Por: Rodrigo López.
Todos los libros integrantes de los llamados diálogos de Platón son conversaciones entre amigos reunidos, casi siempre en torno a Sócrates, a quien consideraban el más sabio ateniense, con el interés de encontrar la verdad de cada asunto tratado, generalmente de carácter público.
Uno de esos diálogos es el de La República, texto de los más principales del autor y de la filosofía de todos los tiempos, compuesto por 10 libros, que ahora llamamos capítulos, el primero de los cuales trata sobre la virtud de la justicia. Sócrates comienza la conversación contándoles a sus amigos que ayer “bajé” al Pireo. El Pireo era y es uno de los principales puertos marítimos de Grecia (mi esposa Josefina y yo alguna vez también bajamos al Pireo, rumbo a las islas Cícladas y Dodecaneso del mar Egeo. En la de Patmos subimos al convento de San Juan, lugar cercano a la cueva donde el apóstol escribió —o dictó— el libro del Apocalipsis; allí tocamos la piedra que le servía de almohada). Está a unos 9 kilómetros de Atenas, y hay que bajar ciertamente hasta el nivel del mar.
Con la expresión “bajé”, Sócrates quería significar que la vida allí era divertida, propia de las pasiones del cuerpo, y asimilaba el lugar alto de Atenas con la vida especulativa del espíritu. Esta metáfora quería expresar que en Atenas las conversaciones giraban en torno a cuestiones relativas a la ética, las virtudes, la justicia, la política, las formas del Estado, el arte, la música, la poesía, etc. En cambio, en el Pireo los temas estaban referidos a las competiciones deportivas, los desfiles de antorchas a caballo, las danzas, los festivales folclóricos, las riñas de gallos, etc.
Evidentemente, en la conversación con sus amigos, estos le proponían fiestear aquella noche porque había juegos circenses, desfiles de carrozas y torneos gimnásticos de jóvenes. Algo así como proponiéndole una parranda vallenata tocada y cantada por mis sobrinos Iván Zuleta Barros e Iván Villazón Aponte. Me informan que Silvestre Dangond recientemente bajó al “Pireo” en Urumita y dio una fiesta grande en su hermosa casona de la plaza, donde el primero en gozar fue El Palomo, su padre. En nuestro “Pireo” regional tenemos una bonita, aunque superficial, cultura de fiestas.
Finalmente, optaron por dialogar acerca de la virtud de la justicia, que Arimanto propuso y Sócrates aceptó, preguntando: ¿qué es la justicia? “Dar a cada uno lo que se le debe”, contestó el anciano Céfalo, padre de Polemarco. Sócrates repuso, comenzando a utilizar su célebre método mayéutico, que no siempre eso es lo justo, pues no le parecería tal si a un hombre a quien se le debiera un arma se le restituyera en estado de cólera, presumiéndose que con ella iba a causar un daño a otra persona, y consideró la respuesta como incompleta.
Luego interviene Polemarco, expresando que la justicia es hacerle bien a los amigos y daño a los enemigos. Sócrates considera que no puede ser justo lo que proviene de ese sentimiento irascible, de complacencia hacia unas personas y animadversión hacia otras, y conviene en que esta idea tiene algo de verdad, en el sentido de que solemos sentir que la ofensa es más injusta cuando el agravio es contra nosotros o nuestros parientes y amigos que cuando es contra nuestros enemigos.
Seguidamente habla el sofista Trasímaco, quien afirma que no son correctas las definiciones anteriores sobre la justicia y que ve en ellas ingenuidad, puesto que lo justo es lo que conviene a cada quien, sea un particular o un hombre de Estado. Según él, lo justo es lo que aprovecha al más fuerte. El tirano, por ejemplo, considera justas las leyes que le son útiles e injustas las que no.
Esta apreciación es controvertida por Sócrates, quien argumenta que ello no es cierto, que lo justo es preocuparse correctamente tanto por el bien propio como por el de los demás, y les pone varios ejemplos, como el de los científicos y los hombres públicos, que ejercen sus funciones en beneficio de sus conciudadanos. Pero Trasímaco no lo acepta y dice que el más justo y más feliz es el tirano, quien mejor vive. Sócrates no está de acuerdo y manifiesta que ninguna polis o sociedad puede sobrevivir sin un adecuado sistema de justicia. Continuará.
Notas
Fuente: https://elpilon.com.co/la-republica-de-platon-la-justicia/amp/
5 de diciembre de 2024. COLOMBIA