El pasado miércoles 20 de agosto comenzó la 2º Jornada de Filosofía para Niños que realiza el Colegio Jacarandá -ubicado en la calle Gral. Pico 537 de Lanús Este- cuya organización consta de una primera parte, donde participaron alumnos del segundo ciclo, concretando la segunda parte -el día 27- con alumnos del nivel inicial del Jardín Jacarandá y del primer ciclo del Instituto Mi Casa y de la institución educativa organizadora.
La jornada se realizó dentro del marco del proyecto institucional de estos dos colegios, donde el programa de filosofía para niños ocupa un papel relevante en la formación y capacitación de sus alumnos.
Los objetivos de este programa son varios:
principalmente, formar un pensamiento crítico, cuidadoso y creativo.
En el primero de ellos se busca que los alumnos puedan ahondar o profundizar en diversidad de temas pudiendo, a la vez, aprender a expresar sus propias ideas, respetando las del resto del grupo sin juzgarlas, ni sentirse juzgados, razón por la cual se tiende a limitar la capacidad de expresión de determinado individuo dentro de un grupo social, por ese temor infundado a que sus ideas sean atacadas o desvalorizadas, situación que, generalmente, no considera capaz de sostener con un contra argumento.
El pensamiento cuidadoso trata de crear en los alumnos la capacidad de que, al momento de la indagación, sus formulaciones no hagan que otro se sienta perjudicado o lastimado. Con esto se busca que, desde la niñez, el individuo pueda pensar objetivamente en lo que va a decir, antes de hacerlo.
Los planes de discusión que se manejaron en ambas partes de la jornada no fueron previstos por los alumnos, mas allá de que todos los ciclos tienen filosofía como materia en el espacio curricular habitual, lo cual resulta sorprendente sólo por el hecho de que niños de esas edades (a los que a veces se subestima) profundicen y debatan sobre temas tales como “qué es el silencio”, “qué es la libertad” o “qué es un problema” -como fue en el caso del segundo ciclo- y la formulación de planteos tales como “definir original y copia” -añadiendo a lo real y a lo irreal- el juego de “seguir al líder” o “establecer diferencias entre un muñeco y una persona” -como fue en el segundo encuentro con niños de jardín y primer ciclo-.
A lo largo de las sesiones se complementaron los temas con objetos, obras pictóricas, imágenes, títeres y otros elementos, a fin de despertar el pensamiento creativo que propone la filosofía mediante una intervención lúdico-didáctica.
Otra cosa que llamó la atención fue encontrar, en cada grupo, chicos de diferentes cursos y años con el propósito de que interactúen entre ellos, se conozcan y aprendan a rotar posiciones, facilitando así su inserción en distintos grupos sociales sin dificultades y con total normalidad.
De esta forma, se logra acostumbrar al niño a respetar ideas y opiniones ajenas, aún sin conocer demasiado al compañero, o sin compartirlas.
En una entrevista realizada a la directora del colegio, Sra. Cristina, nos explicaba la importancia que, en la Institución, se da a temas de carácter filosófico, estimulando la mente de los niños en edades tempranas de desarrollo intelectual: “podés escuchar a un nene de cinco años hablar de palabras ambiguas, ellos las manejan desde esa edad, y hay disparadoras que son muy interesantes, por ejemplo: la maestra de sala de cinco manda un nene a decirle a la directora del jardín ‘dice la señorita que me des una hoja’. Ella, sabiendo de anticipado, va al fondo y le da una hojita del árbol. El nene la observa un rato porque lo que esperaba era una hoja de papel. Con esto, el nene vuelve a la sala y comienza la discusión. En la Institución, y a través de esos disparadores, se trabaja para que esa forma de cuestionamiento filosófico no se pierda en la maduración intelectual del niño, sino al contrario: se incremente a lo largo de su desarrollo y se perfeccione con el único fin de formar “seres pensantes”, comenzando desde una edad en la que el pequeño individuo posee la necesidad natural de preguntarse el por qué de las cosas.
“En otras oportunidades -nos contaba la directora del colegio- son los mismos alumnos los que preparan y planifican toda la clase, llevando a cabo la discusión”. Esta difícil tarea es concretada por alumnos de 6º grado con altísima capacidad de conducir una charla debate, en la que -sin ir más lejos- deben retener los distintos pensamientos de uno y otro de sus compañeros, cuestionarlos y relacionarlos sin olvidar ni confundir quien dijo qué cosa.
Este proyecto, no sólo se apoya sobre el análisis del replanteo filosófico en busca de un pensamiento crítico sino que, además, busca estimular la creatividad del niño (mediante elementos didácticos) ampliar su capacidad de comunicación (mediante la incorporación integral de nuevas palabras a su actual vocabulario) y fomentar la inserción e integración del niño a diferentes grupos sociales, aprendiendo a respetarse mutuamente ante la diversidad de ideas y conclusiones, llevándolos también al ámbito hogareño (donde ejercitarán lo hablado en el colegio). Todos estos principios fundamentales contituyen la base de toda relación humana.
Una interesante iniciativa que debería comenzar a implementarse en todos los ciclos y ámbitos educativos, tanto de gestión pública como privada.
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Fuente: http://www.noticiaszonasur.com.ar/?subaction=showfull&id=1226323448&archive=&start_from=&ucat=5&seccion=costa&category=4
Periódico ABC – La Idea
BUENOS AIRES, ARGENTINA. 10 de Noviembre de 2008 •