Negro sobre blanco no es lo mismo que blanco sobre negro. Decir “negro sobre blanco” es una manera de referirse a la escritura, a las letras impresas sobre la página en blanco. Pero blanco sobre negro es una ventana en la oscuridad. El punto blanco en una trama negra es un asomo de luz en la página ignota.
Así son las tapas de la novedosa colección Pensamientos locales, de la editorial Quadrata. Todas negras, con grandes títulos calados en blanco, por donde emergen sus temáticas. A su vez los títulos son nombres propios. Mayúsculos. Se trata de filósofos o más bien pensadores, de todos los tiempos. Algunos de ellos: Spinoza, Bergson, Nietzsche, Kierkegaard, Freud, Wittgenstein, Sartre, Benjamin, Heidegger. Lo valioso de esta publicación está más acá de la obra de los pensadores mencionados. La intención es traslucir un pensamiento universal a través de la mirada local. A cada uno de los autores le corresponde un autor-intérprete (por decirlo de algún modo) local. Por ejemplo, Sartre por Sara Vassallo; Spinoza por Diego Tatián, y Nietzsche por Gustavo Varela.
Los intelectuales argentinos son propensos a deglutir lo ajeno, pero lo devuelven enriquecido. Estos angostos libros negros ofrecen itinerarios para adentrarse en la obra de los filósofos con el gusto de quienes los leyeron a fondo. Una especie de brindis, con fondo blanco, del saber. No es una mediación meramente didáctica o sesuda. Es una forma de compartir una lectura como forma de vida.
De allí que los directores de esta colección, Ariel Pennisi y Adrián Cangi, festejen una forma específica y autóctona de creación teórica e incluso imaginaria. En cada uno de los libros exponen en una página, siempre la misma, la voluntad deseante de esta publicación que apunta a ensayar el pensamiento, como lo hacían Foucault o Deleuze en la Universidad de Vincennes en los años 60, pero también los griegos en el Agora. No en función de una doctrina, es decir, un sistema de postulados, sino abiertos al oleaje, al fundamento activo.
Dicen los editores: “Imaginamos una colección popular de filosofía en la tradición del ensayo. el ensayo de intervención que no sólo se contenta con la precisión de los saberes sino que discute experiencias”.
Es muy bello el abordaje que realiza Silvio Mattoni (poeta, ensayista y excelso traductor) en su introducción al libro sobre Bataille. Como él mismo lo advierte, “leer a Bataille no es un aprendizaje, es una experiencia”; bastante parecido a la poesía (ver capítulo “El gasto o la poesía”). Su propuesta apunta a un orden simbólico no tan ordenado, “que los sentidos bailen”, allí donde “las palabras no se resignan al aislamiento de un sentido determinado”.
No está mal que a los lectores los saquen a bailar. Es una forma de perpetuar el goce de la lectura junto con la aventura del entendimiento.
Fuente: http://www.lanacion.com.ar/1385236-bailar-mientras-se-piensa
ARGENTINA. 29 de junio de 2011