En La sociedad abierta y sus enemigos, Popper (1992) afirma que el plan utópico de Platón tiene un impacto inadecuado, negativo y socialmente peligroso. A continuación, presentaremos dos contra-argumentos a la tesis popperiana.
En el primero, nos centraremos puntualmente en el aspecto de la retórica propagandística que Popper ve en el último diálogo de Platón, Leyes, por considerarlo suficientemente ilustrativo. En el segundo, retomaremos la cuestión conocida como “dinámica social” . El presente artículo surge a partir de las ideas expresadas por Nikolai Alva en su escrito “Popper y Platón, o los orígenes del liberalismo” .
(I) La retórica propagandística
A los ojos de Popper, la peligrosidad del modelo platónico descansa en buena medida en la mentira y engaño a los miembros de la sociedad. En efecto, esto sucede del siguiente modo:
1. Según Popper, Platón entiende la fórmula “persuasión-coacción” de las Leyes como propaganda retórica, peligrosa y violenta (Popper, 1992: 593). Si bien una afirmación de esta índole requeriría algún tipo de argumentación, Popper la fundamenta basándose únicamente en la cita 753a (Popper, 1992: 593; Maceri, 2008b).
“Que los cnosios pongan a esos hombres a disposición de tu ciudad, y que permitan que tú seas ciudadano de esta colonia y uno de los dieciocho, ya sea que os convenzan de formar parte del grupo o que os fuercen a ello utilizando discretamente su poder” .
Hasta acá el texto elegido por Popper, el cual, sin duda, resulta pertinente para su tesis aunque, a nuestro criterio, no alcanza para probarla. Además, Popper no tiene en cuenta que Platón continúa exponiendo el sistema de elección de los magistrados públicos sin mencionar ninguna fuerza enmascarada. De todas maneras, sí es cierto que Platón contempla la coacción en las Leyes pero no de un modo engañoso, sino que el castigo forma parte de la nueva concepción platónica de la ley (Platón, 2003: 718a-724b), en tanto la ley es mezcla de persuasión y coacción, allí cuando la persuasión falla.
La concepción platónica de ley consta tanto de un preámbulo, que funciona como el fundamento filosófico-epistémico de la ley, como del cuerpo de la ley, que sería la norma explicitada, más el castigo o coacción (Platón, 2003: 718a-724b). Se trata de tres partes teórico-instrumentales de la ley. Platón incluye el castigo en el cuerpo de la ley, concibiendo la orden de la norma como una forma de coacción. La noción de mezcla se encuentra en cada uno de los aspectos de la ley, por eso vale la pena insistir en que la ley –con sus partes distinguibles conceptualmente– es ella misma mezcla de estas. Como podrá notarse, la mezcla es prioritaria, pues su importancia es capital. En el vocabulario platónico, “mezcla” significa pugna, lucha y disputa. La pugna hace alusión a la violencia implícita en la coacción, a la orden explícita con la amenaza del castigo, pero sin la persuasión. Platón está interesado en la ley doble, la mezcla, la cual funcionaría como condición de posibilidad de una tercera clase (Platón, 2003: 722c, p. 2): precisamente la mezcla de la simple coacción y la persuasión .
El concepto de ley platónica no conlleva, pues, ninguna clase de retórica, de peligrosidad ni de violencia, al menos no al punto del rechazo político que le causa a Popper, quien, insistimos, debió argumentar al respecto.
2. Según Popper, para Platón la persuasión es “captación por medios ilícitos” (Popper, 1992: 594). Tampoco estamos de acuerdo, pero nuevamente Popper no ofrece razones, sino que se limita a citar varios pasajes del hábeas, solo 909b de las Leyes (Ibíd. Cf. Maceri, 2008b).
“Todos los que, además de no creer en los dioses, o creer que no se preocupan […], adquieran una naturaleza bestial […], engatusen el alma de los vivos porque dicen que pueden convocar al alma de los muertos y porque prometen persuadir a los dioses como si los embaucaran con sacrificios, plegarias y encantamientos […], de eso, sostengo, si alguien pareciere ser culpable, condénelo el tribunal a ser encarcelado […]”
Con este ejemplo elegido por Popper, Platón está precisamente condenando los medios ilícitos de persuasión; es decir, el texto muestra exactamente lo contrario de la acusación popperiana. En efecto, las leyes conducen a la cárcel a quienes persuadan engañando.
En síntesis, el plan utópico de Platón, al menos el de las Leyes, no manifiesta la peligrosidad social de la mentira y del engaño hacia los miembros de la sociedad.
(II) La dinámica social
En La sociedad abierta y sus enemigos leemos: “Según Platón las luchas intestinas, las guerras de clase fomentadas por intereses egoístas, particularmente de orden material o económico, constituyen la fuerza principal de la dinámica social” (Popper, 1992: 54).
Es cierto que Platón enuncia esta tesis tanto en la República como en las Leyes, aunque en este diálogo de manera más débil, pero Popper parece no advertir que Platón se está refiriendo a las sociedades de su época y no al nuevo Estado que pretende fundar, el cual se constituirá como lo más lejano posible a la dinámica social mencionada. En efecto, al explicar las condiciones de la degeneración del Estado, Platón describe las luchas económicas características de las ciudades-Estado griegas de su tiempo. Es atendible aquí la opinión de Vlastos , según la cual Platón se “olvida” del modelo de Estado al que aspira y “habla” (Ibíd.), más bien, “de la sociedad de su tiempo” .
La dinámica social que muestra la cita de Popper es, justamente, la que Platón intenta superar en las Leyes mediante la siguiente dinámica.
El último texto platónico describe la construcción de una comunidad en la que impere la ley. El imperio de la ley reside en su absoluta obediencia por parte de todos los habitantes de la ciudad, sin distinción alguna (Platón, 2003: 762e, 715d). La obediencia a la ley garantiza un Estado inteligente (Platón, 2003: Cf. 709e-712a, 739a-e, 919), i.e., un Estado justo. Este nuevo Estado presupone tanto la igualdad económica de sus integrantes, condenando la riqueza, como la educación de todos los sectores sociales. El esfuerzo platónico a favor de la tolerancia política, procurando la no discriminación, y de los derechos cívicos de los inmigrantes respecto de los ciudadanos nativos, constituye un pilar del Estado libre de corrupción.
Dentro de esta dinámica, el mayor esfuerzo platónico de las Leyes está puesto en erradicar la lucha de clases, precisamente porque Platón advierte que este tipo de lucha fue la causa de la decadencia de su época . En efecto, la destrucción del Estado está invariablemente relacionada tanto con la acumulación de riqueza, que el hombre no logra evitar pues es por naturaleza egoísta, como con las desigualdades y abismos de separación producidos por ella. El código comercial de las Leyes prohíbe la acumulación de riquezas (Platón, 2003: 697b-c, 728e, 736d-e, 742e, c, 743d, 831c-d, 870a) para evitar los odios que se generan entre ricos y pobres, evitando, también, la lucha entre clases.
A nuestro criterio, pues, Popper acusa a Platón precisamente de lo mismo que Platón intenta evitar.
En este trabajo, hemos ofrecido dos contraargumentos a la acusación de impacto inadecuado, negativo y socialmente peligroso que Popper hace a Platón en su obra La sociedad abierta y sus enemigos.
Fuente: http://www.puntodeequilibrio.com.pe/punto_equilibrio/01i.php?pantalla=noticia&id=15728&bolnum_key=27&serv_key=2100
PERU. Martes, 16 de diciembre de 2008