Hasta ahora, los filósofos de la tecnología no han hecho más que describirla, pero de lo que se trata es de comprender su sentido ontológico.
En los últimos años, me ha dejado estupefacto que un grupo de filósofos, quienes se consideran “filósofos de la tecnología” se limitan a describir sus características, sin reparar en el sentido que construye en la vida humana desde su nueva configuración. Si acaso se resalta, o bien su peligro o bien sus beneficios y milagros. Esta pobreza de pensamiento se circunscribe al simple dato estadístico y ofrecen al lector común algunas noticias de su estado actual de desempeño. Sin embargo, una filosofía de la tecnología que se sienta responsable y compromisaria con la crítica, la evaluación y la propuesta de conceptos y teorías, va más allá de estas rúbricas ofrecidas por estos “nuevos pensadores”. ¿Cuál podría ser el horizonte originario de una reflexión acerca de la tecnología?
Si partimos del estatus de la civilización actual y las nuevas generaciones que crecieron o nacen en un entorno digital, diríamos que esta preocupación debe ponderar la manera en que la tecnología ha devenido en una especie de “a priori” del mundo porque se manifiesta como “determinante” de la existencia humana: trazando pautas organizativas respecto a la mente y al cuerpo; al accionar en la realidad social, incluso, en la toma de decisiones. O sea, la tecnología «está-ahí-con-nosotros» convirtiéndose en un aspecto ineludible de la vida.
Pero la tecnología, junto a su monumental despliegue y desarrollo, esta vinculada a la racionalidad occidental que es la misma base de la ciencia actual y nuestros opulentos sistemas económicos, por lo que sea casi natural la estrecha relación que se da entre ellos. Hasta el punto de formar un continuo en la larga cadena de la producción del poscapitalismo.
El filósofo alemán Martin Heidegger supo ver todos estos resultados como verdadero cumplimiento de la metafísica. O sea, como la época donde se consuma todo lo planteado por la metafísica tradicional occidental, a través de la tecno-ciencia y todos sus aliados que permiten su impulso. Por esa razón, estamos de acuerdo con Gianni Vattimo quien entiende a la posmodernidad como sentido ontológico de la tecnología. ¿Qué puede significar dicha tesis? Que ella está vinculada al proceso de racionalización de la sociedad, teniendo múltiples efectos para la existencia: especialización, fragmentación, pérdida de unidad de sentido y hasta de libertad.
No obstante, por paradójico que parezca, es esta misma condición la que ha de servirnos para plantear una nueva época de pensamiento y de accionar que la incluya como medio y factor importante. Puesto que, no se trata de negar su impacto. En cambio, sí de responder ante él, amparado en una actitud crítica y proponiendo criterios para su evaluación.
Pero esta respuesta no se logra simplemente glorificando las fantasmagorías del sistema y convirtiendo a la filosofía en una especie de apología de lo existente. Se debe escudriñar el modo en que devenimos junto con ella y qué nuevas épocas nos trae. Ante esto, precisa mantener la vigilancia epistemológica, siempre en actitud de salvaguardar lo humano. Procurando un ejercicio reflexivo que oriente nuestra relación con el mundo tecnocientífico en todas sus dimensiones y ámbitos donde se manifiesta.
Notas
Fuente: https://acento.com.do/cultura/la-tecnologia-y-su-sentido-ontologico-9028610.html
3 de febrero de 2022