecia para Europa.
-5- Camino de Campo, M. Heidegger, Barcelona, Ed. Herder, 2003. Pág. 25.
-6- Ibídem. Pág. 88.
Fuente: https://kaosenlared.net/byung-chul-han-el-aroma-del-tiempo/
13 de febrero de 2020