¿Un día para la filosofía?

Me pregunto si eso de institucionalizar la Filosofía y declarar un día para su celebración no irá en contra de la propia Filosofía, como ocurre con todos los “Días de”. Supongo que será una llamada de socorro ante la paulatina desaparición de la Filosofía de los centros de enseñanza.
Si el fin de la educación, como decía Bertrand Russell, ha de consistir en estimular a los jóvenes para que discutan e impugnen las ideas que se daban por seguras, no creo que alcancemos los deseos que expresa Platón en su Carta VII:

“Ningún pueblo estará bien gobernado hasta que los filósofos sean los gobernantes”.

Pero el hombre es, por naturaleza, filósofo, porque todo hombre, como decía Aristóteles, tiende a la lucidez, a preguntarse por el sentido de las cosas: por la muerte, la verdad, la libertad, la justicia. Como expresa un poema de Heine:

Y no dejamos de preguntarnos
Una y otra vez
Hasta que un puñado de tierra
Nos calla la boca.

Eso no significa que la Filosofía sean “elucubraciones” que nos evaden de la realidad, como piensan algunos, sino que la Filosofía descubre los problemas donde la gente no los ve. “Somos los aguafiestas del lugar común”, en palabras del filósofo Daniel Innerarity.

En el diálogo “Banquete”, de Platón, Sócrates, el protagonista, dice que el Amor es hijo de dos dioses: Poros, la abundancia y Penia, la escasez, lo que le hace ser no un dios sino un demonio, porque no posee la belleza, sino que la desea. El Amor es así deseo, no posesión, y es propio del filósofo, no del sabio. Es eternamente indigente, y anda desnudo, escuálido y sin hogar. Pero, por otra parte, es valeroso, fuerte y rico en recursos. Así es como Sócrates ejercía la ironía del “sólo sé que no sé nada” para poder dialogar con todos y llegar de este modo, no a la renuncia, como piensan algunos, sino al inicio de la solución.

El mismo Nietszche en “Así hablaba Zaratustra” establece las etapas del creador: el camello, el león y el niño. Sólo el niño puede crear, por su inocencia, ” inocencia es el niño, y un nuevo despertar..”.

¿Qué diría Nietszche de “parar” la Filosofía. Diría lo que dijo Platón de Heráclito que “todas las cosas se mueven y nada está quieto”

El profesor Emilio Lledó apuesta todavía como Sócrates por la educación para conseguir el perfeccionamiento de la sociedad, una sociedad en la que tenemos que estar alerta porque, gracias a la televisión y otros medios podemos “ver” sin “estar” y lo más importante no es “decir lo que se piensa”, porque tenemos libertad para ello, sino “pensar lo que se dice”, “pensar el lenguaje”.

Y, enlazando con las jornadas de Sociedad y Valores Cívicos, tan sabiamente programadas y tan poco “asistidas”, creo que las palabras no se pueden sustituir por imágenes. De no haber sido por las palabras, habladas o escritas, no hubiera podido disfrutar de la conferencia que el profesor Elías Díaz nos ofreció en el Centro de Congresos sobre “De la Institución a la Constitución. Política y Cultura en la España del siglo XX”, título convencional, como dijo el mismo conferenciante, que podía haber sustituido por otro, significando lo mismo. Esa es la riqueza del lenguaje que, a diferencia de las imágenes, pueden volar y despegarse de lo concreto.

Termino con la palabra de Antonio Machado, que en “Poesías”. (XIIed.) se convierte en poeta filósofo con gracejo:

se queja por la negación del conocimiento de la trascendencia en Kant y un deseo de volver a soñarla con Platón)

Dicen que el ave divina
Trocada en pobre gallina
Por obra de las tijeras
De aquel sabio profesor
(fue Kant un esquilador
De las aves altaneras;
Toda su Filosofía
Un “sport” de cetrería),
Dicen que quiere saltar
Las tapias del corralón
Y volar
Otra vez hacia Platón.
¡Hurra! ¡Sea!
¡Feliz será quien lo vea!
Fuente: http://www.diarioinformacion.com/secciones/noticia.jsp?pRef=2008112100_8_822516__Opinion-para-filosofia

Alicante, ESPAÑA. Viernes 21 de noviembre de 2008

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