Ángel Xolocotzi Yáñez, de la FFyL obtiene el premio en el área de Ciencias Sociales y Humanidades.
Investigador de la BUAP [Benemérita Universidad Autónoma de Puebla] obtiene Premio Estatal de Ciencia y Tecnología
Fotografía por: Staff Sexenio
Como un reconocimiento a su trayectoria académica y sus contribuciones al desarrollo de la ciencia y las humanidades, el Consejo de Ciencia y Tecnología en el Estado de Puebla (Concytep) otorgó el Premio Estatal de Ciencia y Tecnología 2013, modalidad Ciencia Básica, en el área de Ciencias Sociales y Humanidades, a Ángel Xolocotzi Yáñez, profesor investigador y coordinador de la Maestría en Filosofía de la Facultad de Filosofía y Letras de la BUAP.
Doctor en Filosofía por la Albert-Ludwigs-Universität Freiburg, de Alemania, summa cum laude (2001), desde 2009 es responsable del Cuerpo Académico Consolidado “Fenomenología, hermenéutica y ontología” de la BUAP, perfil PROMEP y nivel II del Sistema Nacional de Investigadores.
Ha sido profesor invitado en múltiples universidades, como la Universidad de Friburgo (Alemania), Universidad de Padua (Italia), Universidad Complutense de Madrid (España), Universidad de los Andes en Mérida (Venezuela), Universidad Alberto Hurtado (Chile), Universidad Nacional Autónoma de México y Universidad Autónoma de Chilpancingo, entre otras.
Como autor, ha publicado nueve libros, en editoriales como Trotta, Porrúa, Plaza y Valdés; 11 libros como coordinador; 39 capítulos de libro y 22 artículos en revistas de arbitraje estricto, y traducido cuatro libros del alemán.
Xolocotzi Yáñez participa en 15 comités científicos de revistas nacionales e internacionales, y ha sido evaluador para del Programa Nacional de Posgrados de Calidad del Conacyt,en los años 2007, 2009, 2012 y 2013; y de proyectos del Fondo Nacional de Desarrollo Científico y Tecnológico (Fondecyt) de Chile, en 2009, 2011, 2012 y 2013.
Entre otras distinciones, ha sido becario del Katholischer Akademischer Ausländer Dienst (KAAD), Alemania, en 1997-2001 y 2004; del Deutscher Akademischer Austausch-Dienst (DAAD), Alemania, en 2009; de la Fundación Alexander von Humboldt, Alemania, en 2006-2008 y 2013; de la Fundación Santander-Universidad Complutense de Madrid en el Programa de Estancia de Doctores y Tecnólogos, de mayo a junio de 2012. En 2010, recibió el O´Gorman Grant por parte de la Columbia University, de New York.
Entre sus obras destacan Heidegger y el Nacionalsocialismo. Una crónica (1926-1936), Madrid, Plaza y Valdés-BUAP, 2013; Los demonios de Heidegger. Eros y manía en el maestro de la Selva Negra (en coautoría con Luis Tamayo),Madrid, Trotta, 2012; Fundamento y abismo. Aproximaciones al Heidegger tardío, México, Porrúa-BUAP, 2011; y Una crónica de Ser y tiempo de Martin Heidegger, México, Ítaca-BUAP, 2011.
Lo que hace la filosofía es mantener abiertas las heridas; ¡despertar al volcán!
En 2006 el gobierno alemán le otorgó la Beca Alexander von Humboldt, beca de excelencia académica que se extendió hasta el 2008, y que le permitió explorar el pensamiento del filósofo alemán Martin Heidegger, a cuya obra ha retornado, como un abrevadero, para realizar importantes contribuciones que hoy lo sitúan como el más destacado estudioso latinoamericano en esa línea de investigación.
La influencia heideggeriana, dice:
“Rebasa los límites europeos y esuna de las pocas filosofías que ha hallado eco en prácticamente todos los rincones del planeta. América Latina y el Lejano Oriente han sido dos de los receptores más entusiastas” (las primeras traducciones de textos de Heidegger se llevaron a cabo al japonés y al español).
Además del ámbito científico, agrega:
“El arte descubrió algo excepcional en la filosofía heideggeriana. De ese modo es comprensible que poetas, escultores y literatos como R. Char, P. Celan, E. Jünger, F.-G. Jünger, E. Staiger, E. Chillida y H. Kock buscaran acercarse a Heidegger. Otros, como los poetas Octavio Paz y Antonio Machado no fueron indiferentes a la fuerza de tal pensar, al descubrir que además de repensar el origen de la obra de arte, penetraba en la esencia de la poesía”.
En entrevista, Ángel Xolocotzi Yáñez habla sobre su trabajo con la obra Heidegger y de la filosofía en general, ciencia desde donde, considera, hay ciertas preguntas que se pueden profundizar, aunque no siempre haya una respuesta.
-Usted es reconocido como el investigador de mayor conocimiento en Latinoamérica sobre la vida y obra de Martin Heidegger. ¿Cuál es la importancia del pensamiento y la obra del filósofo alemán en el mundo contemporáneo?
-“Es uno de los dos grandes filósofos del siglo XX, porque su obra y pensamiento han repercutido en diversos autores, en la ciencia y las artes. Ha impulsado muchas líneas de trabajo filosófico, como por ejemplo el postestructuralismo, con Foucault; el postmodernismo, con Rorty; la hermenéutica contemporánea, con Gadamer y Paul Ricoeur; el pensamiento débil, con Vattimo, en Italia, y el pensamiento de la otredad. En suma, las grandes líneas del trabajo filosófico del siglo XX, en la llamada red continental, han estado determinadas por Heidegger. Dio impulso, además, a la ciencia y las artes, entabló diálogos entre la filosofía y la poesía, con pintores y escultores, psiquiatras y psicoanalistas. Por muchos flancos es notable la influencia de su obra. Pero quizá lo más importante es que colocó a la filosofía nuevamente en la Tierra. La filosofía se había alejado del mundo, de la vida, con preguntas que no encontraban un hilo conductor con la estancia en el mundo. Heidegger hizo retornar a la filosofía a la vida -desde la fenomenología que es lo que agrupa su pensar- al aparecer de las cosas. Eso es parte de sus grandes méritos”.
-¿Cómo surge su interés por Heidegger?
-“Yo estudié la Licenciatura en Filosofía en la UNAM, y uno lee a estos autores. Lo leí en español y no me entusiasmó, no lo entendí, no me pareció importante. Cuando terminé la licenciatura tuve la oportunidad de realizar una estancia en Alemania, y allá revisé sus textos en alemán y me di cuenta que era otra cosa, me di cuenta que uno de los problemas del acceso a su obra habían sido las traducciones. Por ejemplo, Ser y Tiempo fue traducida por José Gaos, en 1951, y tuvo su mérito en su momento, pero actualmente ha caído en ciertos arcaísmos y estructuras complejas que imposibilitan el acceso. Yo comencé a ver en Heidegger a alguien que realmente decía cosas del mundo y de la vida y del estar en el mundo; una serie de descripciones y asuntos que la filosofía tradicional había dejado de lado, como la cotidianidad y la afectividad, por considerar que no pertenecían al ámbito filosófico, sino a la poesía. Heidegger retomó estas cuestiones. La afectividad, por ejemplo, siempre está en juego. Eso me atrapó”.
-¿Qué siguió?
-“Leí en ese momento los Seminarios de Zollikon, seminarios que Heidegger tuvo con psiquiatras, psicoanalistas, médicos. Seminarios que llevó a cabo en un suburbio de Zurich, Suiza, con alumnos de un amigo psiquiatra. En 1994 se publicaron esos seminarios, yo los revisé y realmente me apasionaron porque eran el diálogo de la filosofía con la psiquiatría, el psicoanálisis, la psicología, y eso me interesó. Después traduje esos seminarios, se publicaron 10 años después en español. Así fue mi acceso a Heidegger. A partir de allí he seguido trabajando en su obra, por más que trato no puedo abandonarla; de los 102 volúmenes que conforman su obra completa, faltan 13 de publicar. Cada año salen dos o tres volúmenes que hacen necesaria una revisión y reinterpretación”.
-¿En eso trabaja ahora?
-“Sí… Hay muchas cuestiones que me interesan. La relación de su vida y su obra, hace algunos años propuse hacer una crónica de la vida y obra de Heidegger, que no se había hecho, ya he escrito dos volúmenes de esa crónica. Otra línea de mi interés es la afectividad, el papel que juega la afectividad. La filosofía se mueve en problemas y hay una serie de problemas que a partir de la obra de Heidegger puede alumbrarse de buena forma: el cuerpo, el lenguaje, el tiempo. Todo eso lo he ido trabajando en cursos y publicaciones. Todavía no me puedo escapar de Heidegger porque hay mucho material allí”.
-Como coordinador de la Maestría en Filosofía en la Facultad de Filosofía y Letras de la BUAP, ¿ha impulsado el pensamiento de Heidegger entre las nuevas generaciones?
-“Le hemos dado un impulso fuerte en líneas de investigación sobre fenomenología, no sólo de Heidegger sino de otro autores como Husserl, su maestro, o alumnos y seguidores de ambos, como son Gadamer, Ricouer. Hay mucho trabajo por hacer y representa un punto de apoyo firme para muchas investigaciones. Tenemos una línea de investigación sobre Fenomenología y Hermenéutica, título que agrupa a todos esos autores, y también un cuerpo académico que se llama “Fenomenología, hermenéutica y ontología”, en el que revisamos diferentes temáticas, como método, tiempo”.
-¿Se ha planteado o se ha imaginado ser alguien distinto a quién es? ¿Cómo sería su vida siendo un cantante de ópera, por ejemplo?
Sonríe, sólo unos segundos, y retoma el hilo discursivo.
-“No, realmente no. Lo que me apasiona es la filosofía, me ha apasionado durante muchos años y me siento realmente afortunado de hacer esto que me gusta y vivir de esto. Es una fortuna, en mi caso están las condiciones para la docencia, la investigación, leer, escribir, coordinar programas, proponer ahora el Doctorado en Filosofía en la BUAP. A veces añoro tener tiempo para leer poesía, novela y me gustaría tener más opciones y libertad en la lectura. En mis años de secundaria, me encantaban los animales, la vida submarina, quería estudiar Biología Marina, pero también ya me gustaba mucho leer, y en algún momento descubrí que me interesaba una serie de preguntas, que sólo desde la filosofía es posible profundizar, aunque no necesariamente hay respuestas, pero al final me parece que un tema constante es este estar en el mundo”.
-¿Por qué es tan extraña la filosofía al común de la gente si su esencia gira alrededor del ser, a cuestiones elementales e intrínsecas al ser como la afectividad, la muerte, la angustia?
-“Yo creo que hay muchas inquietudes para abrir espacios a la filosofía, a su vinculación social, abrir, por ejemplo, un café filosófico, hablar de filosofía en otro nivel más accesible. En el ámbito académico deben mantenerse ciertos esquemas de rigor. Hay algo interesante, cuando algo parece o es difícil, como puede serlo la filosofía, ocurre la huida… huidas al ámbito religioso, que da tranquilidad porque tiene respuestas. Lo que hace la filosofía es mantener abiertas las heridas. ¡Despertar el volcán!”.
-Tal alejamiento, ¿es una condición actual, de los jóvenes de hoy, con nuevas tecnologías?
-“Siempre ha existido. Los griegos marcaron esa diferencia. Al ámbito de las opiniones le llamaron doxa, es el ámbito de las creencias, moverse en esas creencias, “así se hace”, “así es”. Cuando empezaron a cuestionar y justificar las cosas surgió el conocimiento y la filosofía, entonces sí hay un distanciamiento de la “normalidad”, de moverse en el “así se hace”, “así es”, como una manera de huir, de no enfrentar ni justificar una serie de cuestiones en las que estamos inmersos”.
-¿Qué define la época contemporánea?
-“Ahora es una época técnica, lo que piensa la filosofía no son sólo cuestiones pasadas, sino pensar también la actualidad. Heidegger, desde los mil novecientos treinta y tantos empezó a pensar la cuestión de la técnica, el sentido, la manera como nos enfrentamos al mundo, cómo nos relacionamos unos con otros, cómo este modo de vivir técnico tiene una serie de consecuencias. Lo que planteó en los años treinta se vive como la indiferencia, lo sustituible, lo desechable, ahora no hay apego a las cosas, y eso pasa también con las relaciones humanas, hay indiferencia, y eso ocurre también en el ámbito académico. Ese modo de vida deja ver una serie de cuestiones históricas que se están configurando a partir de esta época técnica.
-¿Le gusta este mundo, esta actualidad?
-“Pienso que es difícil saber adónde vamos, la filosofía puede dar una especie de diagnóstico. Es triste o terrible si uno ve cómo se está moviendo el mundo en esta época técnica contemporánea, la manera incontrolable como se manipula el mundo, la crisis ecológica, personal, de salud, cuestiones de carácter emocional, psicológicas, ansiedad, depresión… Es difícil una respuesta. En una entrevista antes de morir, cuando le plantearon una pregunta de este tipo, el mismo Heidegger terminó diciendo: ‘quizá solo un dios pueda salvarnos’”.
Más allá de la filosofía y del quehacer académico, en el remanso del ocio Ángel Xolocotzi Yáñez disfruta de sus gatos y tortugas. De correr para darle movimiento a su vida -dice parafraseando a los griegos-. De charlar con los amigos, tomar vino y bailar salsa.
Fuente: http://www.sexenio.com.mx/puebla/articulo.php?id=28479
8 de abril de 2014. Puebla, México.
Excelente noticia. Felicitaciones al Dr. Ángel Xolocotzi Yáñez. Muy buen ejemplo de la vigencia del pensamiento heideggeriano.