Cuando en el siglo XVIII el filósofo Enmanuel Kant se preguntó por los contenidos específicamente filosóficos, los resumió en tres preguntas: ¿Qué puedo conocer? ¿Qué debo hacer? y ¿Qué me cabe esperar? La primera apuntaba a las posibilidades de conocimiento y por lo tanto a la Teoría del Conocimiento (Gnoseología) y de Filosofía de la Ciencia. La segunda hacía referencia al comportamiento humano en relaciones con los valores (Ética) y con la sociedad (Filosofía Política). Y la tercera nos remitía a las cuestiones últimas que afectan al ser humano y que tratan disciplinas como la Metafísica o la Filosofía de la religión. Aclarado este marco conceptual, vayamos a examinar cómo en la actual crisis financiera nos encontramos con serias deficiencias en estos tres ámbitos.
1) Aspectos gnoseológicos: el terremoto económico-financiero con epicentro en Nueva York ha puesto en evidencia el desconocimiento de los mecanismos de control y de funcionamiento de la economía. Cegados por un ansia desmedida de beneficios, y con la ingenuidad de creer en la autorregulación de los mercados, se ha permitido que los especuladores actuasen con la suficiente opacidad para escapar a los débiles mecanismos de control. Y ahora, la verdad es que tampoco se sabe muy bien cómo salir de este atolladero.
2) Aspectos éticos y políticos: en medio de una, cada vez más extensa, red de interconexiones (globalización), es claro quelas decisiones individuales tienen repercusiones de un alcance insospechado hace poco tiempo. Hoy somos conscientes de que cuando un broker pulsa una tecla en Wall Street o en Tokio millones de pequeños ahorradores de todo el mundo pueden verse hundidos en la miseria de la noche a la mañana. Es preciso, en consecuencia, tomar conciencia de la grave responsabilidad moral que contraen quienes manejan los hilos de la economía. Por otro lado, la crisis ha dejado al descubierto el estado anémico de nuestras democracias, Nuestros políticos, obnubilados por concepciones neoliberales, han abdicado de llevar las riendas de la economía para dejarlas en manos de operadores financieros. Y mucho nos tememos que el sistema se vuelva a relanzar en falso.
3) Aspectos metafísicos: para salir de la crisis hay que filosofar, es decir, hacernos preguntas en el más alto nivel: ¿A dónde nos va a conducir seguir por la vía de consumir cada día más cosas sin preguntarnos por qué tenemos esas necesidades compulsivas de poseer? ¿Dónde está la raíz de nuestra insatisfacción vital? ¿Qué consecuencias está teniendo para nosotros mismos y para el planeta el nivel de vida que queremos no sólo consolidar, sino incrementar? ¿Con qué cara podemos hablar de sociedad del bienestar cuando éste sólo es un bienestar material y ello a base de esquilmar los recursos de los países en vías de desarrollo?
Es preciso reivindicar el papel de la Filosofía, tan despreciada por cierto en nuestros planes de enseñanza, que desde Sócrates se ha revelado como un poderoso instrumento para arrojar luz sobre la humanidad.
La actual situación económico-financiera se nos presenta falsamente como la crisis, como si fuera la única existente. ¿Y qué hay de la crisis de los que han estado siempre en crisis? ¿Y qué hay de la más radical, la que está en el fondo de todas: la crisis de valores?
La actual situación económico-financiera se nos presenta falsamente como si fuera la única crisis.
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By gore