El bien gobernar es de sabios

“Decía también que era grande fealdad que uno que no sabe se ponga a ejercitar alguna arte ni oficio mecánico sin vergüenza, ni aun una canasta se da a hacer a quien no la sabe hacer, ni que sean admitidos y recibidos por gobernantes o regidores de la república aquellos que nunca supieron letras ni ciencia, sin la cual cosa no se puede gobernar ni tener oficio alguno en la república. Y decía que si alguno se asentase a gobernar el timón en algún navío no sabiendo el arte de navegar sería detestado y maldecido, cuanto más los que se llegan a gobernar la república ignorantes y poco sabidos.”
Erasmo De Rotterdam

“Quizás el arte de gobernar sea precisametne eso: el arte de saber valorar al pueblo y esforzarse por alentar y cumplir sus sueños”.
Blanca Cotta

El profesor y escritor austríaco PeterF.Drucker, como cristiano devoto, sumó los valores morales de un líder a su eficiencia como gestor del desarrollo social sostenible. Él destaca la insuficiencia del Estado como agente de rendición social y demuestra que sólo la productividad de una nación puede generar equidad entre su pueblo.

Drucker trabajó por las organizaciones sin fines de lucro y ayudó con su pensamiento a la tarea de mejorar la administración de hospitales, iglesias, escuelas y organizaciones de la sociedad civil en general.

Platón sostenía que las sociedades debían tener una estructura tripartita de clases: artesanos y labradores, guerreros guardianes y gobernantes o filósofos. De acuerdo a los principios de esta teoría, la democracia ateniense era opuesta a ella, pues de acuerdo a Platón, de los que gobernaban, muy pocos tenían la capacidad para hacerlo, pues para gobernar se debe tener sabiduría y razonamiento. Los filósofos como sabios deben encaminar hacia la justicia, de esta manera podría lograrse una sociedad justa, gobernada por sabios.

Al igual que Platón, Sócrates defendía que los gobernantes de los estados deberían tener un alma buena, bella y justa, con seguridad a la virtud y ejerciendo un legado con total efectividad y eficiencia contrario a aquellos que desde el poder o desde el gobierno buscaban conseguir posición social y política, que casi siempre lo lograban con engaños.

Según Rousseau, la voluntad popular es el único fundamento de la organización política y para que el contrato social que plantea pueda ser cumplido cabalmente debe volverse a la ciudad-estado, el pueblo debe gobernarse por sí mismo y directamente, y esto sólo puede ser logrado a través de sociedades pequeñas, o sea, donde los gobernantes y gobernados puedan tener una socialización estrecha, personal, que se puedan conocer. Pero revertir esto puede ser complejo en las grandes sociedades, ya que se hace a través de los representantes como sucede en la mayoría de los gobiernos de hoy día.

El concepto de sociedad civil en él, indica que la condición política de las personas asociadas, el carácter progresivo y civilizado, el vivir social moderno, se contrapone a la sencillez del modo cultural de libertad. Afirma que la historia de la civilización, precede y pone a la cabeza las instituciones de los Estados. Para él lo primero es lo económico y lo técnico, y luego lo político.

Todo el pensamiento de Rousseau se basa en el hecho de que una comunidad de ciudadanos es única. Es una asociación, no un agregado, una personalidad moral y colectiva. El orden social, es un derecho sagrado que sirve de base a todos los demás. Precisa cuidar de la subsistencia de los ciudadanos, satisfacer sus necesidades públicas, que es una consecuencia evidente de la voluntad general. Es menester encontrar una forma de asociación que de protección y defensa a las personas y a los bienes de cada asociado, y por la cual, uniéndose cada uno a todos, no obedezca más que a sí mismo y quede tan libre como antes.

Para Hobbes, gobernar es el arte de lograr la paz, la seguridad y la estabilidad, cohesionados en un conjunto social.

Para Montesquieu, el principio de la democracia es la virtud política que se debe basar en el amor a las leyes que contiene toda constitución democrática y debe llegar consigo la preferencia constante de lo público por sobre el interés privado.

John Locke refuerza esta clasificación de Platón con tres clases de leyes: la ley divina, la ley civil y la ley de opinión o de reputación. Pero para él lo importante era la ley divina, “pienso que no hay nadie tan irracional que niegue que Dios ha dado una regla por la que los hombres habían de gobernarse a sí mismos (…) Éste es el único criterio verdadero de rectitud moral”.

De acuerdo a él, la finalidad de la educación es conseguir personas que hagan avanzar la felicidad de la comunidad. La educación es imprescindible en la organización social que siempre ha influido en la modernidad, aún en nuestros días.

Jimmy Donal Wales, comúnmente “Jimbo”, y co-fundador de Wikipedia, ha expresado la importancia de educar: “La educación fue siempre una pasión en mi hogar… sabes, el tan tradicional apremio por el conocimiento y el aprendizaje, estableciendo eso como una base para una buena vida.”

Willbur Jiménez Castro, define la administración como: “una ciencia compuesta de principios, técnicas y prácticas, cuya aplicación a conjuntos humanos permite establecer sistemas racionales de esfuerzos cooperativos, a través de los cuales se pueden alcanzar propósitos comunes que individualmente no se pueden lograr en los organismos sociales”.

La administración se ha ido constituyendo conforme han ido creciendo las necesidades humanas.El ser humano es social por naturaleza, lo que implica vivir organizadamente. Desde que el hombre constituyó la tribu requirió de administración para sobrevivir y cubrir cada vez más sus crecientes necesidades, por lo que la administración es una de las actividades y trabajos más antiguos e interesantes. Esto, a su vez, requiere de dividir las funciones sociales en forma ordenada, de modo que algunos miembros produzcan alimentos, otros vestidos y otros den servicios.

Y yo pienso que podría haber un equilibrio en el mundo con las pequeñas y grandes cosas, pues los grandes avances de la humanidad han traído consigo complejidad en la convivencia social, que sólo pueden ser resueltos interpretando los principios y valores de sabiduría y razonamiento que plantean estos grandes sabios de la antigüedad. Cuanto más avanzan las sociedades, más sabiduría y preparación requieren sus gobernantes y además, como dice Sócrates, un alma buena, bella y justa.

Yo comparo a ese ciudadano gobernante con los filósofos de la antigüedad. Las personas preparadas son las que deben guiar el Estado y esto debe ser siempre, no sólo en una época antigua, sino en todo momento, ser líderes para motivar los funcionarios y la sociedad en general a mejorar sus capacidades y en cuanto las personas que tiene un talento incentivar su desarrollo especial, creando oportunidades para que laboren en eso.

El liderazgo de los gobernantes debe sobreponerse a todo, interpretando correctamente el poder concedido y asumido único y exclusivamente para servir, sin desvío a ninguna otra acción que pueda ser contraria a los intereses y el bienestar de la colectividad. Ejerciendo la autoridad de ese poder para garantizar y salvaguardar la justicia y el bien común, principar responsabilidad de todo gobernante en cualquier Estado. Nunca un gobernante con liderazgo será temido sino respetado. Es aspiración de toda sociedad justa y mía también lograr que todos los funcionarios y servidores públicos basen su gestión en principios éticos y morales para que todos lleguen alcanzar el verdadero liderazgo.

Realmente aquellas personas que se capacitan, que estudian, se preparan y hacen una profesión para servicio público y que se enmarcan en las necesidades básicas de la sociedad, como son la salud, la producción agrícola, la educación, en cuanto a las cosas que le corresponden al estado de seguridad, organización de instituciones públicas, etc, en cierta forma, esas personas son las que deberían tener la primacía en el ordenamiento de las sociedades y deberían estar claras en su vocación de servicio fungiendo de guía y orientación a las personas con menos conocimientos. Las oportunidades deben brindarse a la preparación y capacitación en la formación de servidores públicos en todas las áreas que ayuden al desarrollo sostenido de la sociedad dominicana de manera descentralizada y que llegue a todos los centros educativos de todas las comunidades.

Todo esto que nos plantean y explican a través de sus estudios los grandes sabios debe llevarnos a la reflexión en cuanto a la aplicación de los conocimientos en el ordenamiento social, permitiendo que el rol de cada actor en la administración pública esté acorde con los perfiles requeridos para el desempeño de cada puesto. La complejidad del desarrollo social actual requiere de la participación de todos, cada quien poniendo su granito de arena de acuerdo al talento que posee u oficio que sabe realizar. Además, la descentralización que dé facultades de autogestión a los gobiernos locales (municipios) y pequeñas comunidades, como lo plantea Rousseau en su Contrato Social y como exige la democracia participativa.

A veces pensaba que la diferenciación entre clases que hacían estos grandes filósofos de la antigüedad era algo excluyente e inaceptable. No obstante, la complejidad del poder y la administración pública me ha hecho reflexionar ante estos planteamientos. He comprendido que a pesar de que ante los ojos de Dios y por naturaleza todos los hombres somos iguales, existen grandes diferencias entre los seres humanos que obligan a que dentro del ordenamiento social y jurídico exista jerarquía entre los ciudadanos de acuerdo a su rol social y su capacidad de actuar en él.

Esta es la esencia de lo que planteaban los filósofos de la antigüedad. En este enfoque es que coincido con ellos. Tanto Sócrates como Platón en su libro la República plantean la superioridad del hombre inteligente, del hombre estudiado, como un ciudadano superior, los demás como ciudadanos menores, y estas diferencias que se establecen muestran claramente que las personas que no tienen conocimientos tienen limitaciones para actuar en determinadas situaciones. Por esta razón, se establecen perfiles y requisitos de entrenamiento para cada puesto en las diferentes áreas del saber u oficio. Esto es una regla de las ciencias administrativas, sean instituciones públicas o privadas.

Esos privilegios de facilidades de acceder al conocimiento o al desarrollo educacional de las personas son los que marcarán la diferencia en el desarrollo de las sociedades, pues hoy día los avances se miden a través de la cantidad de patentas que cada país posee. Esto sólo se puede lograr con creatividad e innovación. Es aquí donde deben estar todos los esfuerzos de los gobernantes, junto a los demás funcionarios que conforman el Estado y todos los sectores organizados, para lograr un desarrollo sostenible e integral de nuestra sociedad. Por ejemplo, se debe desarrollar la investigación científica en los centros educativos, especialmente en las ciencias físicas, matemáticas, química y biología con tecnologías avanzadas y garantizar que lleguen a todos los rincones del país.

La gobernabilidad es una consecuencia de los estados organizados cimentados en un estado de derecho que respeta los principios éticos y morales enfocados en la justicia y el bien común. Todo gobernante debe basar su mando y autoridad en el respeto de los derechos humanos, destacando su liderazgo en la honestidad y transparencia de sus acciones.

En estos momentos la sociedad dominicana está siendo convocada por nuestro Presidente constitucional, el Dr. Leonel Fernández Reyna, a una Cumbre de las Fuerzas Vivas, y es por este llamado que se desprenden estas reflexiones que quiero compartir con mis lectores, lo cual yo interpreto que se debe a la necesidad de unificar criterios para la consolidación de un proyecto de Estado que dé participación seria y real a todos los sectores de la sociedad. Debemos echar a un lado las diferencias y pensar en el bien común, en la cohesión social, dejando a parte el individualismo y los intereses particulares. La participación es un derecho de todos en las sociedades democráticas y los derechos debemos asumirlos con acciones prospectivas que nos lleven a alcanzar una sociedad con mejores garantías de seguridad social y de derechos.

“El ideal de todo gran gobernante se formó pensando en los demás.” anónimo

“Toda autoridad no constituida con arreglo a la ley es ilegítima, y por tanto, no tiene derecho alguno a gobernar ni se está en la obligación de obedecerla.” Juan Pablo Duarte
Fuente: http://www.clavedigital.com.do/App_Pages/opinion/Firmas.aspx?Id_Articulo=13485&Id_ClassArticulista=243

Santo Domingo,Dominican Republic. Martes, 20 de enero de 2009

1 comentario El bien gobernar es de sabios

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *