Ciertamente, somos “animales (racionales) políticos por naturaleza”. La política es la participación humana, en los asuntos públicos de su “POLIS”. Se trata de un interés colectivo. Para los griegos la participación en el ágora debatiendo los problemas de su ciudad, era un asunto fundamental. Aristóteles (384-322 A.C) se inclinó por “El Liceo” y muchos de sus seguidores fueron peripatéticos a la usanza del maestro. Sócrates prefirió la cicuta, antes que el ostracismo. Simón Rodríguez conminaba a la participación en la Topofilia. El Comandante Chávez ordenaba el permanente ejercicio del “Punto y Círculo”. El Che nos pedía “hacer la revolución donde haya injusticia”. Fidel nos habló de “La conciencia del momento histórico”. Para el filósofo empirista Aristóteles, los hombres buscamos el bien, para alcanzar el bien supremo que es la felicidad, símbolo de sabiduría.
Seis formas de gobierno estudió el estigirista: La monarquía, la aristocracia, la democracia, la tiranía, la oligarquía y la demagogia. En una sociedad tan clasista como la griega, cualquiera de estas formas de gobierno, solo era posible para los hombres propietarios. Las mujeres y los no propietarios, estaban excluidos de la política.
¿Para qué la política nos preguntamos HOY? Enrique Dussel responde: “para aumentar las contradicciones del capitalismo”. Es ciertamente un asunto práctico, más no descarnadamente pragmático, pues necesariamente requiere de la teoría. Por estar hecho de contradicciones y sin ellas no puede existir, el capitalismo como creación humana desaparecerá, no por el desplazamiento del tiempo, sino por la acción humana de los expropiados que ahora vienen a “expropiar a los expropiadores”.
La política se ocupa de los asuntos de LA POLIS O CIUDAD. Todos los que vivimos en ella estamos llamados a participar. Hoy es una lucha entre lo público y lo privado. El primer obstáculo en esta diatriba, está en nuestra percepción temporal-espacial de los asuntos de la polis. Las ideas que tenemos de nuestra conducta humana, de nuestra naturaleza, de las inmediaciones y mediaciones humanas, ESTAN INTERVENIDAS, FRAGMENTADAS, IDEOLOGIZADAS, ESTO ES; INTERESADAMENTE INVERTIDAS. La realidad que percibo, no es la realidad, es su apariencia. “Los árboles no me dejan ver el bosque”. Solo el desarrollo de mi consciencia de clase me develará la realidad, QUE ES LA TOTALIDAD DE LO CONCRETO, es conocimiento y consciencia de la realidad inmediata. Se construye así una contracultura que descolonice. LA TOTALIDAD no es la suma de sus partes, sino sus nexos, sus vínculos, sus articulaciones, sus contradicciones, sus interacciones dialécticas. Pretender separar la economía de la política y estas de lo social, es no comprender el metabolismo del capitalismo como sistema.
El mercado es el cuartel general del capitalismo. Todo lo transforma en mercancía, todo tiene un precio. Dinero y fuerza de trabajo, universalizan categorialmente este proceso, son fuente de la plusvalía, columna vertebral del capital. Para que estas mercancías se activen noche y día, se produzca y se venda, se consuma y se vuelva a producir, y se vuelvan a consumir, el trabajador “muerto de hambre” le da vida al trabajo pretérito “muerto” de las mercancías. Crea dinero para otros y pobreza para si.
El capitalismo tiene que crear y fortalecer un poderoso entramado de verdades, medias verdades y falacias, que operen sobre la creencia de los productores y consumidores de estas mercancías. La primera lección que nos inculca es: sea usted un consumidor voraz y permanente. No pregunte, hágalo. Ello involucra fascinaciones, controles, manipulaciones, que sustente la existencia del mercado. Capitalismo es pues: ideología que se manifiesta en alienación y enajenación humana; conducta controlada, emociones manipuladas. Como opera el mercado, opera la política en el capitalismo. Nuestra tarea es no dejarnos “meter gato por liebre”, y trabajar sin descanso para develar el ocultamiento y acabar con los ocultadores.
“La cajita Infeliz” interesante texto de Eduardo Sartelli, nos grafica de la manera más laxa algunas advertencias: “1) que nada se entienda si no se le ubica en la TOTALIDAD que le da sentido.2) Que LA REALIDAD ES MUCHO MÁS QUE LO QUE SE VE EN LA SUPERFICIE.3) Que este mundo no es como es porque sí, sino que hay interesados en que así sea y así se quede”. La realidad que vemos en el capitalismo, es solo su apariencia interesada. Ese universal y sabroso texto, “El Principito” lo advierte: “Lo esencial es invisible a los ojos”. Apariencia o realidad he aquí LA CUESTIÓN. “Molinos de viento” o “enemigos”.
La política no debe ser la acción fortuita de un sujeto. No puede ser una práctica furtiva, es pública y colectiva. No es la presencia esclarecedora de los mesiánicos. Es una práctica sociabilizada y “orgánica” que debe pretender “hegemonías”. Hay que hacer de la política un asunto de clase, de trabajadores, de explotados, de parias, de quienes todo lo producen y poco se benefician. La práctica pondrá a prueba la teoría. La práctica enmudece si la teoría es incorrecta. El fracaso es la demostración de teorías erradas con prácticas equivocadas. Las dos marchan sobre el mismo tiempo y espacio. La política es coronada con la ética; se hace una “virtud ontológica”. “El politikon” no es un narciso, tampoco es “Hombre lobo del hombre”. Es esto lo que quiere el enemigo del pueblo.
En la práctica de la política, E. Dussel, señala dos categorías: “potentia (el ser oculto, el poder de la comunidad política misma) y potestas (el fenómeno, el poder delegado por representación, ejercido por acciones políticas a través de instituciones). Es la práctica política, o la teoría-práctica, un desplegamiento holístico, que busca ir a la raíz del modelo dominante, arrancar sus manifestaciones, y sobre tierra fértil, labrar una nueva sociedad. Es arado colectivo, y esto último es clave. El revolucionario, “ocupa el nivel más alto del escalafón humano”. Los enviados, los metafísicos, los mesianismos, no tiene aquí espacio. Las contradicciones del capitalismo, son su esencia, ellas existen, se pueden medir, cuantificar. “Conocer la realidad para poder transformarla”. No es sólo entenderla, “interpretarla”, sino “transformarla”.
Esta tarea titánica, impostergable y colectiva, conducida por la consciencia clasista, será larga, “pero es el camino”. La profundidad de las contradicciones y la organicidad de las resistencias, determinaran su táctica y estrategia. Es un asunto de la subjetividad, y la intersubjetividad, lidiando con la objetividad.
Socialismo es práctica social, es democracia ciudadana, es colectivo haciendo historia, siempre proclive al cuestionamiento. La crítica y la autocrítica son principios revolucionarios. Los “cuerdas flojas”, los ambiguos, los que quieren estar bien con Dios y con el diablo. Los que creen en un falaz capitalismo humanista, se ocultan tras “extremos centrismos”, “centro izquierdismos” socialdemocracias y progresismos. La realidad planetaria demuestra con creces, que se está con el capitalismo o en su contra.
Fuente: https://www.aporrea.org/imprime/a252029.html
9 de septiembre de 2017. ESPAÑA