Para el filósofo Garrett Thomson un problema que tienen los estudiantes colombianos de filosofía es que las bibliotecas en general en Colombia son muy malas.
El ex profesor de la Universidad de Caldas y doctor de la Universidad de Oxford participará en las celebraciones de los 50 años de la escuela de filosofía de la Universidad de Caldas, para lo que se organizó entre el 15 y el 18 de septiembre el XVII Foro Nacional de Filosofía.
Thomson habló de diferentes aspectos actuales de la filosofía.
– ¿Qué importancia puede tener la filosofía en el mundo actual?
Muchas de las preguntas más importantes para la humanidad son en el fondo problemas filosóficos. Por ejemplo, las preguntas clásicas sobre cómo debe uno vivir individualmente o qué valores deberían constituir los fundamentos de nuestra sociedad son típicas preguntas filosóficas. Todo el mundo tiene opiniones sobre estas cuestiones. Lo que aporta la filosofía es una respuesta racional, crítica. Una marca distintiva de la filosofía es la argumentación, la revisión racional y crítica de todos los puntos de vista. Así que, en el largo plazo, la filosofía resulta muy útil. Por ejemplo, las raíces de la revolución industrial en Europa están en la creación de la ciencia en el siglo XVII, la cual fue filosófica en buena medida, ya que requirió la creación de nuevos conceptos, como los de materia, verificación, ley de la naturaleza. Del mismo modo, las raíces de gran parte de las sociedades modernas están en las revoluciones políticas ocurridas en Europa de los siglos XVII a XIX, gracias a las cuales se introdujeron conceptos como el de derechos humanos o la soberanía de los pueblos.
– La gente puede pensar que la filosofía es un área del pensamiento donde no puede haber progreso, porque todo consiste en expresar cada uno sus puntos de vista. ¿Por qué esta imagen es incorrecta?
G.T. Sí hay cierto tipo de progreso en la filosofía. Hoy comprendemos mejor, por ejemplo, las relaciones entre el cerebro y la mente que en la época de Descartes. El progreso en filosofía depende en parte del progreso en otras áreas, fundamentalmente la ciencia. También comprendemos mejor los problemas éticos y políticos, en parte por la influencia de la filosofía en los cambios que dieron origen a las democracias modernas. No puede desconocerse que hay aspectos en que tenemos muchos de los mismos problemas filosóficos de los griegos en la antigüedad. De hecho, no hay respuestas definitivas a ninguna pregunta genuinamente filosófica, pero eso no significa que no pueda haber progreso. Este no consiste solo en obtener las respuestas definitivas, también puede consistir en mejorar nuestra comprensión.
En segundo lugar,es inexacta la sugerencia de que la filosofía consiste únicamente en expresar nuestros puntos de vista sobre las cosas. Es cierto que todos hacemos filosofía porque tenemos ideas sobre esos problemas generales, pero también lo es que la filosofía profesional se distingue en que la argumentación detallada y el análisis desempeñan un papel muy importante. Entonces no es sólo una cuestión de expresar puntos de vista. Uno tiene que tener razones buenas y ser capaz de contestar objeciones difíciles.
– ¿Sobre qué hablará en el XVII Foro Nacional de Filosofía?
Voy a explicar mi teoría sobre el bienestar humano, basada en un análisis de las necesidades humanas. En pocas palabras, pienso que es muy importante distinguir fuertemente entre necesidades y deseos, y que muchos políticos y científicos sociales no hacen esta distinción. Algunos economistas, por ejemplo, utilizan los dos conceptos (el de necesidad y el de deseo) como sinónimos. Es un grave error. Si fueran iguales ambas cosas, entonces no tendría sentido, por ejemplo, hablar de lujos. Además, distinguir entre necesidades y deseos es un requisito para una política social realmente justa y viable, sobre todo en los países más pobres.
– A partir de su experiencia en nuestro país, ¿cuál es su impresión sobre el estado de la filosofía colombiana?
Estuve en la Universidad de Caldas y un tiempo corto en la Universidad Nacional de Bogotá y en la de los Andes. Con base en esta experiencia tengo muy buena impresión de los estudiantes de filosofía en Colombia, porque normalmente están muy animados, con muchas ganas de hacer filosofía verdaderamente. Un problema que tienen los estudiantes aquí es que las bibliotecas son en general muy malas, muy desactualizadas, y eso dificulta mucho la investigación, porque no pueden acceder a las últimas ideas sobre el problema que quieren estudiar. A la hora de hacer una tesis esta limitación es grave. Por otra parte, he percibido otro problema que es una manera de enseñar y hacer filosofía excesivamente ligada a la historia de la filosofía, más que a la búsqueda de respuestas para los problemas importantes. La enseñanza de la filosofía debe enfocarse más en los problemas filosóficos, porque éstos son su motivación esencial. La historia del pensamiento es útil en la medida en que contribuya a aclarar y resolver esos problemas.
El filósofo
Garrett Thomson es Ph.D. D de la Universidad de Oxford y profesor de filosofía en el College of Wooster y miembro de la Facultad de Ciencias desde 1994.
Ha sido profesor del departamento de filosofía de la Universidad de Caldas.
Sus áreas de interés son la filosofía moral, la filosofía moderna, la filosofía de la mente, entre otras.
Ha escrito varios artículos sobre Kant, Descartes, Locke y Leibniz, también sobre ética y filosofía de la mente. Ha sido coautor de textos sobre Aristóteles y editor de seis volúmenes de The Longman Standard History of Philosophy.
Algunas de sus publicaciones son “Necesidades”, “De Bacon a Kant” y “Una introducción a la práctica de la filosofía”.
Fuente: http://www.lapatria.com/Noticias/ver_noticia.aspx?CODNOT=74098&CODSEC=2
COLOMBIA. 23 de agosto de 2009